Hasta que la suerte nos separe

6: 𝓐𝔃𝓾𝓵

Harry condujó hasta llegar al hospital general de Tance, su rostro había cambido magnitudes desde lo anteriormente sucedido con Amelia, su ceño se encontraba fruncido, sus manos tensas en el volante, su mente estaba dispersa pero centrada en un objetivo, ver a Louis, su corazón daba mil latidos por segundo, estaba angustiado, que le pudo haber pasado a para estar en una situación tan delicada. ¿Patrick tuvó algo que ver? ¿por qué el tampoco había ido a clases? ¿tuvó algo que ver con Louis?

Mil preguntas más rondaban por la rizada cabeza de Harry, él estacionó el auto en un espacio cerca de la entrada. Al bajar del auto se dirigió a una puerta que indicaba la entrada a emergencias. Harry encontró a una joven enfermera a la cual le pidió asistencia para encontrar a su amigo.

-Hola, buenas noches, ¿Me podría ayudar a encontrar a un paciente?

-¡Claro! ¿Es algún familiar suyo?

Harry sabía perfectamente que si decía que solo había hablado con Louis una sola vez no lo dejarían siquiera verlo de lejos.

-Sí, sí.

-¿Me podría proporcionar el nombre del paciente?

-Louis Tomlinson

-Perfecto, ¿Usted que es del paciente?

-Soy su primo.

-OK, ¿Su nombre?- Dojo la mujer anotando la hora y fecha de aquella noche.

-Liam Tomlinson.

-Deme un segundo- La joven anotó el "nombre"- Listo, el paciente no ha podido conciliar el sueño, entonces lo más probable es que se encuentre despierto, se encuentra en la habitación 0928.

-Muchas gracias señorita. Linda noche.

-Igualmente joven.

Harry buscó entre las habitaciones, subió tres pisos hasta dar con la habitación correcta, primero localizó a Louis con la mirada, como la enfermera le había mencionado el estaba despierto, estaba jugando con una pequeña pelota en la mano, la lanzaba al techo y la volvía atrapar, parecía una noche aburrida en el punto de vista de Harry.

-Hola.- Louis tenía el rostro lleno de marcas violetas, el labio roto, varios parches y un brazo roto. -¡¿Qué demonios te pasó?

-¿Harry? ¿Qué haces aquí?

-Yo hice primero las preguntas.

-Oh- Mi papá y el papá de Patrick son mejores amigos, el sábado fueron a cenar, yo tuve una pequeña disputa con él, cuando mamá nos llamó a comer Patrick seguía bastante molesto conmigo. Su papá le preguntó si todo estaba bien, Patrick confesó todo lo que había pasado co-contigo, también dijo que eras mi pareja, que el nos había visto besarnos. Mi padre le tiene plena confianza a él, entonces claramente le creyó todo, solo recuerdo los ojos llenos de furia de papá y despertar aquí, mamá prohibió que vinieras a verme, por eso me extraño el verte aquí ¿Demasiado drama para solo haber hablado un vez no?

-Oh, perdón por haberte causado tantos problemas, si lo ves prudente esta es la última vez que hablamos.

-No-no para nada Hazza, intentaré aclarar las cosas con mi padre, espero todo salga bien.

-¿Estás seguro?

-Claro, total, ya rompió mi brazo ¿Qué más podría hacerme?

-No digas eso.

-¿Por?

-Cuando era pequeño mi mami solía decirme que cuando decía cosas como ¿Qué es lo peor que podría pasar? o no me puede pasar algo peor, sucedía lo peor, se que suena un poco supersticioso pero prefiero evitarlo.

-¿Le sigues diciendo "mami" a tú mamá?

-Ni siquiera escuchaste lo que dije.

-Claro que si, de hecho pienso lo mismo pero irónicamente no pensé al decirlo.

-¿Cómo te sientes?

-Pues obviamente no me siento ni me veo como normalmente pero estoy bien, ayer de verdad no podía ni comer del dolor, hoy me dieron algunos medicamentos para el dolor y me siento mucho mejor.

-¿Hay algo que yo pueda hacer para ayudarte?

-No, solo ayudarme con algunos temas en la escuela.

-Claro, sin problema, solo no me pidas ayuda en matemáticas.

-No te preocupes de hecho soy muy bueno en matemáticas, es más te tengo una propuesta ¡Qué te parece que yo te ayudo con matemáticas y tú con todo lo demás?

-Un trato algo injusto ¿No te parece?

-No para nada, nos ayudaremos a estudiar mutuamente solo que yo soy una papa para todo lo que no sea matemáticas ¿Trato?- dijo Louis estirando el brazo no lastimado.

-Trato- Harry estrecho la mano con una bella sonrisa en el rostro.

Ambos platicaron las siguientes horas pero ya era 11:30pm, al darse cuenta Harry le pidió a Louis si podía usar el teléfono de su habitación. Louis asintió, tomó el teléfono para dárselo al rizado. Harry marcó el número de su casa.

-Aló- Dijo la dulce voz de su madre

-Hola mami, soy yo Harry, ya voy en camino a la casa, perdón por incumplir el horario.

-Mi cielo, no sabes el alivio que me da escuchar tu voz, ¿pasó algo? ¿todo esta bien?

-Claro, solo se me fue un poco la hora.

-Es hora de que regreses- Dijo una coz masculina, era una voz rasposa y demandante, Harry sintió un leve escalofrío en la nuca, leve era poco, Harry sintió cada vello de su piel erizarse, era su padre, su voz se escuchaba más demandante de lo normal. Harry estaba oficialmente aterrado, si bien su padre no era de las hombres que golpeaban a sus mujeres o hijos constantemente, él tenía otros métodos.

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Al llegar a casa, Harry esperaba lo peor, una de las reglas más importantes de sus padre era "respetar el horario."  irónico, ya que al parecer solo su madre, Gemms y él respetaban aquella regla.

-¡Llegue!.- comentó el rizado mientras dejaba las llaves en el pequeño contenedor en la entrada.

-¿Te parecen horas de llegar?- pregunto su padre.

—Uh- No yo...— fue interrumpido.

-Me parece que tú madre te dió una hora de llegada.

-Sí, lo siento, perdí la noción del tiempo.

-Tenías un horario Harry.

-Ya dije que lo siento- en el momento que Harry sintió su voz elevarse, supo que todo se iba a venir abajo —Lo-Lo siento n-no fue mi intención yo...

-Haz irrumpido dos reglas el día de hoy, sabes que debes hacer.

-Sí padre.

Harry sintió como si quinientos kilos de madera colapsarán en su espalda. Su padre (aparentemente) nunca perdía la compostura, jamás gritaba o lo golpeaba, pero tenía una manera de reprender a sus hijos. Harry de verdad prefería que lo golpearan o le gritaran, el castigo de su padre consistía en quedarse en ropa interior, salir al jardín y quedarse de rodillas toda la noche, a pesar de jamás haber roto aquel castigo su padre tenía una reprenda en caso de. Si alguno de ellos llegase a irrumpir debería de salir completamente desnudo a la calle, toda la noche y de rodillas, con esa "advertencia" Harry no tenía ni siquiera planeado entrar a casa.

Harry subió a su recámara y empezó a desvestirse, la noche era gélida, Noviembre en Tance era prácticamente una visita al polo norte, si aquello podía empeorar esa noche estaba cayendo aguanieve. Él rizado dió tres respiraciones profundas, se vio en el espejo, sus rizos estaban despeinados, se estaban formando pequeñas bolsas violáceas, esa noche iba a ser fatal.