Tu hermana.

capítulo 3

Tal vez Eren sí se ha vuelto un parásito chupa sangre y un flojo este año, es cuestión de observar su departamento para reconocer el desorden en el que vive, y sus asuntos personales no están mucho mejor, la verdad.

Siempre estudió, se esforzó mucho y sacó buenas notas gracias a ello, incluso eligió la carrera que su papá quería..., y ahí está el problema. Grisha decidió que estudiaría enfermería, y a Eren jamás le interesó la medicina, ninguna de sus ramas. Claro que ser enfermero no se compara con ser neurólogo como lo es el Dr. Grisha Yeager, y eso le quita la posibilidad de quejarse. Decir que no es su vocación, su llamado, suena tan lamentable y mañoso cuando su padre salva vidas a diario.
Comprensivo (en cierta medida) de su confusión, Grisha apañó la idea de tomarse un año sabático para que recargara energías, pues tener que ahogarse entre libros y prácticas que no le interesaban nada cada puto día para no reprobar materias que no le despiertan pasión alguna, drenó a Eren completamente, y eso que era un chico normal hasta hace un tiempo. Si no "normal", al menos lleno de energía, y ahora está asquerosamente decaído. Lo sabe, y le molesta, y Jean es la última persona a quien le quiere mostrar ese lado suyo. Así que va a hacer un último esfuerzo y limpiará toda la casa entre el viernes y el sábado. Ya lo decidió.

Y LO HACE, llenándose de satisfacción al saber que hay una cosa de la que Jean no se podrá burlar; ahora no le puede decir que vive como una rata.

Se baña el sábado en la noche y duerme en calzones, con la ropa que se pondrá al día siguiente en la cómoda al lado de su cama. Se tiene que levantar temprano para hacer compras.
En la mañana, ya tiene una lista (cortesía de Jean) esperando por él. En ella están los ingredientes a comprar para preparar fideos con salsa, y se entera recién en ese momento que esa comida lleva cerveza y cigarros. "Basura vividora" le escribe, y ni siquiera aparecen dos palomitas en el mensaje. Jean todavía está dormido.
Aún así, aunque se queje, le cumplirá los caprichos porque Kirschtein hará de chef (esa es su excusa mental), y es un buen balance. Vicios por sus servicios.

Ha estado hablando bastante con Jean desde aquella fatídica cuarta luna (no es que las hubiera contado), principalmente de cosas tontas, pero todo es tonto si lo hablas con Kirschtein, así que no toma mucho en cuenta el nivel de trascendencia de los temas.

Mientras está regresando a su casa, pasa por una heladería artesanal. Jean siempre ha dicho que su postre favorito es el helado, y bueno, Eren se siente especialmente complaciente esa mañana –quizá porque durmió poco–, y compra medio kilo.

Una vez en su casa, guarda y acomoda las cosas y se tira un rato más a dormir, ellos se verán recién a la tarde.
No cuenta con que está demasiado ansioso como para pegar un ojo y le es imposible conciliar el sueño, así que prende la tele y se pone una película de terror en netflix, una que Armin le recomendó al ser una adaptación de un libro de su escritor de terror favorito, Stephen King.

La película es una mierda, aparentemente Armin es demasiado fan y eso lo ciega.
Pone Black Mirror, la serie que le recomendó Mikasa hace mil años y que encontró bajando en "mi lista", y es bastante aburrida pero sigue siendo mucho mejor que la peli de Armin.

Cuando va en la parte del tipo con la cerda en televisión nacional, le llega un mensaje, y toma el celular con cara de asco, por primera vez no gracias a la cara de Jean, el remitente.

Es sólo un emoji que sirve para avisar que está vivo. Eren no tarda en morder el anzuelo y joderlo con que es un flojo, y siente esa agradable y embriagante sensación de novedad que le da hablar con Jean.
Sigue en negación, sin embargo, y no admite que Kirschtein de nuevo le está gustando.
No tiene mucho caso aceptarlo cuando al hacerlo se pondría en desventaja, es mejor ignorar el sentimiento hasta que se vaya (ajá, porque eso le funcionó taaan bien en el pasado).