4. Encuentro

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 Se habían ido al bosque. Todos estaban alerta, pues uno de los mejores militares acababa de ir allí. El olor a lobo era rancio, debía ser el único que habían mandado y había fracasado, o eso creían. Cuando llegaron a un claro la luna se alzaba en lo alto rodeada de estrellas. Soplaba una agradable brisa. Varios comenzaron a formar un circulo con troncos y otros cogieron ramas secas de árboles. Vikens hizo una pequeña hoguera y Kael se quitó la mochila que había cogido antes de irse. En ella tenía nubes para comer y bebida. Iban a hacer una celebración, pero no a emborracharse. Fueron pasando la bolsa y con ramitas ligeras poniendolas al fuego. 

 -Bueno, Niam. -Dijo Kael.- Bienvenida, Sargento. -Todos auyaron en bienvendia. 

-A partir de ahora te vas a cagar viva con don Gruñón -Dijo un tipo alto y pelirrojo, bastante guapo de ojos verdes. Tenía unas pocas pecas. Era otro puma, pero más joven. Kael lo fulminó con la mirada pero luego se echaron a reir.

-Y, gracias por salvarme la vida -Dijo él sonriendo, dejando escapar un suave ronroneo.

-Ays Kael, tú y tu manía de llamar la atención -Dijo Vikens poniendo su brazo en el cuello de Kael y llevándose la cabeza del Tigre al pecho para molestar. Kael gruñó y forcejeó entre risas hasta que consiguió soltarse. Era raro encontrarse al macho de tan buen humor, y se apreciaba. Niam estaba sonrojada, pero agradecida por la calurosa benvendia. Entonces la nubecita del palo de  Kael empezó a arde, este hinchó las mejillas en una mueca graciosa y empezó a soplar, pero no se apagaba. Empezó a sacudir el palo cual histerico y entonces la nubecita, ya apagada salió volando. Una chica jovencita, morena y con el pelo por la cintura saltó y de golpe y se comió la nubecita de Kael. Relamiendose lo miró y el refufuñó. Por aquella acción estaba claro que se había acostado con ella. Los demás empezaron a reir mientras Kael se quejaba de que Leira se había comido su nubecita, un vicio secreto de Kael. Leira era muy rápida y unas facciones delicadas, pero lo que nadie sabía es que era una Guepardo Rey. (Sí, queido lector, eso existe y es un guepardo rayado) También era muy ágil, carimática y... descarada. Se había ganado muchas riñas con Kael. Este tomo otra nubecita y la puso al fuego.

-Bueno... debía hacerlo -Dijo Niam sonriendo. Se había propuesto aquella noche acostarse con Kael. Pasaron varias horas de risas y al final alzaron a Niam como habían hecho por la mañana. Recogieron las cosas y apagaron la hoguera con tierra y agua y volvieron. Cuando Kael llegó a su cabaña llamó a Niam.

-Eh, gracias en serio por salvarme, sino. -Sonrío maliciosamente.- Mañana no podré dar caña a los nuevos -Dijo y se tensó al recordar a la hermosa gatita blanca, Bianca. Kael sacudió la cabeza.

-Me han dicho que nos han asigando una Cabo. 

-Sí, dicen que está a punto de subir de nivel y que por eso la ponen con nosotros. -Kael abrió la puerta y la invitó a pasar. Niam ya sabia que Kael quería lo mismo. Se miraron y Kael cerró la puerta. sin más demora el macho se avalanzó sobre Niam y la besó. Ella enredó las manos en su cabello y lo pegó a él. Kael gruñó. Era muy exigente en el sexo, y eso lo sabian todas. Niam se adelantó y metió su lengua en la boca de Kael. Él la aceptó de buen agrado y se inició un baile de lenguas que iban de boca en boca, furiosas. Enredandose la una con la otra mientras que Kael metía las manos debajo de la camiseta de Niam y se separaba levemente, quedando ambas bocas unidas por un hilillo de saliva. Kael lamió suavemente el labio inferior de  Niam y el hilillo se rompió. Niam jadeó y pegó su voluminoso pecho a los pectorales bien definidos bajo la camiseta de Kael. Este gruñó y se quito su camiseta también. Niam dio un suave salto y enredó sus piernas en la cadera de Kael. El macho la sujetó de las nalgas y ella pegó sus pelvis a la ajena, provocando un sonoro gemido de ambos. Niam dio un rápido vistazo a la herida ya curada de Kael. El Tigre sacudía la cola mientras pegaba a la mujer a la pared. La lince gimió suavemente al oido de Kael y el cerró los ojos, notando una creciente erección. Gruñó y con una mano rápidamente le quitó el sujetador. Caminó con ella enredada a su cadera, besandola a ella y a su cuello. Llegaron a las escaleras y Niam desabrochó el cinturón de Kael. Este antes de comenzar a subir las escaleras se deshizo de sus botas y calcetines con dificultad. También se los quitó a Niam, que comenzaba a humedecerse al contacto con la erección de  Kael. Niam si pensarlo dos vece bajó el pantalón de Kael a mitad de las escaleras. Él lo pateó lejos, quedando en unos boxers grises que guardaban bien el miembro de Kael, sin tiendas de campaña a la vista. Cuando llegaron a la habitación en la planta superior, Kael la dejó en el suelo y le bajó los pantalones. Se quedó de rodillas frente a ella mirando su tanga. Dios, a Kael el volvian locos los tangas. Abrió la puerta y la besó de nuevo. La puso sobre la cama grueñendo y abrió sus piernas, colocándose entre ellas. Niam gimió y Kael se agachó, lamiendole un pezón y succionandolo. Al contacto este se puso duro, Kael, orgulloso se fue al otro pezón, bajandole el tanga a Niam. Kael la vio depilada, joder, le encataba y se agachó, besando entre sus pechos y bajando por el vientre. Cuando llegó al sexo de la mujer comenzó a lamer y juguetear con su clítoris.

-Te quiero dentro.. -Gimió la hembra. Kael notó su dureza y se quitó el boxer. Ella gimió abriendo los ojos al ver tan tremendo atributo masculino, el macho comenzó a frotarse mientras ella gemía y enredaba sus piernas en su cadera. Entonces la embistió de golpe hasta el fondo, soltando un sonoro gemido. Kael sonrió y comenzó a besarla, moviendo con dureza sus caderas. Alzó una pierna de Niam y se la colocó sobre el hombro, entrando más profundo. Bajo una mano al pecho de está y comenzó a masajearselos, gimiendo de vez en cuando . Niam hincaba las uñas en la espalda de Kael. Este embestia de manera que el cabecero de la cama golpeaba contra la pared y hacía crujir las patas. Kael se quitó de encima de golpe y puso a Niam mirando a la pared. Entonces la penetró lentamente por el trasero, llevando una mano a su sexo y metiendo dos dedos hasta los nudillos. Puso un brazo de la lince tras su nuca y comenzó a lamer un pezón.  Se escuchaban gritos y gemidos de placer. Kael no dejaba de mover las caderas hasta que notó como su vientre comenzaba a tensarse con la liberación cerca. Miró a Niam signficativamente y ella asintió, dandole a enteder que ella también estaba a punto, entonces en una embestida final Kael gritó el nombre de la mujer que tenía en su cama, corriendose en su trasero, mientras que ella se corría en su mano. El Tigre salió de la mujer lentamente, abrazándola en plan cucharita mientras se llevaba la mano con el fluido de la chica a la boca, lamiéndo el fluido. Niam que lo observaba gimió. Kael ronroneó y entrelazó su cola con la de la mujer. Apoyó su barbilla en su hombro y cerró los ojos.

-Esta noche no te voy a dar más, durmamos. -Niam asintió sin rechistar. Había llegado al orgasmo, pero estaba insatisfecha.  Cerró los ojos y se durmió. al igual que Kael.

 A la mañan siguiente Niam abrió los ojos y buscó a Kael con la mirada, pero no estaba se había levantado. Miro su ropa doblada al borde de la cama. Sabía que  Kael no estaba de bueno humpor por las mañanas, asi que se levantó sin decir nada y se vistió. Escuchó el ruido de agua corriendo, el hombre debería estar duchandose. Suspiró cansadamente y miró el reloj del móvil de Kael. Le daba tiempo para ir a su habitación de la cabaña donde compartía con dos chicas más, ducharse y vestirse, y eso hizo. 

 Kael salió de la ducha con una toalla al rededor de la cintura. Niam se había ido, pues había escuchado la puerta. Suspiró y se fue a la cocina, tomándose una taza de café. Suspiró, hoy no entrenarian nada más empezar, venían los nuevos. Kael se vistió y tiró las sábanas sucias al cubo de la ropa sucia, encestando. Bajó las escaleras y abrió las ventanas para que se aireara la habitación. Salió, pues ya habian sonado las trompetas y se fue donde se suponen que vendrían los nuevos en caminones. Vikens le estaba esperando. Kael se cruzó de brazos y llegó el primer camión. Bajaron quience hombres y 12 mujeres Sargento. Entonces... vio como una mujer de 1'60, el pelo blanco le caia hasta el trasero. Tenía los ojos grises y estaba algo sonrojada y con ojeras. Unas timidas orejas asomaban de entre su pelo, y su cola, blancas. Sus orejas de pelo blanco. Era un Angora Turco. Hermosa, y Kael no fue el único en fijarse en la preciosa y calamidas andante que acababa de llegar. Dios santo... esa era Bianca. Destilaba por todos los poros de su piel pureza. Kael quería abrazarla, llevarsela como sus instintos primitivos le gritaban. Ella debia ser suya, nadie mas podia mirarla... La muchacha captó la mirada del tigre, y Kael de repente, se corrió silenciosamente en los pantalones.

Lágrimas de sangre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora