21. Mistakes

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*En plena cirugía, horas antes de despertar*

Desperté de repente y me encontraba en mi cuarto. Raro. Lo último que recuerdo es estar en lo de Liam. Mi cuarto estaba más blanco de lo que recuerdo. Mi mamá estaba a mi lado, vestía con una camisa rosa, una pollera negra de oficina y unos zapatos del mismo color con detalles en rosa. Mamá no usaba eso desde que yo tenía doce años. Me pare de la cama y resulta que estaba vestida ya.

-¿Qué es esto? Yo estaba con Liam ¿O eso fue un sueño?- le pregunte a mamá.

-Oh mi niña, crees que esto es verdad.

-¿De qué hablas?- dije confundida. Mi madre abrió una ventana en el mismo aire y me vi a mí en una sala de operaciones.

-¿Me estoy muriendo?- pregunte- Es eso, me estoy muriendo. Dímelo, si me estoy muriendo dímelo.

Ella no dijo nada, seguía sentada en una silla, con las piernas cruzadas. Una sonrisa medio mañosa en su rostro.

-Vamos, dímelo. ¿Me estoy muriendo?

-El que calla, otorga- dijo ella y yo abrí mas grandes mis ojos- No, no te estas muriendo- suspire- No aun- dijo con una sonrisa.

-Está bien, me volveré loca ¿Qué es esto?- dije caminando hacia la puerta-

-Esto es un viaje astral para que veas tus errores.

-¿Con que me durmieron?- dije yo mirándola como si algo anduviera mal- ¿Y por qué te veo así? No te vistes así hace cuatro años.

-Es porque es así como tu mente me recuerda- dijo ella- OH vamos, blanco. Ese no es tu color- dijo ella acercándose a mi ropero.

-Sí, eres muy igual a la madre que tengo en mi cabeza.  

-Si cariño esa es la idea de esto. Soy como tú recordaras siempre a tu madre.

-¿Con su ropa de oficina? Eso es extraño-

-Es porque siempre creíste que ponía el trabajo por sobre ti- eso tiene sentido.

-Está bien, esto es un viaje astral ¿Y ahora qué?

-Te mostrare uno de tus mayores errores, uno de los que marco tu vida.

-No creo que sean muchos.

-Mira la pared y luego dime.

Ante mis ojos apareció una imagen mía, debía tener 15 años recién cumplidos. La verdad es que ese día se me hacía familiar. Tenía la cara mojada de lágrimas y la mano completamente roja. Fue una de las veces en que papá se había enojado por responderle y había tratado de pegarme, entonces me escondí en la biblioteca. No recuerdo bien la pelea, solo que él había logrado golpearme la mano y esta dolía. Según había leído, había estaban todos los nervios. Había salido por la ventana de la biblioteca, y con las pocas cosas que tenía me fui a caminar. Había llegado hasta el colegio, había hecho una mueca de asco y seguí caminando. Encontré el bar de Joe’s. era un edificio de cemento con techo de chapa, parecía viejo y sin arreglar. Ahí adentro parecía el mismo infierno. Entre y me senté en la barra, escondí mi cara entre mis brazos hasta que escuche que tenía que pedir algo, lo pensé muy bien.

-¿Qué pediste? – pregunto mamá.

-Un licor fuerte para bajar las penas. Las cosas que más te matan, te mantienen viva.

-Mala decisión, ahí arruinaste un poco más tu vida.

-Fue una adulta decisión.

-No. Fue estúpida y perjudicial.

Smartphone  l.pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora