CAPÍTULO III

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La siguiente semana fue relativamente tranquila, descubrí que compartía varias clases con todos los Cullens. Que Edward realmente era inseparable de Bella y que al igual que el resto de su familia, hacían todo juntos. Lo que hacía un poco difícil para mí tratar de integrarme con ellos, ya que a la única que aceptaban fuera de su clan era a Bella, pero la misma vivía al lado de Edward.

Las cosas en la escuela eran normales, no me fue difícil entrar en ritmo con las clases pero aún tenía dificultades con el idioma, no estaba acostumbrada a su alfabeto por más parecido que fuese al mío, después de todo mi mente estaba programada para leer griego antiguo. Lo que me dificulta a la hora de hacer trabajos grupales.

Jessica, quien no era para nada mi fan, dejó de interactuar conmigo. Nos sentamos en la misma mesa para el almuerzo, pero podía sentir que le molestaba que yo estuviese ahí, mi presencia en general. En la casa no era mejor, era cordial conmigo cuando tenía que serlo, e intercambiábamos conversación en la mesa, pero nuestra relación no pasaba de ahí. Siempre que la miraba estaba mirándome con mala cara.

Su mamá, la sra. Stanley, le había pedido que me mostrara la ciudad en varias ocasiones, pero eso terminó en nada. No me molestaba en realidad que no quisiera nada conmigo, me daba más tiempo para mis cosas, después de todo tenía todavía cosas que ocultar y secretos que guardar. Además entendía que Jessica se sintiera invadida, no solo estaba en su colegio como Bella, sino que también en su casa. Le robaba totalmente la atención que ella creía merecedora de ser.

El distanciamiento de Jessica me dejó intentando ser una humana sola y descubriendo la ciudad por mi cuenta. Lo que no estuvo tan mal después de todo, bueno por lo menos la parte de descubrir la ciudad por mi misma, la parte de ser humana podía ser un poco caótica a veces.

Había una linda cafetería cerca de la casa, un diner abierto las veinticuatro horas del día un poco más alejado del centro, que se había vuelto habitual las noches después de merodear por el bosque. Claro, siempre que no fuesen pasadas las dos de la mañana.

Descubrí también que los Cullens rara vez bajaban a la ciudad, a menos que fuese algo esencial. Vi el auto de Rosalie una vez, pasando al lado mio mientras caminaba. Y el del Dr. Cullen, pero él trabajando en el hospital no me llamó tanto la atención, el auto de Edward era un habitual por la zona de Bella, pero como no residimos en el mismo barrio solo lo veía en el colegio.

Bella junto con Ángela, eran las únicas con las que me hablaba en el colegio, pero Bella pasaba más tiempo con Edward y Alice que con el resto del grupo.

Con está información decidí que no solo tenía que acercarme a los Cullens en el colegio, sino también a Carlisle en el hospital.

Angela me dijo un día de ir almorzar juntas y luego ir a la librería. Nos sentamos juntas en clases de biología, cuando me pregunto que haría el sábado. Y así, cuando Angela podía, pasábamos los sábados en la librería.

...

Mis incursiones al bosque continuaron, necesitaba encontrar el Árbol y todavía no había tenido éxito en mi búsqueda. El caminar de noche siendo humana por el bosque no era la mejor idea que hubiese tenido, por lo que me estaba llevando más de lo habitual.

Me había acostumbrado a mirarles los ojos a mis compañeros vampiros para ver cuando andaban por el bosque, y en eso se basó mi rutina diurna.

Una noche particular que caía una leve llovizna y luna nueva permitía una oscuridad completa, sabía que los Cullens no andarían por el bosque. La lluvia hacía que el lugar fuera un desierto de árboles, ya que ni los animales circulaban en él, decidí que podía andar con más tranquilidad de la habitual.

Y en esa tranquilidad que manejaba me había aventurado por nuevos caminos llevándome a perderme, no estaba perdida del todo pero tampoco sabía el camino con certeza, solo estaba siguiendo las señales que encontraba. Encontré un rastro de flores y lo seguí, caminaba tranquila porque tenía la noche para mi.Era una con la naturaleza y estaba en sintonía con todas las criaturas que me rodeaban, permitiendo estar un poco más cerca de casa.

Caminé por un largo rato, el rastro de lirios del valle me llevaron a un claro grande donde se escuchaba de fondo la caída de agua con fuerza, lo que me indicaba que había un río pasando no muy lejos de aca. Era una buena señal. El agua, las flores, la tierra del claro, todo indicaba que estaba cerca de encontrar lo que había estado buscando tantas noches atrás, solo tenía que encontrar una eta grabada en algún lugar y encontraría mi árbol.

La leve llovizna se había convertido en una lluvia ligera pero más densa que la primera, y me encontraba empapada.

Recorrí con cuidado los bordes del claro buscando el árbol, cuando el aullido de un lobo me heló el cuerpo y se robó toda mi atención. No estaba muy lejos. Se empezaron a escuchar cada vez más aullidos uniéndose al primero, y antes de darme cuenta estaba corriendo hacia ellos.

El sonido del agua era cada vez más fuerte en mis oídos ensordecidos por el viento y la lluvia. Los aullidos eran más potentes a medida que avanzaba.

Llegué a un borde acantilado y frené en seco, tratando de no caer en él. Un río pasaba por debajo a unos tres metros de donde me hallaba. Me escondí detrás de los árboles observando y esperando ver de dónde venían los aullidos.

Y ahí estaban, tres lobos enormes. Estos eran los guardianes, en medio del bosque, en medio de la lluvia, ahí estaban.

Los lobos más grandes que había visto, eran hermosos, el pelaje variaba en los colores y tenían los ojos amarillos. Me tenían hipnotizada hacía muchos años que no me encontraba con una manada de guardianes, estaban jugando entre ellos y no podía sacarle la vista de encima. Sonreí al verlos. Aullaron los tres de nuevo y aparecieron otros tres lobos más. Había uno negro como la noche que parecía ser el alfa, era más grenade de contextura que los demas, llego y todos se abrieron paso para el.

Adoradores de la Luna al igual que yo. Hijos míos.

No podía quedarme eternamente ahí, tenía que irme antes de que se dieran cuenta que había alguien más en el bosque junto a ellos.

Moviéndome sigilosamente salí del arbusto para encaminarme por el camino sinuoso que me llevaba al claro. Llegue a este no tan segura de mí misma, ahora sabía que no estaba yo sola en el bosque, me había llevado una sorpresa al encontrar Licántropos en la zona. Apresurando el paso lo más que pude sin dejar de pasar por humana, me dirigí a la casa sorprendida cada vez más de las cosas que pasaban, pensando en que tendría que averiguar cómo podían convivir licántropos y vampiros en la misma zona. 

BLUE MOON ➛ Carlisle Cullen (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora