Había salido corriendo de la escuela intentando esquivar las miradas sabedoras de los Cullens. Me sentía observada y no necesitaba nada de eso ahora, no con los problemas que se avecinaban. Jessica no estaba en el estacionamiento cuando la busque, traté con todas mis fuerzas de no poner los ojos en blanco y decir un improperio pero fallé en el intento. No me quedaba otra que caminar hasta la casa, correr, o volar. No, la última no era una opción, me repetí mientras acelera el paso mientras pasaba por al lado del auto de los Cullens, mientras podía ver por el rabillo del ojo como me inspeccionaban.
Camine lo más rápido que pude hasta la casa, el dolor muscular en las piernas me estaba matando, sentía el sudor correr por mi espalda y frente, y el calor en mis cachetes. Podía ver la casa de los Stanley cuando sonó mi celulr. Era un mensaje de Carlisle. Quería verme. La piel se me puso de gallina mientras lo leía inspire hondo y corrí el último tramo hasta la casa, subí las escaleras a la misma velocidad y cerré mi puerta con llave antes de sentarme en el marco de la ventana y mirar al bosque. Ese mensaje no podía ser nada bueno, era obvio que habían deducido que algo pasaba conmigo, que algo iba mal. Sabía que llegaría el día en el que los cálculos les darían y dieran con mi verdadera naturaleza, solo no esperaba que fuese tan pronto. Suspire tratando de tragarme la angustia.
El mensaje decía que me buscaría por la casa. Mis planes de recorrer el bosque buscando rastros de lo que estaba pasando se esfumaron.
Levanté una mano y chasqueé los dedos. Una figura de una mujer con cara triste apareció frente a mi.
-*recorre el bosque. busca las anomalías* - le indiqué, mientras movía la mano en señal de retirada para que empezara su trabajo. Nadie podía verla, así que no había riesgo.
Respirando profundo volví a entrar a mi habitación y empecé a prepararme para el encuentro con Carlisle. Suspirando de nuevo mientras me metía a la ducha y pensaba en como esconder el aroma.
...
Mis pies repiqueteaban de impaciencia. Veia el mercedes negro parando frente a la casa a traves de al ventana del living. Tenía que parar de temblar, no había hecho nada malo me dije mientras salía por la puerta principal, casi corriendo al auto.
Abrí la puerta de golpe, intentando no pensar en nada.
-Hola- salude mientras me sentaba e intentaba ponerme el cinturón. La cara de Carlisle no decía nada.
-Hola- Respondió cortés. mirando hacia adelante mientras el auto comenzaba avanzar. No sabia como empezar la conversación, necesitaba información de lo que estaba pensando, de lo que podía llegar a pasar, a donde íbamos, algo para poder tranquilizarme.
- Así que...- empecé mientras me volvía hacia él - ¿pasó algo? el mensaje parecía urgente- dije mientras me agarraba las manos en un intento de que no temblaran. Zeus, no podía ser más patética, acá estaba yo un ser inmortal, hija de uno de los dioses más temidos, teniendo miedo de lo que los Cullens podrían haber llegado a averiguar. Me miró por el rabillo del ojo antes de responder.
-No pasa nada- me aseguro concentrado aún más en la calle. Su negativa a responderme que pasaba en realidad me inspiró a hablar con más soltura.
-¿Puedo saber a dónde vamos?- pregunte mientras sonreía. No respondió, y el silencio llenó el espacio sacando del lugar la poca comodidad que había.
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BLUE MOON ➛ Carlisle Cullen (editando)
FanfictionA Veces vivir eternamente se vuelve cíclico, y más si estamos condenados a repetir nuestros mismos errores. Los personajes de esta historia personajes de la saga crepusculo que aparecen en esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer.