Un elfo gordo con aires de grandeza, un hada con retraso mental y que siempre se lamenta por todo, un conejo estafador que sufre de parálisis facial severa, un rey enano que solo sabe chillar en exceso y un poderoso héroe legendario que disfruta de...
Esta persona llevaba puesto un coqueto vestido tradicional de color rosa, con un delantal de sirvienta de color blanco, cuidadosamente bordado con forma de flores, y sus labios estaban ligeramente pintados de color rojo. Además, medía más de dos metros de alto, sus músculos eran demasiado excesivos para los estándares normales de un ser humano y portaba una enorme escoba de madera en sus manos.
"General Lacome, estábamos esperándole. ¿Cómo le ha ido con la exploración?", consultó Igor Dito, en un tono de voz mucho más amable que el que había utilizado hasta ahora con los demás.
Lacome entró lentamente al salón, los observó a todos con sus brillantes y enormes ojos de macho alfa superior y luego explicó, de forma suave, con su gruesa y masculina voz:
"Apenas he regresado de la zona donde surgió el extraño portal y me temo que no traigo buenas noticias..."
Su tono de voz era dócil y agradable, pero, por alguna razón, todos aquí lo miraban con enorme respeto y algo de miedo.
Nadie en el salón se atrevió a cuestionar sus palabras. El general Lacome era un héroe nacional para todos y en este momento se encontraba portando su poderosa y legendaria escoba mágica.
Un sujeto que vestía un traje en forma de campana, entró súbitamente al salón, interrumpiendo el silencio, y anunció:
"¡Su majestad, el rey Charletta II de la casa de los Bonbóns, ha llegado!"
Un hombrecillo mayor y sumamente bajo, de menos de un metro de altura, con cachetes rosados, bigote, barba y cabello blanco, que portaba una corona de oro macizo sobre su cabeza, entró al salón con pasos ligeros y dijo con una voz chillona y aguda en exceso:
"Me alegro que ya estén todos aquí, ya que no me gusta repetir las cosas, ni tampoco tener que hablar demasiado, pero me temo que la ocasión lo amerita; ya que estamos en una situación de riesgo inmenso para nuestro reino, ante un peligro totalmente extraño y desconocido, por lo cual, me gustaría que todos cooperemos para poder atravesar esta catástrofe de la mejor forma posible y que nuestro querido reino permanezca a salvo y sin guerras, como siempre. Como todos saben, recientemente ha aparecido un portal mágico similar al que nuestros ancestros describieron en la tableta de los mandamientos y ordenanzas, hace tantos siglos atrás, en donde se indicaba que una raza guerrera nos invadiría alguna vez; pero debido a que esta tableta legendaria era de un chocolate sumamente delicioso, mi abuelo se la ha comido en un arrebato de locura y actualmente solo disponemos de una copia poco fiable de aquel importante texto profético. Por lo cual, no sabemos si realmente la situación es la descripta en el pasado o si quizás..."
Pasaron otros 8 minutos, antes de que el rey Charletta II termine de decir su redundante y largo monologo sin sentido. Finalmente, sentenció:
"Desde este preciso momento, doy por iniciada la reunión del comité superior del reino de Chocolina".
El general Lacome fue el primero en acomodar su vestido rosa de sirvienta y tomar asiento para formalizar la prestigiosa reunión de la cumbre del reino, mientras el rey enano intentaba trepar en una silla para imponer su presencia. El conejo Paka Garte no tardó demasiado en sentarse también; seguido por Igor Dito y, por último, Lola Mento, que prefirió sentarse directamente sobre la mesa debido a su pequeño cuerpo de hada.
Solo el rey Charletta II seguía intentando trepar en la silla para alcanzar la mesa, sin tener demasiado éxito, hasta que el sujeto en forma de campana lo ayudó y finalmente pudo aferrarse a su asiento. Nadie entendía porque este viejo rey enano insistía en tener estas viejas sillas altas en su castillo, pero había fuertes sospechas de que la economía de la familia real no era tan buena como la del pasado y que su presupuesto anual actual apenas alcanzaba para las cosas básicas del reino, como los huevos y las tabletas de chocolate. Después de todo, el prestigio del rey Charletta II de la casa de los Bonbóns se basaba en estos transcendentales y sublimes comestibles.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
