Inocentemente peligrosa [Spiderman]

13.

Al día siguiente que me desperté, instintivamente busqué con mi mano alguna señal de Spiderman, quien se había ido a mitad de la noche al parecer. Logré sentir una hoja de papel doblada justo a mi lado, me sorprende que no la haya aplastado o roto mientras dormía.

Como podrás ver, me fui después de que te quedaras dormida, lo siento, tuve que ir a perseguir chicos malos. Te veo hoy en la noche ya que tengo una sorpresa para ti. Atentamente, tu buen amigo, Spiderman.

Una boba sonrisa apareció en mi rostro, además de un leve cosquilleo en mi estómago, ¿Qué será lo que planea? Aun con la intriga, me preparé para ir al colegio.

—¿Cómo está mi hija favorita?— preguntó mi padre, quién estaba frente a la estufa cocinando.

Solté una leve risa.— Pero... Soy tú única hija.

—Da igual— colocó un par de waffles en la barra.— Tu desayuno está listo, no quiero que te desmayes en clases.

Lo mire extrañada.— ¿Quién eres y que hiciste con Wade?— pregunté divertida mientras me sentaba frente a él y tomaba un tenedor para comenzar a comer.

Soltó una carcajada fingida.— Que graciosa Rosa, idéntica a tu madre— hizo una pausa.— Uno ya no puede hacer algo lindo por ustedes porque comienzan a sospechar o a insultar.

—Ya perdón— hablé mientras me llevaba un bocado a mi boca.

Me dedico una media sonrisa.— Solo quería hacerle el desayuno a mi futura heroína— su tono se había vuelto más dulce, acaricio lentamente mi mejilla.— No sabes lo orgulloso que estoy de ti Rosa y puedo asegurarte que tu madre lo estaría igual.

Una enorme sonrisa apareció en mi rostro.— Gracias papá— hice una pausa.— Me alegra saber que cuando te drogas, eres tan lindo conmigo.

Él soltó una carcajada.— Que grosera eres, ahora date prisa o llegarás tarde al colegio.

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—¿Te fuiste de vacaciones y no nos avisaste?—Hanna me preguntó cruzada de brazos y con el ceño fruncido.

Me encogí de hombros.— Perdón chicos pero fue algo de último momento— cerré mi casillero.— Yo tampoco sabía, literalmente mi padre me secuestro.

—Pues igual no te perdiste de mucho— respondió Max mientras se llevaba una fritura a la boca.— Todo fue aburrido y deprimente.

—¿Y que tal van con sus trabajos?— pregunté, comencé a caminar hacia el laboratorio y ellos me siguieron, igual teníamos clase juntos.

Max soltó un bufido.— Ni me recuerdes, nosotros ya casi acabábamos el proyecto y justo ayer mi computadora ya no quiso encender, ahora tendré que preguntarle a M.J. si ella tiene copia y si no, esperar su regaño.

—Yo voy bien— respondió Hanna.— Ned es un excelente chico, ya casi lo terminamos igual. ¿Tú cómo vas con Peter?

—Supongo que bien, ya nada más son detalles los que debemos modificar.

Justo a un par de metros cerca de la puerta del laboratorio en donde teníamos clase, se encontraba Peter besándose con M.J.

No le tome mucha importancia y entre al laboratorio, mis amigos se sentaron juntos mientras que yo tomé lugar detrás de ellos. A los pocos minutos entro Peter e inmediatamente se dirigió al único lugar vacío; justo a mi lado.

—Hola Rosa— saludó animadamente.

—¿Que hay Parker?— pregunté con una media sonrisa.— ¿Que tal va todo?

Se encogió de hombros.—Bien, no me quejo— hizo una pausa.— No veniste la semana pasada, creí que terminaríamos el proyecto.

—Si lo lamento pero me fui de vacaciones con mi padre.— me encogí de hombros, a manera de disculpa.— ¿Te parece si continuamos el día de hoy?

Se rasco su nuca.—Em... Hoy se me complica un poco, tengo pasantía, pero... ¿Te parece mañana? Tengo un par de ideas que me gustaría agregar, espero que ya con eso quede el proyecto.

Asentí en respuesta y en ese momento fuimos interrumpidos por la voz del profesor dando inicio a su clase.

El resto del día estuvo un poco aburrido, la verdad solo estaba ansiosa de que fuera de noche para poder ver a Spiderman... ¿Es normal emocionarte por ver a alguien, en especial si no lo conoces ni siquiera físicamente? No había visto el rostro del super héroe y aún así, le tengo una confianza y cariño enorme pero... ¿Solo es eso? ¿No te puede gustar alguien si jamás lo has visto, o si?

—¿Interrumpo algo?— preguntó el mencionado sentado en la ventana, ¿A qué hora llegó?

Negué levemente.—Claro que no.

—Bueno, creo que encontraste mi nota que te deje ayer.— se levantó de la ventana y camino un poco hacia mi, con sus manos detrás de su espalda.

Asentí.— Dijiste que tenías una sorpresa para mí.— hablé como una niña pequeña, emocionada por un regalo de cumpleaños.

Se encogió de hombros.— Ayer me contaste que estás lista para salir a atrapar chicos malos— hizo una pausa.— Además, luego de saber quién es tu padre....

—¿Conociste a mi papá?— pregunté confundida.

El asintió.— Me lo he topado un par de veces— respondió restándole importancia.—Bueno, sabiendo eso, quiero darte esto.

Puso frente a mi una caja de regalo un poco larga pero delgada, está era color azul y tenía un moño rojo, reí ante el gesto, igual a su traje de Spiderman.

—Anda, tomalo y... espero y te guste.

No quería verme tan desesperada, así que con un poco de nervios pero con curiosidad tome la caja, la coloqué sobre mi cama y la abrí, mi cara de asombro rápidamente se hizo presente, después gire a ver a Spiderman, quién solo estaba atento a mis movimientos.

—Y... ¿Te gusta?

—¿Estás bromeando? ¡Me encanta!— grité emocionada, tomé la katana que me había regalado el mango de está era color negro pero tenía grabado el escudo de Deadpool de un lado, la gire y tenía una pequeña araña del otro lado, lo mire al ver esto.

Se encogió de hombros.— ¿Que? Es para que me recuerdes cada que salgas a acabar con los malos.

Sin pensarlo dos veces, me abalance sobre él, abrazándolo fuertemente.

—Muchas gracias, me encantó mi regalo.— le dije mientras me mejilla estás pegada en su pecho.

El tardo unos segundos en reaccionar, pero después me regreso el abrazo.— Me alegra— hizo una pausa.— Hubiera sido una lástima si no te hubiera gustado, gaste todos mis ahorros en ella.

Reí.— ¿Todos tus ahorros? ¿Acaso tienes 15 años?— pregunté en broma. Sentí como se tensó un poco al yo decirle eso, confundida me separé de él, mirándolo.—¡¿Tienes 15 años?!