Capítulo 1 - A partir de hoy, me llamo Carlos Fernández.

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No tengo idea de cómo es que terminé así, no encuentro alguna situación sospechosa o relacionada a lo que me haya convertido en esto. 

¿¡Por qué a mí?! ¡¡¿Por qué ahora?!!

Aaah.....ojalá esto fuera una simple y horrible pesadilla....y despertaría en mi cómoda cama sin "un rectángulo" pero con "dos círculos".

Un momento.....

–Eso es.....¡es solo un sueño! –me digo.–¡Claro! ¿Cómo es que no lo había pensado antes? Es imposible que algo como esto pueda suceder realmente jajaja.

Esa risa nerviosa no sonó muy convincente.....¡bueno! ¡estábamos en otra cosa!

Veamos..... Busco entre los estantes del baño y mi estuche de maquillaje algún material puntiagudo o cualquier otra cosa con lo que me pueda hacer daño.

¡Bingo, un alfiler! ¡Perfecto!

Lo tomo entre mis dedos índice y pulgar y pincho mi hombro sin ninguna delicadeza.

–¡AU! –pego un grito de dolor por la punzada.–.......¿Eh? ¿Sigo aquí? 

Nada ha cambiado. 

No estoy en mi cama, no estoy sudando por la pesadilla, no estoy sonriendo lista para decir "solo era una pesadilla", y lo peor de todo ¡no siento el peso de arriba pero todavía el de abajo! 

–No puede ser, no puede ser, no puede ser....–dando vueltas y vueltas por el cuarto, trato de encontrar otra manera de salir de este aprieto. 

–O tal vez.....¡de seguro no lo intenté con la suficiente fuerza! ¡Debo de hacerlo más duro! Ahora lo que haré es-

No termino la oración porque en ese instante me resbalo con el agua que goteaba del techo y caigo con todo mi cuerpo acostado con la espalda pegada al suelo, boca arriba. Eso dolió...

–Creo que con esto es suficiente.... –me tayo la zona baja de la espalda que es donde más está agonizando de dolor y exigiendo algún tratamiento médico. 

Así que no es un sueño..... decepcionada, me enderezo todavía en el piso pero con la mirada baja vista a mis pies. De verdad......soy un hombre......un hombre.....¡un puto hombre!

No debería ser un hombre....¡yo soy Caroline Fernández! ¡La orgullosa estudiante ejemplar digna de seguir! Poseo la confianza de los profesores y a los estudiantes bajo mis pies, unas excelentes calificaciones y un escudo en contra de los buscapleitos ¡todo mi esfuerzo dado no se puede ir a la mierda sólo por el cambio de anatomía!

–¿Caroline? 

Mi mente detiene todos sus pensamientos y quejas porque en ese instante del otro lado de la puerta del baño, se encontraba mi madre recargada con curiosidad sobre el marco. Por dentro pego un enorme grito pero trato de mantener la calma por fuera. Qué suerte que me encuentro de espaldas....

–Ahora sí ya tardaste mucho ¿te pasa algo? ¿estás enferma? ¿depresión?

–N-no es nada madre, puedes estar tranquila....

–¿Cómo crees que puedo mantener la calma si mi hija de 15 años no ha salido del cuarto de necesidades desde hace.......ah, ya veo por qué tardabas tanto.

–¿Qué? 

¿Lo descubrió? ¿Sabe de mi cuerpo? ¿¡Lo sabe?! 

–Me hubieras dicho para que te ayudara Caroline, o incluso podría haber llamado a la estética.

¡No soy un chico! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora