capítulo 1

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Hay cosas que Eren Yeager, 20 años, estudiante de enfermería actualmente tomándose un año sabático por "asuntos personales" (esos asuntos son que sus padres lo mantienen sin hacer demasiadas preguntas), jamás creyó que vería. A Jean Kirschtein de nuevo, por ejemplo.

Lo reconoce de inmediato a pesar de los cambios. Jean tiene el cabello más largo, sí, pero mantiene un estilo parecido –e igual de lamentable– al de su época de "bad boy", y ahora se le suma una especie de barba (¿pelusa?) mal cuidada. Bueno, tal parece que Jean ha estado transitando el camino de la locura en estos últimos años, porque ninguna persona sana saldría a la calle viéndose así.

Eren recuerda todo perfectamente; se conocieron en primero de secundaria, con doce años recién cumplidos.
Kirschtein aún era "normal" en esa época. Amigo del segundo más tragalibros del curso (el primero era Armin, obvio) y, gracias a eso, nunca en su jodida vida hizo una tarea, ¿para qué estaba Marco, sino?
El mal llamado sentido de la justicia de Eren hacía que esto le jodiera, aunque él mismo tomara prestadas las tareas (y trabajos prácticos enteros) de Armin de vez en cuando, que Kirschtein lo hiciera con Marco era una molestia. Yeager nunca dijo nada, igual, y no fue hasta que cumplieron los 15 que él y Jean comenzaron a relacionarse –si es que se le puede llamar así–.

Jean Kirschtein, el chico de los pelinchos parados, había regresado como el "chico malo" de la escuela. Eren casi se ríe al verlo, casi, si no fuera porque en esa época él mismo tenía sus dramas adolescentes y, después de ver un video en youtube de cómo ser frío como Sasuke, comenzó el año escolar con esa actitud.

El primer roce que tuvieron fue cuando Jean se acercó a Armin para molestarlo, y aunque no intimidaría a nadie con esa pinta de matón imbécil, a Armin tal vez un poco sí porque era demasiado débil (pacifista, diría él) como para defenderse, y culpando a su "sentido de la justicia" de nuevo, Eren no dudó en ir a quitarle a Kirschtein de encima. Este, en su rebeldía recién desplegada, lo tomó de la camisa y allí comenzó el pleito. El conserje, aterrador a pesar de su metro y medio o poco más, los separó luego de que se dieran dos puñetazos, lo que les ahorró las suspensiones del colegio, pues por suerte el tipo soplón no era, sólo lo suficientemente fuerte como para separar a dos adolescentes enojados de un solo tirón.

Esa no fue la última vez que pelearon. Más de una camiseta se rasgó y más de una nariz sangró entre ellos a lo largo de ese y el siguiente año. Para los 17, ya se habían acostumbrado al otro y lo máximo que se decían era tu hermana (bueno, Jean lo decía). Mucho más suave que Jean gritándole "puto de mierda" a todo pulmón y Eren respondiéndole "gordo cabeza de verga". Eran los temas sensibles de ambos; la sexualidad y el peso. Eren no entendía por qué le afectaba tanto cuando Jean lo trataba de 'joto', aunque no tuviera una reacción emocional de tristeza, sí iba a los golpes enseguida luego de oír algo así. "Puto", "marica", era frustrante...


Eren descubrió por medio de la mamá de Jean que, de niño, este había tenido sobrepeso y en el barrio le hacían bullying por esto.

A Ivette la conoció por azares del destino un día cuando, llevando ella una bolsa con una manzana, papitas y una coca, lo paró para preguntarle si sabía de casualidad a qué aula iba Jean Kirschtein. Eren parpadeó un par de veces... ¿Jean—? Luego de observarla y notar que tenían el mismo color de ojos y de cabello, tuvo sentido. Ahh, la mamá.
Entonces, basura como solo Yeager era, le sonrió y le dijo que, de hecho, iban al mismo salón y eran amigos. El rostro de la mujer se iluminó y le pidió con toda la amabilidad del mundo si le podía entregar esa bolsita a Jean, que no había podido dejarle dinero para que se comprara algo y, ahora que salía del trabajo, venía a dejarle algo de comer. Eren le dijo que claro, y pronto la señora, TOTALMENTE OPUESTA A LO QUE KIRSCHTEIN ERA, ya estaba contándole vida y obra de su hijo. Parecía amorosa y paciente (debía serlo para soportar a ese pedazo de basura que tenía como chamaco), y decía estar muy contenta de que Jeannie (JEANNIE, APODO DESBLOQUEADO) hubiera hecho amigos al fin, pues él toda la vida tuvo dificultades para relacionarse debido a que de niño lo vivían molestaban por su peso y siempre volvía a casa llorando. En consecuencia, se cerró mucho y se convirtió en un "chico difícil". Ella, como madre, se culpaba por ello...
Eren se empezó a sentir mal por la mujer. Él, de puro pendejo maldito, le mintió sobre la supuesta amistad con Jean, y ella ya estaba compartiéndole sus pesares toda acongojada... Mierda. Aunque originalmente el plan era comerse la comida de Kirschtein y verlo cagarse de hambre, ahora entendía que lo mejor era no meterse, porque ¿qué ganaría con cagarse en las buenas intenciones de una madre preocupada?
Hablaron hasta que terminó el recreo y, una vez en el salón, Eren caminó hasta Kirschtein para hacerle entrega del almuerzo. Jean lo recibió con cara de asco y un "¿qué mierda quieres, Yeager?" que automáticamente lo irritó y finalmente sí se comió las papitas y la coca. La manzana se la dejó a Jean en el pupitre durante el siguiente recreo, y a saber qué fue de ella. Para cuando reingresó al aula, no estaba más.

Tu hermana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora