Capitulo 3

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Narrador:
Comenzaron a hablar de la celebración de año nuevo, pero cambiaron el tema de conversación a un chico, del príncipe del occidente y el de un príncipe azabache que se le había olvidado de donde era. Eran los temas de conversación la verdad para Ame era más que un tema aburrido así que decidió salir a tomar aire encontró una colina ese era el lugar perfecto para ella sentarse puso una manta roja una bebida de naranja y galletas tenía todo listo para preparar su lectura de herbología.

Leía atentamente cada página grababa en su mente las plantas sus beneficios y las plantas que no son comestibles o vvenenosas vio a una mujer pelicastaña paracía algunos años mayor que ella estaba columpiándose tristemente parecía sola triste llevo el plato y el jugo de naranja camino dirección hacia la castaña silenciosamente dejo suavemente el plato de galletas y el jugo en un lugar limpio y empujo el columpio fuertemente la castaña enseguida voltio sorprendida para ver a la persona que la empujaba la pelirosa soltaba pequeñas risitas le causo un poco de gracia ver la reacción de la castaña rápidamente se levantó del columpio se dirigió hacia la pelirosa.

—Gracias—Respondió la pelicastaña con los ojos aguados.

—Eh, porque lloras si quieres me puedes decir el porqué no te sientas obligada puedes llorar todo lo que quieras. —Dijo dedicándole una sonrisa a la peli castaña.

Las palabras de la pelirosa la sorprendieron casi nadie la trataba bien se sintió feliz de que por fin alguien no la ofendiera haciendo que la pelicastaña rompiera a llorar desconsoladamente recostándose en el columpio hay lo entendió la pelirosa se sentó en el espacio que sobrababa delicadamente puso la cabeza de la castaña en sus piernas comenzó hacerle piojito y a tararear una canción haciendo que lentamente la castaña pudiera calmarse rápidamente la castaña se levantó haciendo que la pelirosa se sorprendiera.

—Perdona las molestias señorita—Dijo limpiándose las lágrimas con la manga de su vestido.

—oh, no fue ninguna molestia llámame Ame—Dijo con una sonrisa.

—Mi nombre es Suni encantada de conocer la señorita Ame—Dijo haciendo una reverencia.

—No, no hay necesidad llámame solamente Ame me puedes decir por qué estabas llorando.

—Claro señori... Digo Ame.

Suni le explico por lo que estaba pasando le dijo que era una condesa, pero todas las personas la discriminaban gracias por ser hija de un hombre que cometió muchos errores dañando así la reputación de la familia de su madre y de ella.

—Está bien no te veas forzada a contar podemos cambiar de tema mejor hablemos sobre tus gustos.

Hablaron toda la mañana sobre los gustos de cada una se dieron cuenta de que tenían mucho en común Suni ya tenía mucha confianza en ella lastimosamente ya se tenía que ir.

—Ame espero volverte a ver lastimosamente ya me tengo que ir —Dijo con una expresión triste.

—No te preocupes Suni yo también quiero volver a verte después de todo eres mi amiga.
Las palabras de la pelirosa sorprendieron a la castaña era la primera vez que alguien la llamaba amiga estaba realmente feliz la castaña hizo una reverencia se fue antes de que la oji azul pudiera decir algo.

Ame decidió seguir recorriendo la casa imperial se encontró con la emperatriz acompañada de sus damas de compañía  no sabía sin saludarla o no, ya que no sabía si eran unidas o no, pero decidió a arriesgarse saludándola hizo una pequeña reverencia hacia la emperatriz lo que recibió de respuesta .

-Buenas tardes, señorita Ame ¿Cómo ha estado tu día? —Dijo la de cabellos rubios.
Ame estaba botando brillitos pensaba que le caía mal a la emperatriz

—Solo dígame Ame muy bien y el suyo, majestad
Las damas de compañía estaban sorprendidas por la actitud de ellas dos.
Ame y la emperatriz Navier tuvieron una charla casual hablaron sobre la reseña del libro.

[•••]

En otro lugar se encontraba una castaña dirigiéndose al cuarto del emperador toco tres veces recibiendo un pase como respuesta.

—¿Eh? Usted es la condesa Suni si no me equivoco —Dijo con un tono dudativo.

—Si su majestad —Hablo la castaña con cierto nerviosismo.

—¿Qué la trae por aquí condesa Suni?—Dijo el emperador.

Sin previo aviso la condesa estaba arrodilla en el piso haciendo que el emperador se sorprendiera por tal acción.

—Majestad por favor se lo ruego dejéme ser la dama de compañía de la señorita Ame prometo que la cuidaré enseñaré no le faltara  comodidad la lavaré peinaré vestiré, pero por favor déjeme ser su dama de compañía—Dijo la castaña muy nerviosa.

—Se puede el saber por qué —pregunto el emperador no le iba a dejar que cualquiera fuera la dama de compañía de Ame-.

—En serio no puedo expresar con palabras  la agradecida que estoy con la señorita Ame quiero acompañarla siendo su dama de compañia ella fue mi primera amiga así que quiero al menos poner un granito de arena siendo su dama de compañía así que por favor su majestad déjeme serlo.

El emperador quedo conmovido con las palabras de la condesa.
—Acepto la solicitud para que seas su dama de compañía así que cumple con tu promesa—Dijo mirando con  una sonrisa a la castaña.
Rápidamente la castaña alzo su mirada sorprendida no esperaba que la aceptara como dama de compañía de la señorita Ame.

—Se lo prometo su majestad—Dijo dando una reverencia saliendo apresudaramente de la habitacion.

No aguantaba las ganas de ser la dama de compañía de la señorita Ame le iba a decir ahora mismo.

Cuando salió la condesa Suni el emperador soltó una pequeña risita estaba feliz aunque no esperaba que alguien quisiera ser la dama de compañía de Ame.

Rápidamente corrió por los pasillos buscando a la señorita Ame la encontró mirando por la ventana
—¡Señorita Ame!—Grito la de cabellos castaños-
Haciendo que la nombrara volteara a ver a su direcciín rápidamente se le hizo una sonrisa en la cara.

—¡Suni!
La castaña llegó a su lugar jadeando del cansancio no acostumbraba a correr tanto.

—Señorita Ame le tengo una noticia—Dijo con una notable felicidad la castaña.

-¡Enserio!, vamos dila no me dejes con el suspenso.

—Desde hoy voy a ser su dama de compañía—Dijo con una sonrisa en la cara-

—¿Segura? Estoy muy feliz, pero no quiero que te hayan obligado a ser algo que no quieres—Pregunto preocupada mirando ala castaña.

Suni se sorprendió por sus palabras se notaba lo preocupada que estaba Ame.
—No fue así señorita Ame me ofrecí yo misma a ser su dama de compañía.

—Entonces estaré feliz de que seas mi dama de compañí—Dijo feliz la pelirosa no dudaba sobre las decisiones que tomara Suni.


Continuará.

Testigo [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora