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     – Entonces, no sé si te lo había dicho pero mi cumpleaños es en dos semanas, y Liam quería que saliéramos a festejar de noche, no sé. No soy mucho de fiestas, pero pensé que podrías conocer a Li antes de eso, y si quieres puedes traer a tus amigos, ya que solo somos él y yo – río un poco avergonzado, lo acomplejaba un poco no ser una persona de muchos amigos.

       – Eso sería genial bebé, por supuesto que sabía que era tu cumpleaños. Y puedo decirle a los chicos, seguro te van a agradar, aunque son un poco molestos. – río abrazándolo más cerca contra su pecho.

     Se encontraban en la habitación de Harry, sentados en la cama viendo televisión mientras comían las galletas que hicieron juntos. Una hora y media les llevo, entre risas, mucha harina en todas partes y Louis no queriendo soltar a Harry para no dejar de darle besos.

         – Genial, deberíamos salir el sábado al cine o algo así, para conocernos – sugirió Harry . Louis tarareó una afirmación.

            – Si, se los comentaré luego. Ahora amor, quiero aprovechar este tiempo que te tengo solo para mí – murmuró sobre los labios ajenos. En un momento, sus bocas ya estaban juntas y Harry se encontraba sentado sobre su regazo.

     Louis lo abrazaba por la cintura, acariciando la caliente piel por debajo de la tela de su camiseta, y Harry lo abrazaba estrechamente por el cuello acariciando su cabello. El ambiente se tornó abrasador cuando sus lenguas se juntaron y las manos de Louis bajaron rápidamente.

      Harry gimió en su boca cuando Louis lo tomó fuertemente por el culo, a lo que él comenzó a mover sus caderas en círculos encima suyo. Los jadeos ya eran audibles, con la televisión de fondo olvidada. Los besos de Louis bajaron al cuello del menor y comenzó un camino de marcas, mientras que una de sus manos comenzó a recorrer de arriba a abajo la espalda del rizado.

        Harry movió sus manos a través de los músculos de los bíceps de Louis y se dirigió al borde de su camiseta, tirando del borde para quitarla.

       – Harry, ya estoy en casa! – el grito de su madre los hizo separase. Bufó y apoyó su frente en el pecho del mayor.

         – Dios, justo ahora tenía que llegar – dijo Harry. Su respiración aún jadeante y las mejillas rojas como un tomate. Louis sonrió con ternura y las pellizco.

             – Supongo que esa fue una señal – rió entre dientes, abrazando al menor estrechamente por la cintura y besando su frente.

 
 
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          – No quiero dejarte ir – se quejó Harry haciendo un puchero. Estaban en la entrada de su casa, media hora más tarde despidiéndose.

            – Lo se bebé, yo tampoco quiero irme. Estaría contigo todos los días a todas horas, pero le prometí a mí madre que iría a ayudarla. Apenas llegue te llamo, lo prometo – el frío golpeaba contra ellos, pero la calidez del abrazo que los unía los mantenía en su burbuja.

         – Te adoro bebé. Eres lo más hermoso del mundo, lo sabes verdad? – susurró Louis sobre sus labios. Sus narices rozaban, y Harry sonrió bajando la mirada avergonzado. Unió sus manos detrás del cuello del mayor y alzó la vista a sus ojos.

        – Te adoro Lou, con todo mi corazón – dijo, y junto sus labios con los ajenos en un dulce y esperado beso. Louis lo abrazaba por la cintura estrechamente, estando tan cerca suyo como podía. Los labios se movían en sincronía, y se transmitían todo el amor y sentimientos que sentía cada uno.

       Minutos después, se separaron aún sin querer hacerlo.

         – Definitivamente te veré mañana, no podría estar más tiempo lejos de ti y de tus besos.

      Harry rió y beso su mejilla, separándose un poco del abrazo antes de comenzar otro beso que no querrían terminar.

        – Hasta mañana Lou – saludó apoyado en la puerta, sintiendo frío ante la lejanía del cuerpo de su novio.

         – Hasta mañana cariño.

     Y observó a Louis perderse por la acera, suspirando enamorado por la calidez en su pecho.


   

sk8er boi - larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora