Día 43: Una buena idea

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-Lo que más me atrajo de William, fue que era muy caballero, sentí que me veía no como los demás hombres, sino que como a una princesa. Todos los chicos querían estar conmigo porque era bella: alta, rubia, de una hermosa piel bronceada, buena figura y muy educada. Muchos me llamaban la Barbie de Mindarie, pero de eso ya queda poco. Pensé que él se había enamorado de mi personalidad, pero con el tiempo me di cuenta que no era tan distinto de los demás hombres. Mientras envejecía, él se olvidaba poco a poco de mí. No le culpo, nadie quiere a la rosa cuando está marchita. Supongo que era evidente que me era infiel, pero no quería reconocerlo, porque de hacerlo, estaría aceptando mi error, que había juzgado mal a William, y que finalmente era cierto, era igual a todos –

-No todos los hombres somos así -le replicó Nate a su mamá, la que se había abierto sentimentalmente con nosotros.

-Pero tú eres distinto, porque eres gay –

-No soy gay, mamá, soy bisexual. Quizás cuando termine con Jo, esté con una mujer de nuevo –

-Eso, ve pensando en dejarme... ¿no te da vergüenza? Si eres igual a tu padre -le miré enojado y es que estaba hablando de nuestra ruptura.

-No, mi amor, no era esa la intención -trató de arreglar el error, se había dado cuenta que la había cagado.

-Volvamos a lo central. Queremos ayudar a tu mamá para que se vengue de su esposo, y para eso, debemos conocerlo lo mejor posible, saber cómo piensa y cuáles son sus puntos débiles para atacarlo donde más le duela –

-La fortuna viene de su familia, así que no podemos hacer nada con el dinero -mencionó Charlotte.

-Bien, entonces debemos encontrar otro punto que atacar –

-Solo nos quedan las mujeres bellas -sentenció su hijo (alias el que me quiere cortar).

-¿Hay que convertirlo en homosexual? Podría hacer el intento... -pero ambos negaron con la cabeza. Claro, mis ideas no les gustan.

-No, creo que la mejor forma de hacerlo pagar es haciéndole lo mismo que le hizo a mi mamá. Debemos conseguir que alguien lo enamore perdidamente y luego le demuestre que solo lo utilizó – este chico si es malvado, mejor me porto bien con él.

-Suena bien, ¿pero dónde vamos a encontrar a una mujer dispuesta a ayudarnos? -Charlotte no tiene sobrinas al parecer.

-¿Rubia? ¿Bronceada? ¿Alta? ¿Australiana? ¿Qué esté dispuesta a engatusar a un hombre mayor? Solo se me ocurre un nombre... -y sí, me refería a ella.

-¡Ava! -gritó Nate, al parecer me había leído la mente.

-¿Quién es esa? –

-Una amiga, que fue mi enemiga, porque estaba enamorada de un exnovio que tuve, pero que finalmente se enamoró de un taiwanés que también me comí -mierda, ¿por qué sueno siempre como el malo de la película?

-¿Y es de confianza? –

-Yo no confiaría en ella –

-Prefiero contar con alguien a quien conocemos, en vez de buscar a alguien nuevo. ¿O ustedes tienen una mejor opción? -claro, siempre desechando mi plan.

-Pero se supone que se enamoró de Johnny, no va a querer cooperar con nuestra venganza –

-¿Nuestra? ¿No que te habías enojado al principio? De hecho, no entiendo qué haces aquí, imaginé que no querrías se parte de esto –

-Bueno, lo pensé mejor y tienes razón, mi papá siempre ha tenido la culpa de todo. ¿Cómo quiso echar de su casa a su único hijo? Creo que debe pagar por ello...-

-¿No que le echabas la culpa a tu mamá? –

-Bueno, también... nunca dijo nada y siempre hizo todo lo que William le ordenaba –

Un silencio incómodo tomó presencia en la pieza de Charlotte. Ella observó a su hijo y no pudo más que llorar. Estaba sensible desde antes por lo ocurrido con su esposo, por lo que tocar el tema de ser mala madre, le terminó por derrumbar.

-Lo siento... lo siento mucho Nathanael, nunca fue mi intención hacerte daño, solo que pensé que tu padre siempre quería lo mejor para su familia. Me equivoqué, creí en la persona equivocada. En vez de ayudarlo, tuve que priorizar tu bienestar. He sido una mala madre y no tengo perdón de Dios, pero... me gustaría remediar mis errores desde ahora. Prometo que no volveré a abandonarte, que te apoyaré en todas tus decisiones y que... aceptaré tu relación con Jo, no me entrometeré en nada y solo estaré aquí para cuando me necesites -mierda, se me metió una basurita en el ojo.

-Vale, tampoco te coloques tan sentimental. Veamos este tema con William primero -Nate se hacía el fuerte, pero sé que también se emocionó.

-Bien, llamaré a Ava para juntarme con ella -salí de la habitación y es que supuse que querían estar a solas.

No quería tratar un tema tan sensible por teléfono, por lo que la cité a una heladería frente al mar, en la bahía de Mindarie. La esperé sentado en una mesa, tomándome un helado de chocolate con chips.

-Así que ahora vives con los Miller-escuché de pronto mientras disfrutaba de mi helado. Y no, no era la voz de Ava.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté a Ethan y es que me desconcertó.

-Vivo en este barrio, ¿no te acuerdas? Ahora que te hayas venido a vivir tan cerca de mí no es mi culpa, ¿acaso me estás acosando? –

-¿Acosando yo? Es que tienes que ser muy sinvergüenza, hiciste que me echaran de la casa donde arrendaba y no me quedó de otra más que venirme a vivir con la familia de mi novio –

-¿Echarte? Nunca lo hice, solo dejé en claro que debían cumplirse las reglas, no podías estar viviendo con Nate en una pieza hecha solo para un inquilino –

-Claro, suena muy racional, pero se te olvida mencionar el hecho de que justo se te ocurrió comprar la casa donde vivía. ¿No crees que es mucha coincidencia? ¿No podías adquirir otra vivienda? –

-En la guerra y en el amor todo se vale, ¿no? –

-¿Qué? ¿Me estás declarando la guerra? –

-No, mensito, lo decía por la parte del amor -y justo en ese momento llevó su pulgar a mis labios y los limpió, porque al parecer tenía residuos del helado. Él estaba de pie y yo sentado, por lo que desde esa perspectiva me hizo recordar cuando se lo ma... ma... bueno, se acuerdan de esa parte de la historia.

Como me pareció ofensivo de su parte, le aparté su mano un tanto brusco, por lo que parecía que estábamos discutiendo.

-¡Deja a mi amigo! -escuchamos de pronto un estruendo, para acto seguido ver cómo el rostro de Ethan era bofeteado por la mano escurridiza de Ava. -Deja de meterte en su vida, ya le has hecho sufrir demasiado... a él y a mí también. ¿No te avergüenza todo lo que nos hiciste? – parecía la mujer maravilla.

-¿Amigo? ¿Ahora son cercanos? -sí, mijo, yo tampoco lo puedo creer.

-Ese no es asunto tuyo, sólo déjalo en paz –

La vida es muy loca ¿no? Hace un tiempo peleaba con la rubia por la atención de Ethan, éramos enemigos jurados y ahora resulta que ambos somos cercanos, odiamos al muchacho y estamos allí enfrentándolo. 

Hot Aussie Boys (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora