Capítulo (4)

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'Aférrate a todo aquello qué te haga diferente'

TASHA VENACINI

Era sábado y había quedado en llevar a Noah a salir, estaba nerviosa porqué era mi primera cita a solas con él, siempre que salíamos a un lugar la señora Adele nos acompañaba. A pesar de que le había dicho a la estupida de Brianna que yo sabía controlar las Crisis de mi pequeño, tenía miedo qué en ese momento no supiera cómo hacerlo. Aún así, no iba a dejar vencerme por eso, tenía que ser fuerte por él y por mí.

Estaba en mi habitación terminándome de arreglar, me duché y luego procedí a vestirme. Me coloqué algo fresco y cómodo, puesto que hacía un poco de calor el día de hoy. Opté por colocarme una franela de tiritas blancas con un short rosa pastel, unos converse blancos y me recogí el cabello con una coleta alta.

Me eché perfume y bajé a la cocina, mi madre estaba preparando el desayuno.

—Hola cielo, ¿cómo amaneciste?— mi madre pregunta mientras yo agarró un durazno que estaba en la mesa del comedor.

—Bien ¿y tú?—

—Bien también cariño. ¿para dónde vas tan arreglada?—

—Mami acuerdate que hoy había quedado en llevar a Noah al parque—

—¿Lo amas cierto?—

—Mucho, realmente lo hago— mis mejillas se tiñeron de rosa, mientras qué mi madre me regalaba una sonrisa maternal.

Ella sabía que mi vida había cambiado para bien desde que Noah llegó a ella.

—Lo sé mi cielo—

—Bueno mamá me voy, se me hace un poco tarde—  Me acercó hasta dónde se encontraba mi madre y le doy beso de despedida.

—Adiós Julieta, date prisa que tu Romeo te espera— rió por las ocurrencias de mi madre y sin decir nada más, doy media vuelta y salgo de mi casa.

Decido como siempre ir a pies, me gustaba observar la naturaleza, y que mejor manera para hacerlo, sino era recorrer las calles a pies.

Caminé unos quince minutos más hasta que llegué a mi destino. Toco el timbre de la casa de Noah varias veces, al tercer toque de timbre, escucho a la señora Adele responder un Ya voy, Acto seguido la puerta se abre.

—Hola cariño ¿cómo te va?. Pasa, Noah te está esperando—me adentré a la casa y pude visualizar a mi pequeño sentado en el sofá viendo televisión.

—¿Cómo amaneció mi príncipe?— le pregunto mientras me acercaba a él, al parecer no se había dado cuenta de mi presencia, porque al oír mi voz pegó un leve brinquito.

—¡Tashy, llegaste!— se levantó del sofá y me besó la mejilla.

—Si bebé, aquí estoy— exclamó, mientras le acarició su mejilla.

Me acerco lentamente a él y le doy un pequeño beso en sus labios.

—¿Nos vamos?— le pregunto y él asiente.

Entrelazó mis manos con las de él, para luego despedirnos de mi suegra.

—Adiós, señora Adele—

—Adiós, mami—

—Adiós chicos, cuidense— asentimos, para luego salir de la casa.

Caminamos unas cuantas cuadras más, hasta que llegamos a un pequeño parque que quedaba cerca del recinto residencial dónde vive Noah.

Era un parque dónde había varios vendedores vendiendo distintas cosas.

Noah, se quedó mirando uno de ellos, y pude notar que estaba mirando un carrito de helados.

My little boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora