8.

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Eran alrededor de las dos de la mañana cuando un pequeño bostezo salió de mi boca.

—Veo que alguien tiene sueño.— bromeó Spiderman ladeando su cabeza.

—No te burles.— volví a bostezar.— Mi cuerpo me pide dormir, ¿Quién soy yo para negarle ese placer?

Él soltó una leve carcajada.— Entonces duérmete.

Negué levemente.— Te irás si me duermo.— no medí mis palabras hasta que las dije, espero y él no lo tome raro.

| Peter Parker |

Trague en seco al escuchar lo que me dijo, ¿De verdad le gustaba mi compañía?

—Yo... lo siento, no quería incomodarte así.— respondió ella mordiéndose su labio inferior.

—No me iré.— la interrumpí.— Me quedaré aquí contigo hasta que te duermas, lo prometo.— hablé sin titubear.

Ella asintió lentamente.

Seguimos hablando sobre nuestros gustos de música, de pronto llegamos a la charla de lo que hacía antes del Blip, mientras yo le contaba que estaba en el espacio, ella comenzó a cerrar sus ojos lentamente hasta quedarse dormida.

Una media sonrisa apareció en mi rostro, verla dormir era placentero, inconscientemente, lleve mi mano a su mejilla y la acaricie lentamente.

Las palabras que anteriormente me había dicho vinieron a mi mente... "soy peligrosa", ¿Cómo es que alguien tan linda, adorable y que duerme como ángel puede ser tan peligrosa?

<<Inocentemente peligrosa>> pensé al instante haciéndome reír ante mi propio comentario. Decidí que era momento de irme a dormir ya que mañana tendría escuela, me levanté del sofá y mire a Rosa, la tomé en brazos y a paso lento la lleve a su habitación, la dejé sobre su cama y a cubrí con las cobijas.

Me quite la máscara en cuanto termine de arroparla, le dedique un última mirada y salí de su casa dirigiéndome a la mía.

(...)

Paso exactamente una semana y media en donde había pasado un par de cosas interesantes; como Peter Parker no había tenido ningún progreso con Rosa, solamente hacíamos el trabajo juntos y ya, no conversábamos ni nada por el estilo, aunque las cosas con M.J. iban muy bien, de hecho nos besamos en nuestra última  cita. No obstante, Spiderman había logrado un excelente progreso con Rosa, aún no habíamos llegado a cosas muy intimas pero al menos ya sabía más sobre ella. Ahora estábamos en su apartamento definiendo bien una parte del trabajo.

—Espero que saquemos una buena nota con este trabajo.— habló ella.— Porque de no ser así, me  voy a enojar mucho.

Solté una pequeña risa.— Creo que seremos dos.— comenté.— Pero descuida, nos irá bien.

Soltó un suspiro.— Eso espero.

De pronto la puerta de su apartamento se abrió.

—¡Ya llegue!— gritó para inmediatamente dirigir su mirada hacia nosotros.— ¿Quien carajos es este y qué hace aquí? ¿Me voy una semana y metes hombres al apartamento?

Yo me quedé inmóvil, era el mismo hombre de traje rojo que me amenazó de muerte una vez y siendo honestos, no quería que pasara de nuevo.

Inocentemente peligrosa [Spiderman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora