7. Joder con la gatita

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Kael contempló a la gata que le miraba fijamente. ¿Quién se creía para transformarse y ponerse libremente sobre él? Puede que lo estuviera haciendo por el acto de sumisión que había hecho anteriormente. Kael arrugó la nariz y Bianca frotó su oreja contra su pecho. Le estaba dejando su olor. El tigre entrecerró los ojos y Bianca le clavó las uñas en el pezón. Un pezón ultrasensible, y es que Kael se solía poner aros constrictores en los pezones, para que en el sexo, se los pellizcaran o se los lamieran, dándole un orgasmo devastador. Al sentir las uñas abrió los ojos más de lo que ya lo tenía, con las pupilas desorvitadas. Si no hubiera estado acostumbrado al dolor se le hubieran salido un par de lágrimas. El hombre, tomó delicadamente la patita de Bianca y la puso en otro lado, mientras que ella le miraba.-
-Ahí no. -Susurró y la gata maulló. Joder. Era tan adorable, que Kael de golpe se puso duro. Bianca, que tenía la cola entre sus piernas lo notó, enrojeciendose internamente y apartando la cola. -Ah no, ahora te aguantas -Bufó Kael y puso la cola de Biana entre sus piernas.
"¡Zoofilico!" Pensó Bianca gruñendo, aun que teniendo en cuenta que eran mitad animales, eso ya en si, ¿no era zoofilia? Kael acarició cuidadosamente el lomo de Bianca y esta dio un respingo, poniendose a cuatro patas sobre su pecho. Al estar de golpe en su estómago Kael recuperó la respiración.
-Burra -Gruñó.
-Miau -Maulló Bianca, que se traducía como "Gata". Kael soltó una risa ronca de lo más profundo de su garganta, haciendo temblar su pecho y por lo tanto a Bianca. Esta  bufó y le clavó las uñas en los abdominales.
-¿Qué haces? -Gruñó Kael, mientras que alzaba una man  comenzando a acariciar sus orejas. La  gata comenzó a ronronear instantenamente y se sentó sobre el pecho de Kael, enroscando su cola en sus patas delanteras. Frotaba su mejilla con la mano de Kael para que siguiera, sin dejar de ronronear locamente. Bianca comenzó a mullir el pecho de Kael, clavandole las uñas inconscientemente en los pezones. El tigre gimoteó y con la cola golpeó suavemente el lomo de Bianca. Esta, alarmada y ofendida bufó y saltó al suelo. "Rebelde", pensó Kael excitado, pues si se destransformaba estaría en ropa interior. El pene de Kael se movió en el interior de sus pantalones. 
Bianca caminaba con la cola y la cabeza altas, dejando unas hermosas vistas de sus trasero. De repente, notó que unas manos fuertes le rodeaban los costados y empezó a bufar y a arañar el aire. Se estufó entera, y cuando Kael, la puso contra su pecho. Ella comenzó a arañarle, sin hacerle muchas heridas. Kael bufó.
-¿Te crees pikauchu o algo? -Gruñó, y es que pokemon, en el 2.100 tuvo un bombazo, y se empezó a vender durante un milenio entero. El creador se hizo de oro, y se hicieron hasta estatuas de ellos. Poco a poco se fue rebajando la fiebre, y aun se conocían, pero solo tenían juegos loe más ricos y coleccionistas, por ejemplo, Kael. Bueno, más bien él lo heredó de sus padres, era lo único que tenía de ellos a excepción de una foto.
Bianca, al escuchar eso se relajó, riendose internamente, dejando que Kael la tomara en brazos. 
-Ahora haces siesta conmigo -Sentenció colocándola sobre su pecho, y ella se enrosocó cual ovillo. Era adorable ver como dormía en el pecho de Kael, y él, lo único que quería era achucharla y hacerla suya.

Ya, después de la siesta, Katrina despertó a Kael con "flus flus" (una cosa de esas donde pones agua, o colonia y disparas) lleno de agua. El hombre bufó, asesinandola con la mirada. Se dio cuenta de que Bianca tenía las pupilas dilatadas y estaba erizada, clavando las uñas en el cuerpo de Kael al caerle unas pocas gotas. Puede que fuera gata, pero para estar en el ejercito no debía temerle al agua, pero ella, más bien parecía tenerle pánico. Kael, tomó a Bianca en brazos, dandole calor con su cuerpo mientras Katrina se intentaba mantener en pie de la risa. El hombre se levantó con la gata en brazos y se alejó de la leopardo. Soltó a Bianca y ella se fue trotandona su cabaña, la misma que Katrina.
Mientras, él se ponía la camiseta. Se plantó frente a Katrina mostrando los colmillos.
-¿Qué coño crees que estás haciendo? -Katrina seguía descojonandose, intentando ponerse seria, sin éxito.
-¿Molestar? -Murmuró antes de estallar a carcajadas, atrayendo miradas.
-No me jodas, no me había dado cuenta -Gruñó Kael irónico.
-Vale, don molesto. No te enfades, tenías a la gata sobre ti, y tu tenías la polla bien dura -Arqueó una ceja.- Creí que eras ninfómano, no zoofilico.
-Katrina, ¿cómo estarías tú si me tuvieras encima, en boxers y pellizcándote los pezones? No contestes, solo con verme tienes que hacerte nudos en los tangas.
-Oh, vamos -Rió alegremente.- Touché!  Pero no te molestes, hombre -Dijo acercandose insinuante. -Yo sé como bajar esa dureza 
-Primero me molestas y luego quieres mamarmela, que curioso -Gruñó Kael, pensativo.
-Podemos hacer un 69 si al señorito no le molesta -Replicó bajando una mano disimuladamente al bulto de Kael, apretando suavemente.  El hombre no pudo resitirse a un suave gemido. Miró el reloj en su muñeca.
-¿Puedes correrte en 15 minutos?
-Y en menos -Ronroneó ella, tirando de Kael hacia la cabaña del hombre.

Cuando llegaron, Kael no perdió el tiempo. Se desnudó nada más entrar y se tumbó en el sofá. Katrina hizo lo mismo, colocando su cabeza  a la altura del pene de Kael. Él, sin perder tiempo le abrió las piernas comenzando a lamerla de arriba a bajo. Succionaba los labios exteriores de su vagina, luego lamía de arriba a bajo, azotando con su lengua el clítoris de la mujer mientras que ella engullía la polla de Kael. Ambos, frenéticos, se lamian de arriba a bajo. Se succionaban sin perder tiempo, reptimiendo gemidos. Kael se corrió descaradamente, mientras ella lo lamía y exprimia, acaricianso sus testículos. Entonces Kael alcanzó el punto G de Katrina, y ella se corrió cual desvergonzada en su boca, gimiendo y gritando. Descansaron unos minutos y de vistieron, a tres minutos de reunirse de nuevo. 
Cuando las dos K's (Kael y Katrina) salieron, la tecla dominante de Kael se activó. Él de había sumisado a Bianca, y ella estaba medio enrollandose con Vikens. El hombre, furioso fue hasta ellos. 
-Los dos -Gruñó haciendo que ambos se giraran. Vikens bufando y Bianca temeroso ante el desprecio, que camuflaba el dolor en su voz. -Vais a llegar tarde, y tú -Señaló con el dedo a Vikens. -Eres un instructor, no deberías estar intentando meterle la lengua a una novata, deberías estar preparando las armas.
Vikens fue a responder pero Kael siguió hablando. 
-Y tú, cabo. -Sentenció. - No deberías dejarte, se puede considerar de malas maneras, como que  te lo follas para un ascenso, y si yo u otra persona denuncia eso, te vas a la mierda.
Bianca se sintió aflijida de golpe, había sido tan cariñoso con ella hacía apenas 20 minutos y ahora estaba siendo un cabrón frío y cruel. Vikens entrelazó los dedos con los de Bianca y tiró de ella fuera de allí. Ella estaba temblando, y si no se apartaba de la presencia del macho dominante iba a derrumbarse. 
Cuando Kael vio que se marchaban, se hincó las uñas en la palma de las manos. La había cagado. Acababa de dañad a la gatita de sus sueños con idiotez. Suspiró y se encaminó a la sala de armas, pero justo cuando iba a girar, en los cuatro caminos, se escucharon voces y gritos. Algo malo, El Buho había venido.

Lágrimas de sangre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora