Se sabe que el amor es la muerte del deber y el deber es la muerte del amor.
- Un acto imprudente dará un giro a su destino y, no sólo cambiará el suyo, si no, también el de ella.
- Enamorarse no estaba en sus planes y, mucho menos de ella, una mu...
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–Tranquilo. Bebe conmigo, por favor. - Naruto tomó la copa con extrañeza y bebió el vino que le ofrecían. –Mi nombre es Danzō Shimura, soy parte del consejo de la reina Tsunade Senju. - el rubio asintió pasando su mirada por los guardias que custodiaban el lugar, temiendo que lo fueran a atacar en cualquier momento. –Estuve presente en el torneo de ayer. Fui enviado para validar el evento y percatarme que todo se realizará según lo estipulado en la carta en donde se solicitó el permiso para la realización del torneo. - el hombre del parche se llevó su copa a los labios y bebió un poco. –Como resultado final, usted fue el vencedor. Para su suerte, en la carta nunca se menciona la exclusión del Sur, así que su participación fue válida.
–Entonces... ¿Por qué sigo encarcelado? - preguntó Naruto con el ceño fruncido y tomando uno de los aperitivos que se encontraban en la mesa.
–Bueno, porque ingresó al Norte en sí. La Casa Hyūga lo liberará, eventualmente, no debe preocuparse por eso.
–¿Por qué me ha llamado? ¿Es sobre el premio? Todos se han negado a dármelo. - el chico se acomodó en la silla, tomando confianza con el hombre azabache.
–¿Lo ha reclamado como suyo? - preguntó el mayor desviando la mirada y sonriendo levemente.
–¿Quién no reclamaría algo que le pertenece? Si, como dice, presenció el torneo, sabrá que gané limpiamente.
–Ya veo... entonces... ¿usted desea que el premio le sea entregado? - Naruto frunció el ceño y lo observó atentamente.
–Es lo que he dicho.
–¿Está seguro? - el rubio lo vió con exasperación. –Solo necesito que lo diga una vez más. Una vez acepte recibirlo... no podrá regresarlo. En caso de rechazarlo... se consideraría una ofensa al Norte y se sabe que ellos no lo tomarán de la mejor manera, por lo que su gente podría... terminar pagando las consecuencias de sus actos.
–Ya le dije que sí, no tiene porque sonar amenazante. - Naruto se levantó bruscamente y los guardias colocaron sus manos en los pomos de las espadas. Danzō levantó un poco la mano para que no actuaran.
–Quiero que recuerde que yo se lo cuestioné varias veces y usted afirmó en cada ocasión. - el mayor se levantó y le mostró una sonrisa que Naruto consideró extraña. –Ya no regresará a las mazmorras. Mis guardias lo escoltarán a una habitación en la torre este, ahí se quedará hasta que el Guardián del Sur se presente.
