Capítulo 17: Enredo.

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Hugo.

Manejar por las carreteras de Houston siempre es mi pasatiempo favorito.

Bueno, no por todas, solo las que conectan con la naturaleza, donde puedo apreciar el hermoso verde en los árboles. Los caballos, vacas y patos en los lagos al rededor y más cosas que nos regala la flora y la fauna.

Volviendo a la realidad, recuerdo los ojos de Maya cuando Alejandra —la chica de pelo negro esbelto— me llevaba. Sus ojos cansados y preocupados, cuando fue arrastrada por Amanda. El miedo era palpable en ellos.

Díganme que tengo mucho ego pero se que esa preocupación era por lo que me pasara, por si no regresaría con vida.

Y al contrario, si regresé con ella y vehículo nuevo. Claramente lo revisé antes por si tenía algún Micrófono o chip de rastreo.

***

Ya devuelta al rancho Brown-Monterrubio-Smith (BMS) donde en letrero gigante junto con una mini cascada adornaba la entrada. Fernando y Gustavo, el Padre de Liam se encargaban de la seguridad, estos al ver la camioneta entrar rápidamente prepararon armas y cascos para acercarse a mi.

Rápidamente bajé los cristales para no ser acribillado.

—¡Hola chicos! Soy yo, bajen armas —reí y ellos rápidamente las bajaron. El señor Rubio colocó un sello en el auto e hizo un ademán para que siguiera.

Aparqué el coche en uno de los garajes y salí.

Pasé una mano por mi cabello. Me adentré al rancho y los murmullos desde  el despacho eran audibles. Visualicé a Lorena junto con Alisha bajar las escaleras, la primera al verme corrió en mi dirección gritando mi nombre tan fuerte que quisiera que la tierra me tragara.

—¡Estas bien, Nuez! —seguía gritando y saltó acorralando mi cintura con sus piernas.

No pude retractarme a esto pero en un momento desprevenido tomó mi cabeza y la guió en su dirección pegando sus labios con los míos. Joder.

—Vaya...eso fue lindo —su amiga la apoyó en la mala decisión.

Pasos en la escaleras se escucharon y una Maya con expresión de enojo retornaba su camino al segundo piso.

Me deshice del agarre de Lorena para ir rápidamente al segundo piso. Es obvio que vió la escena de Lorena y la mal interpretó.

Maya.

¿Cómo se puede cerrar la boca luego de una confesión tan wow como la de Amanda?

—No puedo creer que te lo dije —se incorporó en la cama mirándome divertida.

Reí.

—Y yo no puedo creer lo que me acabas de decir —susurré. Cubrí mis ojos con mis manos.

Unos gritos de la planta baja hicieron que pusiéramos los oídos en alerta, era la voz de Lorena.

Cuando escuché el "Hugo", sonreí para ir a encontrarlo.

—¡Llegó Hugo! —grité emocionada a Amanda. Esta abrió la puerta y nos dirigimos a las escaleras.

Me detuve en un instante al presenciar lo que acaba de pasar.

Lorena encima de Hugo sus labios unidos.

Me enderecé y sentía mi cara ardiendo. Volví a dirigirme a la segunda planta no si antes de chocar con Amanda provocando que Hugo notara nuestra presencia.

—¡Maya! —gritó pero Amanda lo detuvo.

—Me confundes hermano, y creo que no soy la única —fue lo ultimo que pude escuchar antes de cerrar la puerta detrás de mi.

Una Venganza [Borrador] Libro#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora