CAPÍTULO 1

595 53 79
                                    


He Tian se encontraba leyendo Historia de los Mejores Magos Oscuros de la Antigüedad, en su camarote en el navío del Instituto de Durmstrang. Trataba de poner toda la atención posible pero le estaba siendo imposible, su mal humor no lo dejaba.

Ese año su hermano He Cheng, había sido elegido para participar en el Torneo de los Tres Magos -una tontería, si le preguntabas al menor de los He-; pero al parecer, para él e Igor, era todo un honor. Así que al final, él también había sido arrastrado a aquel viaje. Su padre prácticamente lo había obligado a ir a Hogwarts, dándole la charla de que 'conocer a magos importantes' y 'enseñanzas diferentes a la suyas', era parte esencial en el desarrollo de un experimentado mago. He Tian pensaba que todo aquello era una vil mentira. Cheng y Karkarov traían algo entre manos, podría jurarlo.

Pero por muy bueno que He Tian fuera en legeremencia, jamás podría acceder a los pensamientos de su hermano, él era un experto en oclumancia y, siendo sincero, tampoco es como que realmente le importara. Nada de lo que pudiera encontrar en aquel inmenso castillo, podría hacerlo cambiar de opinión —ni siquiera le importaba que fuera más grande e imponente que el de su colegio, eso era insignificante ante las grandes extensiones de tierra que poseían—. Los alumnos de aquel colegio tampoco se quedaban fuera de su ojo crítico, ante él todos eran unos simplones, aunque no conociera ni a uno sólo.

Después de lo que pareció una eternidad, por fin salieron de las profundidades del Lago Oscuro que rodeaba el colegio; mientras los estudiantes de la Academia de Beauxbatons llegaban en su imponente carruaje azul, tirado por doce hermosos Abraxan. He Tian chasqueó la lengua, lo único bueno de aquel viaje, sería que vería a JianYi. Estaba encaprichado con él desde hacía casi dos años.

El aludido era un precioso mago con sangre Veela, que había conocido en uno de los tantos viajes de negocios de su padre a Francia. Era un espécimen exquisito a la vista, pero eso no era lo que lo atraía—también estaba casi seguro de que no era la atracción natural de su sangre mágica—, era su indomable forma de ser. Esa que descubrió cuando lo conoció.

●☆●☆●

Era la fiesta de Yule de ese año. La familia He, había sido una de las afortunadas invitadas de la familia Yi —una de las más prestigiosas del mundo mágico—. He Tian no entendía el por qué, parecían tener el mismo dinero y reputación que ellos, quizás su resplandor radicaba en la rareza de su sangre.

La señora Yi, cabecilla de la familia, era la más preciosa, fina y delicada mujer que el moreno hubiera visto en su vida. Aunque aún fuera joven, He Tian ya entendía acerca de esas cosas y no se podía negar lo obvio: ella tenía a todos los presentes a sus pies.

—No te dejes engañar, hermanito— Cheng lo había sacado de su embelesamiento-. Esa mujer es un demonio con rostro bonito, por sus venas corre sangre de Veela.

Ja. Ahora todo tenía sentido, por eso todo parecía envuelto en aquella aurora de ensueño. Por eso, aquella mujer había llegado hasta donde estaba, a base de artimañas. Nada diferente a lo que su familia o la de otros Magos oscuros hacían.

He Tian dejó de prestar atención a sus charlas y comenzó a caminar por los alrededores, aquella habitación lo estaba asfixiando. Tomó un poco más de vino sin alcohol y salió a los jardines de la mansión, la luz de la luna brillaba más intensa que nunca.

—¡Repite lo que acabas de decir, imbécil!—una voz tranquila, pero fría llamó su atención.

—Lo que escuchaste— respondió otra voz. No podría asegurarlo, pero parecía temblorosa.

METAMORFOMAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora