Nos encontramos en la cama, ya para dormir y mi esposo me molestaba, para que le apague el velador. Le dije cinco veces que termino el capítulo y lo hago, pero no le importa.
—Más molestas, más tardo en leer. —Le dije como si le hablara a un nene de cinco, porque a veces, creo que lo es. Al menos, así es como se comporta.
—Lee mañana, ya es tarde. Si seguís así voy hacer algo que odias y no voy a parar hasta que no dejes el libro.
Este hombre me hace considerar seriamente el hecho de dormir en habitaciones separadas… Ahora entiendo porque algunas parejas lo hacen…
—Me queda una hoja, Tomás ¿no me podés dejar disfrutar de mi Cristian Grey?
Más bien, babear por mi Cristian Grey… ¿Alguien podría juzgarme?
—No, no me gusta que leas de otros hombres en nuestra cama.
—No es real.
—Si, pero ya quisieras.
Lo ignoré y seguí leyendo, hasta que levantó la colcha para taparme la cabeza y tiró un pedo de esos ninja, sin ruido, pero más podridos que el pu*to basurero.
—¡Sos un asco! ¡Liberame! —Grité intentando salir de entre la colcha, mientras lo golpeaba.
—¡Vos te lo buscaste!
Me salí por el costado y lo golpeé con mi libro… Ya quisiera que fuera de tapa dura…
—¡Ahora perdí la página, estúpi*do! Sucio, mugroso, olor a cu*lo ¿Qué comés que tenés tanta pudrición adentro?
—Como tú comida, debe ser eso, seguro que le pones veneno de rata, por bruja.
—Yo como mi comida y no soy así de podrida.
—¡Ja! ¿Sabés los pedos que te tiras mientras dormís?
¿Cómo tiene la osadía de decir que su esposa se tira pedos? Al menos no me los tiro a propósito…
—Seguro que lo míos huelen a flores.
—Si, claro, a flores de ajo podrido.
—¿Cómo vas a hablar así de tu esposa? ¡Quiero el divorcio!
—¡Te lo doy y me quedo con la custodia del pez!
—Nooo, Dorothy es mía.
—Es mi hija, se viene conmigo.
¿Su hija? Que yo recuerde me la mató una vez por tirarle escamas de puré de papa y la cambió por un pez nuevo… Cuando yo no estaba… QEPD Dorothy 1… Tu sucesora come bien.
—… Seguro te la comes cuando se acabe la comida. Muerto de hambre…
—Señora Elena, que me guste chuparle la con*cha no significa que me guste el pescado.
—Señor Tomás, no va deleitarse nunca más de mis partes íntimas por haber dicho que tienen sabor a pescado.
—Nooo, no me podés prohibir chupar mi conchi*ta… Me porto bien… —Dijo con ojitos de cachorrito.
Me comenzó a besar el cuello y ya me estaba ganando así que lo golpee con el libro.
—No me golpees, bruja. —Me pasó por arriba para apagar el velador y paró un segundo para besarme en los labios. —Necesito dormir, mañana seguís leyendo al pu*to de Cristian… Seguro la tiene chiquita, es gay y a los cincuenta se queda calvo, y pierde toda su fortuna jugando al póker.
Lo miré mal, por insultar a mi amado Cristian, pero ya sé que está cansado y lo perdono por hacerme cucharita, así que dejé el libro en la mesita de luz y me acomodé, para después escucharlo susurrar.
—No podés pelear conmigo, bruja… yo siempre gano.
Pu*to… Ya va a ver el veneno de rata que se come mañana…
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Quiero el P#TO divorcio✔
HumorUna historia sobre una pareja de polos opuestos, en su segundo año de casados. Elena tiene veintiocho y Tomás tiene veintisiete, recién cumplidos. Elena es su mejor intento de ama de casa, aunque cocina pésimo y no limpia, prefiere pagarle a una muc...