Calypso Mayers, por completo Pogue pero criada en una familia Kook. El verano había arribado y la chica tenia una sola misión en mente, tener el mejor momento en todo momento. Cuando los problemas comienzan a perseguirla aquello que tenia en mente p...
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-Despiértala tu. Si yo lo hago probablemente me muerda o me gruña.
-JJ, Calypso no es un perro. A demás tu le caes mejor, a ti no te hará daño, o nada severo al menos.
-Si, bueno. ¿Para que intentar ? ¿Uh?
Si había algo que odiaba mas que tener que vivir con William Mayers, era sin duda, las mañanas. Para aquel entonces las voces provenientes de la puerta, no ayudaban en lo absoluto a levantarme con el pie derecho. Abrí un ojo, la cama estaba vacía y no había ninguna señal de Kiara al rededor. La puerta se abrió con un sonido molesto, volví a cerrar los ojos ocultando la sonrisa que se me había formado contra la almohada. El resto tenia muy claras las prioridades de mi vida, y dormir estaba hasta el tope de la lista.
-Mmm... ¿Aly? Solo es una sugerencia, no es para que me destripes o algo de eso, se que el dormir es algo muy importante para ti y toda la cosa pero...aguarda. ¿Estas despierta?
La risa brotó de mis labios sin previo aviso causando que John B saltara en su lugar con una mano sobre su pecho.
-¡Deberías ver tu cara! Parece que te harás en tus pantalones JB- me levante empujando las mantas a un lado mientras este me miraba con cara de pocos amigos.- No te preocupes, no podría destriparte aunque así lo quisiera. Todo el tema de ir a la cárcel ¿sabes?. No le vendría bien a mi cuerpo- comenté mientras buscaba mis sandalias y me las colocaba con rapidez.
-Es bueno saber que mi vida depende de tus ganas de permanecer fuera de la cárcel, es verdaderamente reconfortante- murmuró mientras buscaba algo entre su armario. Metió la mano entre uno de su cajones, tomando una camisa que podía reconocer muy bien; sabia de antemano que me la había visto puesta mas veces a mi que a el.
Caminé hasta donde se encontraba y lo rodé con mis brazos causando que este me rodease con los suyos. Sonreí con gratitud, estiré mi rostro hasta poder besar su mejilla y con la mano revolver su cabello.
-¡Buenos días Mich! Ya que JB sigue teniendo latidos, haré la sugerencia de que supervises lo que Pope esté haciendo en la cocina. No gano lo suficiente para poder comprar otra amigo, ya sabes, en caso de que se prenda fuego.
Me devolví en mi lugar para poder observar a el rubio, este estaba recostado contra la puerta con una brillante sonrisa pintada sobre sus labios. El cabello desordenado le caía libremente sobre la frente dándole una mirada más salvaje. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, dejando lucir como sus músculos se contraían.
Algo golpeó mi espalda y removí mi cabeza saliendo de aquel trance. John B me miraba con una ceja alzada, sabía que me estaba cuestionando con la mirada pero bajo ninguna circunstancia le diría lo que sucedía.
