Día 28: Cosas nuevas para mí

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-Tosté el pan y compré algo de mermelada y mantequilla. ¿Prefieres té o café? -desperté y me encontré con una bandeja con comida.

-¿Qué mierda es esto?-

-Am... ¿el desayuno? -respondió Nate un tanto sorprendido.

-¿Y por qué me lo traes a la cama? Siempre como en la cocina –

-Bueno... quería ser atento con mi novio, ¿no puedo? -y me dio un besito en la frente antes de acostarse a mi lado y acomodar la bandeja con la comida.

Entre que estaba recién despertando y que no entendía qué sucedía, me quedé sentado en la cama un tanto atontado.

-¿Acaso te sonrojaste? -se burló de mí.

-¡No! No me sonrojé... -aunque creo que sí lo hice, por alguna extraña razón me sentí incómodo con ese gesto romántico.

-¿Qué pasa? –

-Es que... no estoy acostumbrado a este tipo de... gestos-

-¿No? ¿Cómo te trataban tus otros novios? –

Y ahí me quedé más pensativo que antes, intentando recordar.

-¿Y? ¿Eran muy brutos? Pensé que los latinos eran los expertos en el romance –

-Sí, o sea... es que ese no es el problema –

-¿Entonces? –

-Es que... no he tenido muchos novios para ser sincero –

-¡Te volviste a sonrojar! No pensé que fueras tan tímido. ¿Aparte de Ethan cuántos otros novios has tenido?- me sonreía divirtiéndose con mis reacciones.

Preferí echarle azúcar al té.

-¿Y? –

-Pensé que habías cambiado. Sigues molestándome como antes -comenté un tanto ofuscado.

-Yo no he hecho nada... solo quería saber sobre tus otros novios... Wait... Fuck, recién ahora entiendo. ¿No has tenido más novios que Ethan? ¿Solo él? – me miraba impactado.

-¿Y qué tiene? Si solo tengo veinte –mi cara ardía.

-Pero has tenido sexo con muchos hombres, incluso has tenido dos escándalos ya en redes sociales por eso... Además... no sé si puedes considerar a Ethan como un novio de verdad, si no duraron nada –

-Es que... bueno... no quería abrir mi corazón a nadie ¿entiendes? ¡Si ya te lo había dicho ayer! Y bueno, con Taylor yo... solo tuve sexo, al final no alcanzamos a hacer nada que usualmente hacen los novios. Incluso, me comportaba más como novio contigo porque dormíamos abrazados....y bueno... tampoco duré mucho y eso... eso... ¡Fue por tu culpa!-

-Es que te quería solo para mi -jugueteó antes de tomarme ambas mejillas con sus manos y besarme como si fuera un niñito.

Solo sonreí.

-Idiota -y me llevé una tostada a la boca.

Y ese momento, ese pequeño y sencillo momento quedó grabado en mi cabeza. Hace años que no sentía ese calor, esa paz, ese brillo en el ambiente. Desayuné sin poder sacarme la sonrisa del rostro, me sentía tan drogado, tan en las nubes, que felizmente me hubiera podido morir en ese instante.

El común de la gente parte su vida afectiva teniendo novios y luego perdiendo la virginidad, pero yo... soy un tanto especial (considerando que la virginidad es un constructo social, obviamente). He tenido muchas experiencias sexuales con muchos hombres, pero nunca he experimentado lo que es tener un novio, nunca he experimentado el amor. Y viéndolo desde esa perspectiva, ya no sé si considerar que mi historia con Ethan fue un romance o una aventura sexual más.

-Bien, ya me bañé y ahora me voy a tomar el bus -dije antes de marcharme.

-¿Por qué te bañas todos los días? Si ni siquiera follamos anoche –

Y nuevamente me quedé pensando en sus palabras, sigo teniendo choques culturales.

-¿Quizás porque hay que ser higiénico y bañarse todos los días una vez por lo menos? –

-Si has hecho ejercicio sí, o si has follado, pero... yo no encontré que olieras mal en la mañana –

-¿En serio se consideran del primer mundo y no se bañan nunca? Hijo, tienen mucho que aprender de nosotros los latinos – y me fui mirándole despectivamente. Qué seres más sucios son estos aussies.

Cerré la puerta de la habitación y la volví a abrir de inmediato.

-Te amo -susurré cuando corrí a su reencuentro y le di un beso apasionado.

-Yo igual te amo -respondió despeinado después de mi pasión.

Me fui feliz hasta el paradero del bus. Ese día parecía el mejor de todos, el sol brillaba más que otras veces, pero no hacía calor, había una brisa templada que me recordaba a una tarde tranquila con mi abuela, ambos recostados en el patio, comiéndonos los duraznos que robamos a la vecina.

Sin embargo, esa tranquilidad se quebró cuando escuché un sonido familiar. Me había llegado un mensaje al celular, pero no era de cualquier aplicación. No señores, era de una muy especial.

"Top Bear sends you a tap" decía la notificación. ¡Mierda! Se me había olvidado que todavía tenía instalado Grindr en el teléfono y un sujeto oso se había fijado en mí.

-¿Y ahora qué hago? –

-¿Disculpe? -me preguntó la señora a mi lado, y es que había hablado en voz alta otra vez.

-No, nada... no hablaba con usted –

Antes hubiese respondido de inmediato y habría concretado un encuentro con el hombre después del trabajo, pero ahora todo ha cambiado porque... porque... estoy enamorado de verdad. Puta madre, sigue pareciéndome todo esto tan extraño, no estoy acostumbrado a eso de la fidelidad.

-A ver Jo, ¿qué es lo que tú quieres? ¿Quieres follar con un oso? No, pero ¿quieres follar con otro hombre que no sea Nate?... ¡Mierda! ¿Qué clase de hechizo es este? -no puedo creer que ya no me interesen otros hombres, si incluso me dio asco pensar en la idea de serle infiel a Miller. ¿Quién soy? Ya no me reconozco.

-¿Disculpe? ¿Se encuentra bien? -nuevamente la vieja metiche ésa.

-¡Qué si! Que ya no se pueda hablar solo en paz -refunfuñé antes de tocar el timbre para bajarme. Menos mal ya estaba cerca de Basil's, porque esa vieja ya me tenía enfermo de los nervios.

Mientras caminaba hacia el trabajo miraba el logo de la aplicación esa, la del pecado gay y meditaba sobre lo que debía hacer.

-Discúlpame Grindersito de mi amor, sé que has sido mi mejor compañía desde que llegué a Australia, pero... esta vez quiero hacerlo bien porque me siento muy enamorado de Nate. Dios te tenga en tu santo reino, a ti y a todos los activos pollones que me cogí. Amén -y procedí a desinstalarla, algo nunca antes visto, porque si me quedaba sin memoria prefería eliminar Instagram antes que Grindr. Esto sí debe ser amor, mira las locuras que me obligo a hacer.

-¿Tienes novio? -alguien me habló a mi espalda y me asusté porque no le vi venir.

Volteé asustado y me encontré con Liam, el hijo de James.

Me asustaste! –

-Pensé que te habías dado cuenta. Yo acabo de dejar a mi papá en el supermercado y te vi muy concentrado desinstalando esa aplicación -se rio de mí.

-Am, sí... es que ya no quiero conocer a nadie más, estoy bien con mi novio -me dio vergüenza hablar de esa manera tan cursi. ¡Necesito beber cloro!

-Muy bien, te felicito. Al final nunca encuentras a nadie interesante en esa aplicación, es lo mejor. Bueno, ya me voy. Que estés bien -y el cara de ángel se marchó.

El chico parece ser buen chico, bastante agradable como su padre.

Guardé mi celular y me dirigí hasta el Basil's para ponerme mi uniforme. Estaba en eso cuando las dos neuronas que me quedan hicieron sinapsis y me percaté de algo que había dejado pasar.

-¿Por qué conoce Grindr, si es una aplicación gay? Oh... no puede ser...-me sorprendí tanto que tuve que taparme la boca con mi mano para no gritar por tremenda epifanía.

-¿Qué pasó, Jo? -me preguntó James que también se estaba cambiando de ropa.

-No... nada... -mierda, ¿y su papá lo sabrá? Simio no mata a simio, así que no puedo andar ventilando su secreto con James, mucho menos con él para ser sincero. ¿O ya lo sabrá? ¿Me estaré confundiendo en algo? ¿Será que el beso que le di por confusión lo volvió gay? Mira que así me pasó con Johnny y con Nate. Creo que mandaré mi saliva al laboratorio para que la analicen, el gen gay se me debe estar saliendo por ahí. No hay otra explicación.

Hot Aussie Boys (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora