Día 20: Así como así

85 6 11
                                    




-Entonces, ¿te quedaste porque te enamoraste de mí? -

-Por enésima vez, Johnny, no te amo y no me quedé porque no te quería perder, ¿ok? Ahora, ¿me puedes dejar dormir por favor? -

El chino desquiciado ése ni siquiera me dejaba dormir y es que a cada rato imaginaba que esto era una historia de amor. Y lo peor es que no me permitía llorar tranquilo. Lo único que quería era recostarme y llorar apoyando mi cabeza en la almohada. Había dejado ir al chico a quien amo y ni siquiera sabía por qué lo había hecho. Eso sí, lo que sí sabía, era que no había sido por el taiwanés que seguía acosándome.

-Ahora más que la cenicienta te estás pareciendo a la hermanastra fea.¿Hace cuánto que no te lavas la cara? -y claro, Nate no me ayudaba mucho a eso.

Desde que me levanto hasta que me voy a dormir me pregunto por qué preferí quedarme, incluso cuando estoy trabajando, mi cabeza no deja de darle vueltas a esa idea. Ya estoy comenzando a enfermarme, y es que ni siquiera me dan ganas de comer.

-¿Todavía no te olvidas de Ethan? -

-¿Tú crees que es tan fácil? ¿Nunca te has enamorado? - a veces no lo entiendo.

-Cuando he terminado una relación, nunca me he sentido mal. Y han sido varias veces -

-Entonces no has estado enamorado -

-¿Y tú sí? Pensé que el adicto al sexo era incapaz de enamorarse...-

-Hace dos semanas que no he follado, así que no puedes decir que soy adicto -

-Si quieres yo te puedo ayudar con eso... -y no, eso lo dijo el chino, que seguía adentro de mi cuarto.

-Ya que más da... Está bien, vamos a tu pieza -

Nada me importaba mucho, así que si podía tener un poco de diversión, aunque fuera pasajera, la tomaría. Me levanté de la cama y seguí al chino, hasta que mi compañero de cuarto me detuvo en seco, cerró la puerta y dejó a Johnny afuera.

-¡Hey! ¡No es justo! ¡Por fin me había dicho que sí! -

-¿En serio quieres estar con él ahora? -me preguntó mirándome fijamente a los ojos.

-Soy adicto al sexo, ¿no? -

Se quedó un rato callado, hasta que decidió actuar y llevó su lengua a mi cuello. Me lengüeteó lentamente mientras me aplastaba contra la puerta cerrada. Poco a poco aquello que mora en su entrepierna comenzaba a crecer y a enterrarme su dureza en el abdomen. Estaba lejos y poco a poco se acercó más y más, abrazándome tímidamente aunque a la vez violento, ardiendo por dentro, invadiéndome sin darme tiempo a que reaccionara, porque todo fue tan rápido.

-¿Qué haces? -

-Si quieres tener sexo, tenlo conmigo... Dijiste que solo querías divertirte -

Y no respondí nada, porque tenía razón, soy adicto al sexo y de cierta manera él me calentaba, así que dejé que siguiera con sus juegos acercando su piel ardiente a la mía, lamiendo mi cuello mientras sus manos se hacían a mi piel, jugueteaban por debajo de mi polera y pellizcaban mis pezones, alentándome a seguir con el juego, a continuar con aquello que creía ya había ocurrido.

Si iba a hacerlo, lo haría bien, así que busqué sus labios con los míos y lo besé, al mismo tiempo que agarré con una mano su paquete. Lo apreté fuerte porque ya estaba grande, ardía y ansiaba por poseerme. Nate es un chico muy guapo, siempre lo he pensado, y por eso no es difícil imaginar coger con él, no es que fuera un sacrificio ni nada parecido.

-Métemela - le dije al oído.

Y claro, podría sonar cachondo a cagar, pero no, al parecer no es lo mejor que puedes decir al hacer el delicioso, porque la erección del chico desapareció como si le hubiera echado una maldición.

-Solo quería seguir con esto... No imaginé que se te bajaría - terminé sentado en mi cama mirando con decepción al chico.

-Te juro que nunca me había pasado... Si iba todo bien -

-Sí, si íbamos bien, pero con la varita blanda el mago no hace su magia -

-Pero ven... intentemos de nuevo... -al parecer quería restablecer su honor.

-Olvídalo, si es lo mejor que pudo haber sucedido, si no quiero tener sexo... no con cualquiera por lo menos -

Y volví a recostarme para seguir pudriéndome en mi pena, en el dolor que me produce no estar con el onvre a quien amo.

Al otro día tuve que ir a trabajar como siempre, aunque cada vez tenía menos ganas de hacerlo, si ni estoy comiendo tanto, ¿para qué ganar dinero? Con las sobras que encuentre en el basurero me sobra.

-¿Sigues deprimido? -me preguntó esa tarde mi amigo James.

-Obvio, si no todos los días pierdes a tu príncipe azul -

-Pero hay muchos otros hombres en este mundo, solo tienes que darte una oportunidad -

-¿James? ¿Me estás coqueteando? -les juro que me sonó a eso, y es que el viejo estaba muy simpático.

-Tengo esposa y un hijo que acaba de cumplir dieciocho -se enojó.

-Uy, de esos son los que más encuentras en Grindr -

-Solo intento ser bueno contigo, imbécil -

-Gracias, pero no estoy de buen humor...-parece que no me quería coquetear nah.

Estaba sucio el piso, así que fui por el trapeador cuando de pronto vi la peor de las escenas. Por la puerta de Basil's estaba entrando Ethan de la mano con la zorra, malvada pécora víbora venenosa de Ava.

-¿Qué mierda significa esto? -dije sin pensar.

-Bueno, si tú prefieres estar con Miller, entones yo soy libre para elegir estar con quien yo quiera ¿no? -el rubio estaba altanero, hasta me subió las cejas y todo.

-Se dio cuenta que lo mejor era estar conmigo, porque no hay comparación -y la muy desgraciada me despreciaba cual villana.

-Sí, tienes razón... espero que seas tan feliz como yo lo estoy siendo ahora que puedo estar libre con Nate -no me iba a hacer enojar, no le iba a dar en el gusto.

-¿En serio? ¿Están muy unidos? Entones sería buena idea que saliéramos los cuatro juntos ¿no? Siempre es divertido tener una salida de parejas -y claro, la rubia desgraciada era maquiavélica.

-Sí, dile a tu nuevo noviecito que salgamos los cuatro este fin de semana -

-Perfecto, cuenten con nosotros... -no, no iba a demostrar desesperación, aunque por dentro estaba gritando.

-¿Y ahora qué vas a hacer? -me preguntó James luego que la parejita pagó por sus productos y se fueron.

-Tendré que pedirle un favor a Nate, pero no voy a quedar como un mentiroso frente a esos dos -

-¿Cómo te metes en este tipo de problemas? -

-No lo sé... es un don que uno tiene desde el nacimiento -

Genial, ahora tendré que fingir que en realidad tengo una relación con Miller, para no caer en el amedrentamiento de Ava.

Hot Aussie Boys (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora