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Chiara había regresado a Seattle luego de un mes de vacaciones en Verona con su familia. Las cosas con Amelia estaban igual que cuando se fue, mal. Hablaban sobre el trabajo y poco más, Amelia se negaba a la idea de acercarse a Vicenzo por estar en rehabilitación tras caer en las drogas por la muerte de Derek.

Chiara había intentado acercarse, hablar con ella para ayudarla, pero lo único que eso lograba era que Amelia se enojara aún más y se alejara.

Ese día Chiara tenía turno hasta tarde, por una cirugía que había empezado hace 46 horas, rompiendo el récord de la cirugía más larga del Seattle Grace Mercy West, superando a Ellis Grey. Tenía planeado todo lo que haría en el próximo mes, viajaría a New York, California y Los Angeles, por diferentes operaciones, una emboloctomia, un transplante de cara y un parto de octillizos.

Termino la cirugía 14 horas después, teniendo asi el récord a la cirugía más larga del hospital, todos la felicitaban, le aplaudían e incluso algunas enfermeras le pedían fotos, ella hizo todo con su mejor sonrisa, luego se dió una ducha rápida y durmió un rato en un cuarto de descanso. Horas más tarde, comenzó a sonar su celular, la estaban llamando de un número que reconoció rápidamente pero se le hizo extraño recibir una llamada de ese número.

Era el número de el Jefe de una de la mafias más conocidas de Italia, ella había sido la cirujana plástica de la ex pareja de "IL Capo" , Massimo y su padre habían sido los gestores y contadores de la mafia pero luego por una razón desconocida rompieron vínculos de una manera no tan buena.

Le habían dejado un mensaje "ve al límite de Seattle, te estarán esperando mis hombres, deben darte algo" decía el mensaje, por un segundo se le congelo la sangre y pensó en negarse, pero luego recordó que cuando un mafioso te invita a algo, no existe la opción de negarse.

Salió del hospital lo más rápido que pudo y condujo lo más rápido que la ley le permitía, pensando en que podía ser aquello tan importante como para que Il Capo la la llamada y enviara a sus hombres a buscarla, pensó en muchas posibilidades pero descarto todas, aunque empezó a replantearse algunas al ver a un grupo de hombres armados bajar de autos marcados con una ICS, las siglas de IL Capo.

— Son órdenes de IL Capo -dijo uno de los hombres segundos antes de que todo se volviera negro-

Se despertó por un líquido frío que recorría su cuerpo, le habían arrojado una cubeta de agua helada. Se encontraba atada de pies y manos en una silla, completamente empapada; Era una habitación de estilo interrogatorio de película, fría, solitaria, únicamente amoblada por dos sillas, una mesa y una cámara, ahí estaba el; IL Capo, dedujo se encontraba en Italia.

El la observaba con una mirada que transmitía algo extraño, algo así como "me duele hacerte esto, pero no tanto como para dejar de hacerlo". Algo que ambos tenían muy en claro era que Chiara no le tenía miedo, el dolor psicológico no le causaría nada, por lo que intentar amenazarla no serviría.

— Hola -Lo saluda Chiara con una sonrisa- ¿Está grabando? -pregunta mirando a la cámara, Il Capo asiente-

— ¿Sabes por qué estás aquí? -pregunta sentandose frente a ella, Chiara niega- ¿Cómo es que decimos nosotros? -le pregunta a Chiara con una sonrisa-

— Todo en esta vida se paga -responde Chiara meneando la cabeza, mientras le sostiene la mirada en señal de no temerle-

— Pero como la vida es injusta, tu pagarás lo de Massimo -dice haciendo una seña para que sus hombres la desaten y comiencen a golpearla hasta dejarla sin aire- no la maten -pide al ver que intentaba golpearla de nuevo-

— ¿Que quieres? -pregunta tirada en en suelo con un hilo de voz pero con la frente en alto- dudo que a Alessia le guste enterarse de esto -comenta con gracia intentando levantarse-

— No metas a mi hija en esto -responde enojado-

— Salvatore, si nosostros ya nos conocemos -comenta con gracia- ¿A qué se debe esto? -pregunta sentandose como puede-

— Massimo nos abandono y yo no voy a permitir semejante traición -responde directo- así que lo haré pagar de una manera diferente.

En Seattle Massimo buscaba a Chiara por todos los lugares que ella solía frecuentar, la llamo incontables cantidad de veces pero no tenía respuesta. A su búsqueda también se habían unido Jackson, Carina, Andrea, Mark, Lexie, Callie, Arizona, Meredith, Catherine, Bailey, Richard e incluso Amelia, que más allá de estar enojada con Chiara estaba preocupada por su repentina desaparición.

Todos intentaban comunicarse con Chiara pero nadie obtenía respuesta, nadie sabía nada, toda la información que habían recibido era que Chiara había salido del hospital a las 04:15am. Incluso habían llamado a Filippo y Alessia que como era de esperarse no sabían nada de ella, las horas pasaban, los nervios de Massimo y Amelia aumentaban a cada minuto.

Todos se habían reunido en casa de Meredith para decidir que hacer, esperar a que vuelva o llamar a la policía.

— Yo opino que llamemos a la policía -opina Jackson caminando nervioso-

— Yo creo que eso sería lo más lógico -responde Massimo intentando calmar a Vicenzo- ya se que extrañas a mamá,ella volverá pronto -le dice a su hijo quien lloraba a gritos por su mamá-

— Llamaré a la policía -interfiere Catherine, cuando el celular de todos suena- ¿Que es esto? -pregunta abriendo unas fotos que un número privado les había enviado-

— ¿Esta es Chiara? -pregunta Andrew-

— Si -responde Amelia con un nudo en la garganta- está lastimada- comenta bueno como claramente estaba golpeada y atada-

En ese momento todos se fueron cuenta que llamar a la policía no era una opción si no su obligación.

𝐄𝐥 𝐜𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐛𝐢𝐬𝐭𝐮𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora