capítulo 2

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[❃.✮]

Narrador:

La emperatriz Navier se encontraba dando un paseo acompañada de sus damas de compañia hasta que se escucho el grito de un chica.

—¡No lady Rashta!

La emperatriz se dio vuelta encontrandose con una mujer pelirosa y una albina, la de ojos azulados se dio cuenta de su presencia.
—¡Majestad!
Bueno al menos la otra era educada.

—¡Hola soy Rashta!—Saludo de una manera infantil la albina.

Navier se dio vuelta sin más con la intención ignorar a las dos mujeres el rostro de la pelirosada lo tenía grabado en su mente y eso no le fastidiaba eso era lo que le preocupaba se le hacía amigable.

—¡Oiga!—Alguien tomo el vestido de la emperatriz causando que se rompiera que desagradable era es chica.

[Salto de tiempo]

—¿Roñosa?—Entro en la escena el emperador todos se quedaron en silencio y el emperador fue saludado por las condesas, iba directo a si a Rashta hasta que se vio interrumpido por un grito.

—¡Que le pasa a ella! Rompió el vestido de la emperatriz  la trato con malos modales acepto que no tuviera educación, pero al menos que tenga respeto por sus superiores e interrumpe a las personas con su llanto ella es hartante—Respondió ya harta la pelirosa.
Sin dudarlo  el emperador corrió hacia ella preocupado le pregunto

—¡Ame que te ocurrió en el labio! ¿Te duele? —Dijo el emperador muy preocupado revisando a la chica para ver si no tenía alguna otra herida.

—¿Labio...? ¿Herida...?—susurro con extrañez como si se le olvidara algo—Si duele mucho lady Rashta hizo que me cayera—Dijo entre sollozos la pelirosa—¡ya había recordado lady Rashta había hecho que ella callera ahora tengo que aprovechar eso a mi favor! —pensó la ojo zarco.

—¡Pero...!—sus palabras se vieron interrumpida por la voz del emperador.
El emperador bajo la mirada hacia la chica que llevaba en brazos y vio a sus ojos aguados gracias a los sollozos.

—¡Pero nada Rashta no fuiste nada amigable con Ame ya sé que no puedo dejarte sola cerca de Ame!—Respondió el emperador  no le gustaba ver el rostro lloroso de Ame.

—Vámonos, me duelen los pies —Dijo la pelirubia algo confundida.

—¡Emperatriz espere! ¡Esa dama de compañía!—Señalo a laura.

—La señorita Laura...

—Déjela aquí conmigo, majestad—Dijo en un tono serio el emperador.

—No, es mi dama de compañía—Dijo de igual forma la emperatriz.

—Es su dama de compañía, pero tambien cuidadana de mi imperio—Hablo con el mismo tono anteriormente usado. —Ustedes. —llamo a sus guardias—Encierrenla tres días.

—¡Me parece desmedido!—Exclamó la emperatriz.

—¿Desmedido?, esta muchacha esta herida y bajo mi cuidado sin embargo su dama de compañia la llamo "roñosa"—Señalo a Rashta—

—Pero su majestad lady Rashta...Es muy mal educada y grosera. —Hablo Ame un poco tímida, ya que estaba en los brazos del emperador —Rompió las ropas de su majestad la  emperatriz y la trato de "oiga" eso fue grosero de la parte de Rashta.

—Ame...—Dijo sonriendole y afirmando su agarre en ella—No te preocupes no tienes por qué justificar a la dama de la emperatriz ni a la emperatriz así que tranquila.

—¡Pero...!—sus palabras se vieron interrumpidas por la voz de la dama de compañía.

—¡Es justo!—Grito laura asustada.

[Salto de tiempo]

—Me llamó su majestad. —Dijo infantilmente la albina.

—Me llamó su majestad. —Dijo la pelirosa.
Cada una entro por diferente puerta Rashta la miraba con tanto odio Ame ya  había superado lo del inconveniente.

—¿Rashta? ¿Ame? ¿Desde cuándo se volvieron sirvientas?

—Bueno pensé que lo menos que podía hacer era servirle. —hablo Ame entusiasmada.

—¿Entonces...? ¿Serás mi sirvienrta?

—Si.—Contesto la de ojos azulados.

—Es muy lindo de tu parte estando herida aun ¿quieres ser mi sirvienta?—La ojos zarco asintió rápidamente—Está bien descansa come un poco de pastel de calabaza.

—¡Woah!, está bien su majestad—Tomo una pequeña porción—Solo dígame Ame siento que lo de señorita es muy formal—Dijo la pelirosa dando un mordiscado al pastel—Rashta la miraba de la misma manera de antes—venga aquí lady Rashta.

—Emperador ¿no dijo que me iba a convertir en su amante?—Dijo Rashta.

—Es cierto. —Asintió el castaño—
Ame frunció el ceño.

—Pues parecía que la emperatriz todavía no lo sabía. —Dijo Rashta.

—No Preocupes a tu hermosa Cabecita. —Dijo el pelinegro.

Rápidamente la pelirosa se levantó y no pensó en dejar el pastel se fue rápidamente no quería escuchar la estúpida conversación el único lugar que se le vino a la mente era un columpio que estaba en el jardín llevo su libro de brujas con ella

[•••]

Se encontraba leyendo tranquilamente comiendo de vez en cuando comía pastel sintió una mirada en ella así que miro a los lados encontrándose con la emperatriz mirándola fijamente 

Rapidamente se paró —¡Majestad—Dijo Nerviorsamente la emperatriz se acercó a ella lentamente.

—¿comó te llamas?—Pregunto la pelirubia

—Llámeme Ame su majestad.

—¿Qué lees? —pregunto con curiosidad la emperatriz.

—¿Eh?... ¡Ah! Es un libro de como una mujer es una bruja es discriminada y se ve obligada a casarse con un asesino de brujas todavía lo estoy empezando a leer se ve interesante—dijo mirando la portada del libro—la contraria quedo en silencio.

—¿Quiere venir a leerlo conmigo su majestad?—Dijo la de ojos zarco dándole palmitas  al puesto que sobraba invitándola a sentarse—
La contraria quedo sorprendida, pero aun así asintió lentamente camino a pasos tranquilos hasta el lugar del puesto para así sentarse.

La mayoría de la lectura fue en silencio, pero también no pudieron evitar soltar risas cuando pasaba  una escena graciosa o mirar hacia otro lado cuando pasaba una escena cliche el ambiente era muy agradable la emperatriz se sentía muy cómoda junto a ella y asi paso toda la tarde hasta que el libro término las dos lamentaron que se hubiera acabado, pero prometieron seguir leyendo juntas bueno lo que prometió esto fue la pelirosa y así para separase, pero la emperatriz tenía esa promesa en la mente.

Continuara

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