Prólogo

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—¿Quién diría que el famoso mercenario sanguinario Deadpool estaría llorando por el final de Cómo entrenar a tu dragón 3?— pregunté ladeando la cabeza divertida al ver cómo mi papá abrazaba con fuerza su unicornio.

—¡Cállate Rosita fresita!— me gritó arrojandome la almohada a la cara.— Esto es bastante emotivo.

Rodé los ojos.— Imagínate si hubiéramos visto Diario de una pasión como quería.— hice una pausa.—Creo que estarías mucho peor.

—¿Acaso te burlas de tu papá?— me preguntó ofendido.— ¿De quien te cuido y alimento?

—Deja de estar de dramático Wade.— respondí divertida.— Y eso que la adolescente hormonal soy yo.

Cuando la película terminó, yo me levanté del sofá para preparar algo para comer, si yo moría de hambre, supongo que él igual.

—¿Quieres unos tacos?—pregunté sacando los ingredientes.—Bueno olvídalo, comerás eso.

Lo escuché reír y maldecir mucho al no encontrar el control remoto por ninguna parte.

—¡No puede ser!— gritó llamado mi atención, rápidamente fui a ver qué era lo que estaba haciendo.

—...Y gracias al heróico trabajo de los Vengadores, todos a quienes habíamos perdido, todos los que creímos no volver a ver hace cinco años están aquí, ¡Han vuelto!— dijo la reportera con lágrimas en los ojos.— ¡Mi hija ha vuelto!

Wade y yo nos miramos sorprendidos, como si pudiéramos leer la mente, corrimos hacia la ventana en donde vimos gente desubicada y confundida caminando por la calle.

—Esto parece episodio de The Walking Dead.—Wade dijo al verlos caminar así.— Tan solo míralos, ¿Segura que están vivos?

—Nuestros amigos regresaron, Al, los X-Men, todos.—dije feliz girando a verlo.— Significa que podríamos regresar a casa.— hablé emocionada.

Wade hizo una mueca mientras rascaba su nuca.— A si... Sobre eso Rosa... Debemos hablar.

Cruce mis brazos y fruncí el ceño.— ¿Que pasa?

—No podemos volver a casa.—susurró mirando hacia otro lado.

—¿¡Qué!?— grite un poco molesta.— ¿Por qué diablos no?

—Digamos que tu padre es un idiota de primera y molestó a personas que no debía.— hizo una pausa.— Deja de mirarme así.— hizo un puchero al ver mi rostro lleno de enfado.

—¿Así como?— endurecí mi mirada.

—Asi como tú madre cuando estaba molesta porque la había cagado en algo.— pasó su mano por su rostro.— Se que puedo con ellos, no lo dudo pero no quiero que te pase algo a ti, esos cabrones serían tan hijos de perra como para venir por ti para lastimarme a mi.

—Pero no pueden hacerme nada, literalmente soy como tú en versión mejorada, versión 2.0.— lo interrumpí frunciendo el ceño.

—No quiero tener en mente la imagen de cómo te quitan los brazos o las piernas para que comprueben que eres como yo.— respondió acercandose a mi.—Le prometí a tu madre que haría todo lo posible por cuidarte y educarte de la mejor manera posible Rosa, fallé los primeros años de tu vida y no quiero volver a fallarte... Aquí tienes una vida decente, vas a una buena escuela, tienes amigos... ¿Si tienes amigos verdad?— preguntó de manera burlona mientras acomodaba un mechón de mi cabello.

Lo miré mal.- Acabas de arruinar el hermoso momento padre e hija que habías logrado crear Wade.—hice una pausa.— Y si, tengo amigos.

Él río, con su mano, tomó mi mentón y levantó mi vista para conectar con la suya.—Mi vida y la de tu madre fue una total porquería pero tú fuiste lo mejor que nos pasó a ambos.— una media sonrisa apareció en su rostro.— No quiero que sufras lo mismo que nosotros, no quiero que te conviertas en mi, tan solo mírame, parezco el producto de dos aguacates que cogieron sin amor.

Una pequeña carcajada salió de mi boca, la cual redujo las lágrimas que ya tenía en mi rostro.—Amo cuando te pones de cariñoso papá.— en ese momento lo abracé fuertemente.— Te amo.

—Y yo a ti mi pequeña flor.— me acerqué a él y lo abracé fuertemente, casi no somos demostrativos, pero hoy valía la pena.

—¿Y entonces tú que harás?— le pregunté, él me miró confundido.— ¿Seguirás siendo un mercenario?

—Pues si, es lo único que se hacer, además con eso puedo pagar tus estudios, pornografía y chimichangas.

Negué divertida.— Solo ahora procura no molestar a nadie, no quiero tener que mudarme a Rusia.

Soltó un largo suspiro.—Le quitas lo divertido a todo, pero descuida voy a intentarlo por ti.

Inocentemente peligrosa [Spiderman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora