Día 24: La cita de parejas, parte two

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El restorán estaba en medio de las montañas, a las afueras de Perth, más allá de Mindarie y de Quinns Rocks, después de un largo camino en carretera. La vista era hermosa, a lo lejos veías el mar, pero más de cerca todos los viñedos que hacen famosa a esta región de Australia. Como poseemos un clima mediterráneo, es ideal para la producción de vinos. Y como todo cliché, este restorán era de comida francesa (como si no hubiera gente elegante en otros países). La cosa, es que la antigua casona de ese viñedo fue convertida en un prestigioso restorán, finamente decorado.

Era una estructura antigua, de roca tallada lo que le daba una forma terrenal y tosca, que contrastaba con los vitrales europeos y los pisos de parqué de madera pulida. Y qué decir de los muebles, tan refinados, tan bien mantenidos, con detalles soberbios, con encajes sobrecogedores y colores puros. Creo que nunca había estado en un sitio tan refinado y pensar eso me pasó la factura: me puse más nervioso.

-Me quiero ir -le susurré a Nate.

-¿Por qué? Ya estamos aquí, no puedes retractarte –

-Es que... sé que haré el ridículo. Todos ustedes saben cómo comportarse y yo ni siquiera sé qué cubiertos usar –

-¿Están bien? -Ethan se volteó a vernos cuando se percató que hablábamos a escondidas.

-Sí, mate... todo bien. Solo hablaba con mi novio –

Y no, no Miller, tu respuesta no me ayudó a quedarme más sereno. Cuando dijo "mi novio" pude ver cómo el rostro de Ethan se desfiguró por completo, como si le hubieran echado limón y sal a una herida reciente, le dolió, le escoció. Y eso me alteró los nervios.

-Por aquí, señores, su mesa ha sido reservada -mencionó el mayordomo, el pingüino que nos atendió en la entrada. ¿Cómo mierda se le llama? Solo he ido a locales donde uno va a la barra, pide la comida y la paga. ¿Para qué hablar con alguien con cara de culo para que me lleve a la mesa?

-Haz todo lo que nosotros hagamos -fue el consejo de Miller.

Bien, entendido. ¿Qué podría salir mal?

La mesa estaba al lado de un gran vitral que representaba los valles franceses del sur, decorado entre verdes oscuros, esmeraldas y un celeste prístino en el cielo, una mezcla perfecta entre cuadro y ventana. Y qué hablar de la mesa, si hasta la tela de las servilletas era más fina que cualquier calzón que he usado. Y sí, uso calzones.

Todos se sentaron con delicadeza, sin hacer sonar la silla, muy rectos y con la mirada en alto. Intenté imitarlos.

-¿Estás bien, sweetie? ¿Te duele el estómago? Estás muy tieso- se burló de mi Ava.

Intentaba imitarlos, pero creo que me pasé. Sin embargo, no quise responderle, no tenía ganas de caer en su trampa. No otra vez.

Me relajé e intenté imitarlos sin ser tan prolijo. Pedí lo mismo que Nate, me puse la servilleta en el regazo y comí de a bocados pequeños, no eructé ni me rasqué en ningún momento. Creo haberlo hecho bien. Sin embargo, no estaba preparado para la peor parte de una cena: la conversación.

-Y cuéntame Jo, ¿por qué decidiste migrar a Australia? -preguntó la rubia.

Tragué primero, bebí un poco de agua y le respondí con calma (¿Y mi coquita?).

-Porque quería tener una mejor vida, supongo... -

-Ah, entiendo... ¿eras muy pobre en tu país? –

-Sí... para ustedes supongo que era pobre, para una persona pobre de Australia probablemente también, pero en mi país supongo que era clase media. Nunca me faltó comida y estudié toda la enseñanza... pero quería algo mejor –

-¿Y por qué dejar a tu familia y venirte solo? ¿Por qué los dejaste allá? ¿O piensas traerlos? –

-No tengo familia... -bajé la mirada.

-¿Cómo que no? Todos tenemos familia. Padres, abuelos, hermanos, tíos aunque sea –

-Me crie con mi abuela, pero ella murió cuando cumplí dieciocho. Era muy vieja ya, pero seguía trabajando para mantenerme, no quería que dejara la escuela. Su meta era que sacara mi título y cuando lo logré... se me murió. Fue como si solo hubiera esperado a lograr su meta y pudo descansar por fin... -

A Ava no le importaba mi historia, solo buscaba algo con qué humillarme, pero Nate e Ethan me escuchaban con detenimiento.

-Pero acabar la escuela no es la gran cosa, se hubiera esforzado más hasta llevarte a la universidad -comentó sin tacto, sin un poco de empatía.

-Sí, bueno... tenía cáncer, y no teníamos la suficiente plata para el tratamiento, no es como que tuviera todo el tiempo del mundo. Aguantó lo más que pudo... -

-Mi abuela también murió de cáncer, así que sé a lo que te refieres. Y aunque teníamos mucho dinero y estamos en un país desarrollado, de todos modos falleció. Fue muy triste porque yo solo tenía cuatro año, tú por lo menos la tuviste hasta los dieciocho - ¿intentas competir por quién ha sufrido más? ¿Really?

-Disculpa que pregunte, ¿pero y tus papás? – Ethan habló por primera vez en la velada. Creo que es una duda que tenía desde que éramos novios.

-¿Mis papás? Se divorciaron cuanto tenía dieciséis. Mi mamá se mudó a Nueva Zelanda y me alejé de mi papá porque nunca me quiso, siempre me rechazó porque él quería un hijo varón, pero esa historia ya la sabías, tontito – y claro, como la muchacha estaba tan concentrada compitiendo por ver quién había sufrido más, no se dio cuenta que la pregunta iba dirigida a mí y no a ella.

-Creo que Taylor le preguntaba a Jo-

-Ah... no me di cuenta -la desgraciada se sonrojó.

-Mi mamá... bueno - ¿cómo decirlo para que no suene tan mal? -Prefirió dejarme con mi abuela -a los siete años.

-¿Y eso por qué? ¿Por qué te dejó? ¿Y qué hay sobre tu papá?-

-No... solo... prefirió dejarme con mi abuela porque ella tenía problemas. Así le hacía compañía, ella estaba sola... Y bueno... nunca conocí a mi papá –

-¿Qué? ¿Qué clase de padres son esos? ¿Cómo tu mamá abandona a su hijo solo porque su abuela vive sola? ¿Y por qué tu papá no se hizo cargo de ti? Qué horror de seres humanos, menos mal y te abandonaron eh –

-¿No tienes tacto, Ava? -Nate se molestó.

-¿No ves que está llorando? – intervino Ethan.

-No estoy llorando... -intenté aclarar, pero justo cuando levanté la mirada, una lágrima cayó por mi mejilla. Mierda, sí estaba llorando. -Lo siento, necesito un poco de aire -me levanté como pude. Estaba mareado, incluso con un poco de náuseas. ¿Hace cuánto no recordaba esa etapa de mi vida? ¿Y lo que sucedía antes de los siete años?

Hot Aussie Boys (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora