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Taehyung recuerda algunas cosas de su infancia.

Cosas como el sonido de una guitarra, una mano sobre su cabello, una cama cálida con mantas amarillas y un broche en el cabello; son recuerdos divididos, porque una parte de si mismo, aquella que tiene que ser realista y poco soñadora, siempre va a guardar memorias de otros momentos.

Tiene en la memoria muchos gritos, el cabello de su mamá cayendo de a poco, su piel pálida, los labios morados, un hogar vacío, una sonrisa a medias y poco consuelo.

Recuerda la casa llena de cosas, con los muebles más costosos y ostensos que fuese posible tener; llena de empleados listos para servirle, pero, ni con todo eso, él podía sentir algo de la calidez que alguna vez había tenido.

Definitivamente su casa no se parecía en nada a la de Jungkook.

Eso es lo primero que piensa en cuanto cruza la puerta y observa todo. Es un lugar pequeño, pero ordenado y limpio, incluso Taehyung puede oler ligeramente el aroma del limpiador de pisos. Hay una sala pequeña con una repisa llena de películas de discos y una pantalla pequeña sobre una mesita; el comedor está en la cocina, solo con cuatro sillas que son suficientes para los tres habitantes de la casa, pero además de todo eso, Taehyung repara en las plantas que hay por todos lados, y cuando las mira fijo, Jungkook habla.

—Esas son de Jin hyung, parece que cuidar plantas es su nuevo pasatiempo, tiene muchas, en realidad. —dice, sonriendo un poco nervioso. —Creo que trata de probarse a sí mismo que es capaz de cuidar algo, lo hace bien, ¿no?

Taehyung sonríe ligeramente y asiente. —Mamá amaba las plantas.

Jungkook le responde la sonrisa y luego está tomándolo por la mano para guiarlo hasta su habitación, donde Taehyung solo encuentra aún más vestigios de que más que una casa, ese lugar es un hogar.

—Jiminnie y SeokJin comparten habitación, por alguna razón decidieron dejarme esta solo a mi. —le dice, abriendo la puerta para que pase.

Taehyung ve entonces posters de artistas americanos por todos lados, una pantalla pequeña, hay también una cama grande y un armario, no hay muchas cosas, pero parece ser un lugar lindo. Entonces sonríe un poco al ver una fotografía colgada en la pared, acercándose curioso de inmediato para verla mejor.

—Oh, no veas eso, que vergüenza. —dice Jungkook riendo, mientras Taehyung sonríe.

—Te ves lindo.

Jungkook niega y se sienta sobre la cama. —Era el festival de primavera, tenía ocho años, en realidad no me gusta mucho la foto, pero están mis hermanos y por eso la conservo. —explica con una sonrisa y Taehyung lo mira con atención. —Ese día SeokJin nos ayudó con el vestuario, en la obra de su clase Jiminnie era un pollito, se ve ridículo, ¿no? Y recuerdo que... Ah, cierto, yo tenía que lanzar florecitas, pero no teníamos para comprarlas y mamá me ayudó a hacerlas con papel, y también el vestuario de árbol lo hicimos así, fue divertido, pasamos la tarde entera trabajando en eso.

Cuando lo dice, mira un punto fijo en la habitación y una sonrisa pequeña se forma en sus labios, recordando a su mamá acariciando su cabello mientras trabajaban duro en su vestimenta.

—Podría hacer esto todo el día. 

—¿Qué? —Jungkook pregunta y mira a Taehyung, que lo está viendo con atención, casi con cariño, entonces no puede evitar sentir las mejillas rojas aún si no ha escuchado lo que tiene por decir.

—Escucharte hablar sobre ti. —admite con franqueza, pero al instante la timidez lo invade. —M-me refiero a que m-me gusta escucharte, ¿puedes contarme más cosas?

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