Capítulo 14:

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- No vuelvas a decir algo semejante nunca más en tu vida, ¿me escuchas? - dijo de repente

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- No vuelvas a decir algo semejante nunca más en tu vida, ¿me escuchas? - dijo de repente. Aparté mi rostro de su cuello y la miré a los ojos.

Esto no era lo quería, solo había logrado encantarme más con Natalia. Era la chica más esplendida que haya conocido en mi vida. Pero yo no era para ella.

- Es la verdad... - le dije suspirando -.Tú tienes todo lo que deseas, todo lo que te propones lo consigues... en cambio, yo ¿Qué soy? ¿Alba la tonta?

- La chica que amo desde los ocho años -me interrumpió.

Sonreí, nació con naturalidad esa sonrisa. Al igual que el beso que le di. Sentí ese fuego otra vez, ese que no sentía hace un mes, desde la última vez que junté mis labios con los de Natalia.

Pude sentir como si todo estuviera en cámara lenta mientras acariciaba su boca. Cuando nos separamos, hice una lista mental de todos los besos que ella me había dado y de los que le robé: me faltaban muchos para alcanzarla.

- No sabes cuánto extrañé eso - me dijo.

- ¿Y por qué no lo hiciste antes, tonta?
- le pregunté tan bajo y ronco, que mi voz apenas fue perceptible.

- Porque si no todo esto no hubiera resultado - no entendí a que se refería, así que me lo explicó -: Mi plan para enamorarte. Los celos con Alicia, que te sintieras dejada de lado, que comenzaras a necesitarme. De verdad lo siento mucho si te hice sufrir, pero lo hice para saber si tú me querías o si sólo perdía mi tiempo.

Si la situación no fuera tan delicada, y no me sintiera tan mareada, la habría tirado de la cama. Pero las ganas de seguir escuchándola y sentir un abrazo suyo otra vez le ganaban al enfado.

- ¿Y cuál es tu veredicto?

- Que seguiré luchando porque al parecer algo sucede aquí - me dijo, tocando mi pecho con su mano. Mi corazón latía deprisa, de emoción y algo más que no supe definir.

- Me alegro... - y la volví a besar.

No sabía que hora era, pero seguro la hermana de Dave estaría por llegar. Sin embargo, cada minuto nuevo que marcaba el reloj parecía una tortura para mi cuerpo, me sentía enferma y cansada.

Aunque el calor de Natalia ayudaba bastante.

De pronto, y sin previo aviso, su voz inundó mis oídos. Al principio creí que cantaba, su voz era armoniosa y suave, pero luego me di cuenta de que en realidad estaba recitando.

- "¿A un día de verano compararte? Más hermosura y suavidad posees" - empezó a recitar, haciéndome cosquillas en el cuello con sus susurros.

-...toda belleza alguna vez declina, ajada por la suerte o el tiempo. Pero eterno será el verano tuyo. No perderás la gracia, ni la Muerte se jactará de ensombrecer tus pasos...

Entonces reconocí el poema.

- "A un día de verano compararte". El poema que la maestra leyó cuando tenía nueve años.

- Es el poema de cuando me ayudaste - le dije.

- Sí, bueno... en realidad, no lo hice. Ese día sólo te miré y pensé en amor, y al perecer lo dije en vez de pensarlo.

- Ya sabía yo que no eras la niña genia que todos creían.

- Tomaré eso como un cumplido, aunque no se le parezca en nada - nos pusimos de pie para ir a esperar a la hermana de Dave.

Mientras bajábamos las escaleras, Natalia me reveló otra cosa más-: Y cuando nos encontramos en el bosque de la escuela, en realidad me había peleado con Stacy y sus hermanos por defenderte, no por una tarea. Nadie te dice tonta.

Y esa fue la gota que colmó el vaso. La Natalia de siempre había vuelto y eso me convertía en la chica más feliz del universo.

Y esta vez no lo estropearía, cuadraría de nuestra relación para no volver a sufrir nunca más.

- Ya siento que te amo... - le dije finalmente tomándole la mano cuando bajamos el último escalón. No vi su rostro, pero por su mano temblorosa supe que le gustó escuchar eso.

Me detuve en seco cuando nos dirigimos a la sala. Nuestras sonrisas se apagaron por una expresión de asombro. Una chica alta, de cabello castaño, de abrigo verde y unos enormes bellos ojos azules nos esperaba acompañada de Dave.

- No me digas que tú eres...- farfullé, pero la chica me interrumpió.

- ¡Soy Lea, mucho gusto! Organizaré vuestra boda, ¿No os parece genial?

- ¡Genial, nos casaremos en el País de Nunca Jamás! - exclamó Natalia entre risas.

Le di un codazo para que no la molestara por su aspecto alocado y su impresionante ánimo.

Organizaríamos la boda... no había retorno, esto era oficial.

Marry Me - Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora