No podía dejar de mirar al chico detrás del mostrador. Era guapo, alto, con rizos y una hermosa deslumbrante. Trataba de ponerle atención a lo que me decía mi prima acerca de la falda que había encontrado, pero no podía apartar mi mirada de él.
- Creo que la compraré...- le entendí a Claudia. Miré al suelo cuando crucé la mirada con el chico, sentí que me sonrojaba de a poco.
Claudia notó ese detalle y buscó con la vista el punto que había estado mirando, cuando encontró al chico hizo una mueca y me golpeó en la cabeza con la falda.
-No puedes, Alba. Estás comprometida ahora, ¿qué pensaría Natalia si te viera en estos momentos?
Sí... ¿qué pensaría ella? ¿Me dejaría libre?
- No lo sé... tampoco es para tanto, sólo lo estaba mirando. Estoy comprometida, no ciega - le respondí. Negó con la cabeza y siguió sacando ropa de los colgadores de la tienda.
Levanté la vista una milésima de segundo y sentí la mirada del chico. No podía hacer nada, él me gustaba pero no de la misma forma que Natalia. No, no era justo para ella, así que me reprimí e hice como que él no estaba en el mismo establecimiento que yo.
Sin embargo, no funcionó. Claudia me regañaba cada cinco minutos por mirar "descaradamente" a otra persona que no era mi futura esposa, pero al parecer ella no comprendida que yo aún tenía 17 años y que era una chica como todas las demás.
- Alba, ya basta. Llamaré a Natalia - me dijo enfadada mientras sacaba el celular de su bolso.
- Tú no harás nada. No he hecho nada malo, no lo he engañado - protesté. Y era verdad, admitía que el chico me atraía y que no dejaba de lanzarle miradas, pero no había hablado con él. Seguía siendo un desconocido.
Pero como siempre, las cosas iban en mi contra. Cuando Claudia fue a pagar la ropa que había elegido, nos atendió nada menos que el chico.
- Hola chicas, en que puedo ayudarlas - nos dio con una agradable sonrisa. Claudia bufó y me fulminó con la mirada con la clara advertencia de "no hagas nada o le diré todo a Mike".
- Quiero pagar esto - le dijo, sin dejar de amenazarme. Cuando él le entregó el recibo y las bolsas con ropa, se dio prisa, tirándome del brazo. Afuera de la tienda, sentado en una banca para descansar dentro del centro comercial, Nat bebía un café.
- Recuérdenme no volver acompañarlas cuando digan la palabra "compras" - nos dijo poniéndose de pie y acercándose a nosotras.
Pasó su brazo por mi cintura y comenzamos a caminar hacia la tienda de música, Claudia quería aprender tocar guitarra y para empezar necesitaba una.
- Al final, ¿qué compraron?- nos preguntó, mientras subíamos por la escalera eléctrica.
- Yo un vestido para cuando llegue la primavera, un abrigo, una falda, un par de zapatos y una blusa - enumeró.
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Marry Me - Albalia
Fanfiction- Y por todo ese cariño que te tenemos, Natalia - dijo mi padre, radiante con su traje negro que fue especialmente hecho para la ocasión - queremos que formes oficialmente parte de esta familia. Así que este es nuestro regalo de cumpleaños, la mano...