Capítulo 4 - Dos más a la pandilla.

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-Puedes ir -me responde el profesor-. Pero no tardes.

-C-claro.... -digo en un pequeño susurro.

Entonces doy media vuelta y voy a camino contrario de los demás hacia los cuartos de servicios y necesidades personales.

Inconscientemente le pregunté aquello al profesor respondiendo a mi biología y anatomía.

Pero.... ¿¡Qué estoy haciendo?!

Me preguntaba...

¡No puedo ir al baño en estas condiciones!

Pero..... Tarde o temprano iba a pasar... Aún así, no creí que fuera a suceder tan pronto.

¿Tendré que ver.....eso?

"eso"

"¡ESO!"

-¡Maldita sea! -grito en el pasillo desierto de todos.

Frente a mí, están las dos grandes puertas de dominio a cada género. El de hombres de color azul, y el de mujeres de rosa.

Usualmente tendría que entrar al de mujeres claro, ¡Soy una mujer!

Pero ahora no...

Soy un hombre ahora, una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. ¿Por cuánto tiempo? No lo sé.

Pero deberé actuar al régimen de los muchachos hasta que encuentre una manera de cambiarme.

Así que Caroline... Entra...

Y ligeramente, abro la puerta con el símbolo azul, entrando sigilosamente.

¿Qué veo?

¿Quién veo?

¿Qué hago?

Luce igual que un baño de mujeres; tiene lavabo, inodoros con puerta, recipiente para el jabón, papel para secarse y un pequeño compartimiento para la limpieza.

Solo algo es diferente....

Éste tiene, en una pared, una hilera de ciertos "inodoros" pequeños pegados al muro. Unos cinco han de ser.

Me acerco a ellos y me quedo mirándolos un tanto pensativa.

-Así que estos son los famosos recipientes que solo se ven en las películas.... -murmuro para mí misma.

Checo a los lados, miro por debajo de las vitrinas, salgo y checo el pasillo a ver si todavía anda un alma en pena.... Para mis santas almas no. Estoy sola.

-Acabemos con esto rápido...

Vuelvo a entrar y regreso a las vitrinas descubiertas.

-Creo que debería tomar algo de papel, ¡no quiero tocar esa cosa!

Me acerco a las expendedoras de papel y tomo una gran cantidad sin calcularlo. Dirijo la mirada ahora hacia lo bajo de mi pantalón.

Tú puedes Caroline.... ¡puedes hacerlo!

Me bajo el cierre y cambio la mirada al lado opuesto. Ya que estoy sola, me desabotono la prenda y me bajo toda (absolutamente toda) la ropa de abajo.
Espero no andar roja de la vergüenza por esto... Me moriría si alguien llega de repente a este lugar..

De verdad... Dios si existes, no dejes que alguien llegue...

Por favor...

-¡ME ESTOY HACIENDO!

¡No soy un chico! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora