Capítulo 2 - Confusiones y Lucas.

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Sé que ahora toda mi anatomía ha cambiado y debería únicamente prestar atención a encontrar una manera de volver a la normalidad.

Pero, no puedo decírselo a nadie.

Sin ayuda, sin alguien con quien hablar abiertamente sobre mi problema y sin tener contacto social alguno, decido dar por fin un paso más dentro del patio de la escuela (exacto, no he entrado en toda esta espera).

Rápidamente la gente deja de hacer lo que se encontraba haciendo y voltean a ver este prestado rostro, lo cual hace ponerme mucho más nerviosa de lo que ya estaba.

En este colegio, los estudiantes se conocen unos a otros como la palma de su mano, no necesariamente son todos amigos, me refiero a que al menos saben el nombre y apariencia de cada chico y chica.

Es una de las muchas hipótesis por sus miradas asombradas.

–¿Un chico nuevo?

–¿A esta temporada se le ocurre transferirse?

–No nos dijeron nada por anticipación.

Y así entre hombres se escuchan más murmullos similares.

Mientras, en el lado de las chicas.

–¡Qué guapo!

–¡Lindo!

–¡Te quiero!

Jeje, ya me gané el afecto de las chicas. Ahora que soy un chico creo que podré darles una lección a esos hombres sobre lo que una mujer espera del sexo opuesto.

¡Ya verán sucios cretinos!

–¡Oye tú! –creo que alguien me está hablando.

Alzo la mirada y me encuentro cara a cara con el único hombre que haya ganado mi respeto. No es nada más ni nada  menos que....

–¡Ben!

Uno de los chicos más populares de toda la escuela.

Buena onda con sus compadres y "servicial" según las chicas.

Muy bueno en deportes, sobresaliente en sus calificaciones. Desde el punto de vista de una chica cualquiera, es el chico perfecto.

–¿Cómo sabes mi nombre? –Ben confundido se acerca junto con sus chavales.

¡Que comience el espectáculo!

–Yo me llamo Carlos Fernández –hablo con voz autoritaria–. ¡Soy el hermano de Caroline Fernández!

–¿¡Caroline?! ¿¡Tú su hermano?!

Jamás en mi vida había visto a Ben tan sorprendido, se nota que no se lo esperaba.

El mundo alrededor tiene la misma reacción en sus rostros, tantos chicos como chicas. Veo a una chica salir del montón se me acerca y habla.

–¡I-Imposible! ¡Conozco a Caroline desde hace años y nunca te había mencionado! –ella es...

–¡Amanda! –de golpe y accidental se me sale su nombre por mi boca.

Amanda es mi mejor amiga desde la primaria. Nos conocemos perfectamente las dos como hermanas separadas al nacer. Siempre ha estado a mi lado y apoyado en mis problemas.

Pero desgraciadamente, en esta ocasión no podré estar a su lado.

–Caroline dejó una carta para tí –hablo tratando de actuar con más tranquilidad y saco de mi mochila un sobre firmado por mí y se lo entrego a Amanda.

¡No soy un chico! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora