Se sabe que el amor es la muerte del deber y el deber es la muerte del amor.
- Un acto imprudente dará un giro a su destino y, no sólo cambiará el suyo, si no, también el de ella.
- Enamorarse no estaba en sus planes y, mucho menos de ella, una mu...
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–¿Sigues molesto? - preguntaba Itachi a su hermano menor.
–Me molesta que lo aceptes tan fácilmente. Nunca te opones a las decisiones de Fugaku. - el mayor sonrió levemente hacia Sasuke y se acercó a él. –No entiendo como puedes siquiera estar tan calmado y...
–Yo quiero casarme con ella. - puso su mano en el hombro del menor y lo vio directo a los ojos, mostrándole la seguridad con la que hablaba.
–¿Ya la conoces? - Sasuke observó sospechosamente a su hermano. –Padre dijo que estarías viajando a Iwa para conocerla y tratarla un poco antes de contraer nupcias. - Itachi se encogió de hombros. –¿Itachi?
–Sé cual es mi deber. Tuve un poco de suerte y la faltante... yo la creé. - dijo con una leve sonrisa de satisfacción.
–¿Se supone que debo de saber qué significa eso?
–¿En verdad quieres saberlo? - Sasuke desvió la mirada y se encogió de hombros. –Fue hace mucho tiempo... - Itachi sonrió levemente recordando el suceso.
Narra Itachi
Un año atrás.
–Si quieres puedes ir a descansar. Yo mandaré una carta al Oeste haciéndole saber a Lord Uchiha que hemos llegado a Iwa sin problemas. Después de eso me dirigiré para solicitar la audiencia, espero que puedan recibirnos mañana... - escuchaba atentamente a Shisui mientras descendíamos del barco. –No es necesario que me acompañes, ¿podrías encargarte de encontrar un lugar para dormir? Si quieres ayudarme un poco... - él me sonreía apenado y yo asentí. Prefería hacer algo de provecho y no dejarle todo los detalles a él. No me importaban los títulos, Shisui era como un hermano mayor para mi y siempre lo había tratado como mi igual. –Escuché que por esta dirección podríamos encontrar unos caballos. Nos servirán para movernos por el reino con más prontitud.
El coste de los caballos no fue mucho y una vez los conseguimos Shisui se despidió de mi, indicándome el lugar donde nos reencontraríamos para ir al lugar donde pasaríamos la noche, esperando ser atendidos a la brevedad posible para regresar al Oeste en pocos días.
A unas pocas calles encontré un buen lugar para hospedarnos y separé una habitación con dos camas. Si bien, padre me había dado demasiadas monedas, gastarlo en lujos nunca me había parecido necesario.
