23. Inspiration

159 9 1
                                    

La mayoría de los exámenes habían salido bien. Al menos los que eran escritos pero al ser un colegio peculiar, había exámenes peculiares. Como el de teatro donde tenías que interpretar una parte de la obra del trimestre, o en arte donde presentabas una pintura. Esas eran las fáciles, ahora me tocaba pensar una canción para música. No quería presentar algo vacío, que no significara nada para mí pero entre las canciones por las que podía sentir algo harían que me vaya mal; porque esas canciones provocaban que la voz se me quebrara y quisiera llorar, no es porque sea sentimental- que algo de eso soy- sino porque tenían un sentimiento demasiado fuerte entre las letras. Había bromeado con Celes, Matt y Bart cantar “Bring me to life” pero ellos simplemente creían que era de un pésimo gusto repasar un mal momento. Las ideas se acababan al igual que el tiempo. ¿Era posible pensar tanto? ¿Es que ahora no había respuestas fáciles a las cosas? Necesitaba aprobar ese estúpido examen para poder ir a ver a Liam a Japón o a donde quiera que este cuando yo de el examen.  Lucas había rondado por mi espacio personal y lo había largado cada vez que podía, era molesto. Ya no me interesaba en él, ni siquiera para histeriquiar o poner celoso a Liam.

Estaba acostada mirando el techo ¡Que pérdida de tiempo! Pero me divertía pensar mirando un punto fijo, perdiéndome en la infinidad de cosas que podía imaginar sobre un lienzo blanco que era el techo. A decir verdad lo único que me acompañaba era la música, nadie se metía más que ese siempre presente compañero que era el único que podía introducirse en una infinidad de pensamientos que jamás podría explicar.

Escuche pequeños rasguños en la puerta, era Star. Pegue un  puñetazo a la cama, estaba durmiéndome y Star querría jugar conmigo. Me pare y vi a mi pequeña mascota junto a mi hermano, ambos con ridículos pijamas. Me reí un poco de ellos, y los deje pasar. Hoy era sábado, o mejor dicho 28 de febrero el último día del mes. Ellos se acostaron en la cama y encendieron la televisión. Adiós a mi noche de pensamientos profundos. Me tire en el puf y bufe. Bart se volteo a verme.

-¿Qué ocurre?- dijo mirándome a mí y luego la tele. Y otra vez hacia mí.

-Si querías ser como una hermana mayor, al menos hubieras traído helado – dije encogiéndome de hombros – si es que vas a quedarte a hacer una pijamada.

-No seas idiota. Si traía helado debería ponerme una peluca.

-Por cosas como esas no dudo de que seas mi hermano.

-Por cosas como esas, sé que tienes sueño.

-¿Cómo lo sabes?- dije sonando como si fuera obvio.

-Se te cierran los ojos.

-Idiota – musite.

- Mi novia no dice lo mismo.

-Su opinión no…- pensé mejor lo que me había dicho- Espera ¿Qué? ¿Novia? ¿Desde cuándo? ¿Y por qué lo sé ahora?

-Porque has estado dando exámenes y te he visto por la casa con una mano en alto mientras con la otra sostenías tu cuaderno de apuntes.

-Está bien, pero lo hice por una buena causa que es pasar tiempo con mi hermano. Y tú no me cuentas cosas como esas, me ofendes.

-A mí no me mientas. Era para ver a Liam – me sonroje – Te conozco.

-Si me conoces, deberías hacer que te crees mi mentira, al menos. Aun así no te perdono que no me hayas dicho.

-Tampoco es la gran cosa.

-No has tenido novia desde que yo tengo trece, por un momento creí o que hacías celibato o eras gay.

-¡Oye! ¿Qué? No claro que no. Ese es tu novio.

-Mi novio es bisexual, no gay. Además yo no tengo problema con eso.

Smartphone  l.pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora