CAPÍTULO 3

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La molestia se apodero de su interior. Y si lo pensaba detenidamente, ni siquiera tenía sentido, He Tian no conocía a Mo GuanShan lo suficiente como para sentirse de aquella manera. Intentó apartar la mirada de aquella escena, el tipo mayor —quizás de la edad de Cheng—revolvía una y otra vez los rojos cabellos del metamorfomago, ganando como premio un leve sonrojo y un golpe suave en el hombro de su parte. Resopló indignado, regresando la atención a su plato.

—¿Quién es el pelirrojo?— preguntó en tono serio su hermano.

—Nadie— respondió.

—¿Es tu nuevo capricho?

—Jodete, Cheng.

—Con ese humor de curp, no vas a hacer que el Hufflepuff te mire siquiera.

—¡Tú qué sabes!— habló mas fuerte de lo que hubiera pretendido.

Los demás integrantes de la mesa los voltearon a ver, He Tian los ignoro y Cheng pidió disculpas por el alboroto que estaban ocasionando. Incluso las mesa de enfrente, Hufflepuff, voltearon a mirarles. He Tian atrapó la mirada de Jian Yi, estaba sonriéndole con diversión. Y si hubieran sido otras las circunstancias, aquello abría emocionado al moreno, lamentablemente no era el caso.

Siguió repasando la mesa, a sólo unos asientos a la izquierda, Mo GuanShan estaba mirándolo también. Su cara se mostraba seria, no podría ni siquiera imaginar qué es lo que pasaba por su cabeza. Quizás si usara legeremencia... Negó. No podía hacer eso con él, si quería acercársele, tenía que ir con pies de plomo. Mo GuanShan se notaba hostil con los extraños.

—¿Me puedo retirar?— preguntó por cortesía, mas que por pedir permiso.

—Claro, te veré en un rato— respondió Cheng.

He Tian se levantó, inspeccionó la mesa Hufflepuff y ni Jian Yi ni el primer año lo miraban. El último volvía a estar enfrascado en una animada plática con el tipo de cabellos rapados, estaba incluso sonriendo. El moreno siguió su camino, salió del gran comedor y miro a ambos lados, no tenía la menor idea de qué camino tomar.

—Maldita sea— susurró frustrado, de nuevo estaba perdido.

—En verdad eres idiota— escuchó la voz del pelirrojo detrás de él. Inconscientemente, sonrió.

—Eres tan elocuente.

—Me lo dicen seguido.

—¿Vas a servirme de guía?— quiso saber, mientras el otro se le emparejaba.

—Sólo porque necesito algo a cambio— respondió. He Tian elevó la ceja con diversión.

—¿Qué quieres?

—Bueno...— vaciló, después dijo en un tono de voz muy bajito—... Qiu quiere un autógrafo de tu hermano.

¿Qiu?

—¿Quién es ese?

—Él es un amigo.

—¿El tipo con el que estabas en la mesa?— preguntó, el pelirrojo volteó a verlo extrañado.

—Sí, es él— respondió después de pensar un momento—. ¿Entonces?

He Tian lo pensó, aquello no lo hacía sentir menos molesto. El hecho de sentirse de esa manera lo hacía molestar incluso mucho más. Pensó en responder algo como 'Dile a ese cerebro de hipogrifo que lo pida él mismo' pero aquella oportunidad era única para hablar más con el metamorfomago.

—Bien— dijo simplemente y comenzó a caminar.

—Hey, idiota— le llamó la atención—, es por acá.

METAMORFOMAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora