Era un día de plenas locuras, días antes del gran festival de primavera, cual también tocaba ronda de vigilancia por el valle a nuestra buena maestra Tigresa junto a Po, cual no estaba presente con ella... de nuevo. Pues por reto de sus amigos la dejaron ir sola.
Esta iba por la calle principal estrujando su cola y chaleco; estaba empapada de agua lodosa.
— Que asco de día... — dijo extrayendo el agua sucia de su cola. Las voces de unos niños la sacan de su pensamiento.
— ¡Ahi esta la maestra Tigresa! — dijo una cerdita cual al lado de otras tres se le aproximaron. — Maestra Tigresa ¿Que le pasó? — esta rodó los ojos y seguido suspiró.
— Pelee con unos bandidos... — dijo seria sin siquiera verlas.
— Y el Guerrero Dragón no estaba para ayudarla — dijo otra cerdita.
— Yo-no-necesito- ayuda — dijo de mala gana — niñas, ¿Por que no van a jugar por ahí? — dijo con su mejor sonrisa haciendo ademanes. Estas se inclinan y se van correteando una tras otra.
La felina seguía caminando, incomoda por la humedad y la suciedad que sentía.
— "Se me esta metiendo entre..." — alcanzo a pensar cuando la voz del Sr. Ping la saca de ellos.
— Tigresa. — llama. Ella echa la cabeza para atrás soltando un suspiro de fastidio, voltea a su izquierda, ahí esta el ganso.
— Si señor Ping.
— Solo quería que me hicieras un favor... ¿Que te pasó? — dijo al final notando el desastre que era.
— No quiero hablar de eso ahora — se cruza de brazos — ¿Que favor?
— Bueno, no es mio... — tras la pared de la derecha sale la lince... Sir — estuvimos cocinando un rato, y me ayudó en el restaurante...
— Yo solo quería que le llevara esto a... Po — tras su espalda sacan una caja envuelta con una manta — son bocadillos, a él le gustan.
— "no soy tu sirviente tonta" — pensó la tigre — No. Ya me voy... — ella siguió por su camino, cuando la vos reprochante del ganso la detuvo.
— Tigresa, solo es un favor, vaya maestra del Kung fu.
— (acercándose) Bien. — toma bruscamente la caja a tal punto de rasgar un poco la manta con las garras — ...lo haré por usted señor Ping, no por ella — sale de ahí rápidamente. No podía dejar ver su orgullo ante el ganso padre de Po.
— ¿Cree que le caiga mal a la maestra, señor Ping? — dijo algo preocupada.
— La verdad... si, si le caes mal... pero se le pasará, ella es muy desconfiada con todo el mundo. Tranquila.
.
— "Soy la amble y simpática lince del valle de la Paz" — piensa mientras sube las escaleras — "soy doctora, cocino bien y vuelvo loco a los hombres..." idiota — dijo, abre la caja — ¿Que tienen estas cosas para que le gusten a Po? — dijo viendo el contenido de la caja, unas bolitas de harina, ni olor les sentía — ...Hasta yo podría hacérselas... — dijo insegura de eso, viendo abajo toma una y la mete en la boca. Su sabor era tan delicioso que se le hizo agua la boca — esta bien, están ricas... — dijo sin terminarla — ya, parezco tonta probando comida ajena — la escupe, pero antes de que tocada el piso la patea para devolverla a su boca —...pero si están ricas.
Al llegar al palacio se dispuso a buscar a los chicos, con media caja de bolitas de harina claro. Los encontró en el patio de entrenamientos. Lo extraño es que estaban Po y Mono parados encima de varas de bambú de aproximadamente un metro de alto y 2 pulgadas de ancho, haciendo equilibrio. Mono se tambaleaba y Po esta estático encima.
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Historias: Po&Tigresa
РізнеPo, por lo que puede leer Tigresa es un escritor cauto. Quien ha escrito en pergaminos extraños historias de él y ella. Eso que mientras se desarrolla una complicada y compleja relación entre ellos.