Love & Duty - Cancelada

El comienzo de una amistad

Este capítulo se ubica 12 años atrás de los acontecimientos presentes.
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Territorio Norte.
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La castaña menor soltó un grito al ver a su hermana entrando a su vivienda.

–¡Tamaki! - reprendió Tenten con voz y mirada severa. –Si padre te escucha se asustara. No es la gran cosa.

–¡¿Cómo de que que no?! Solo mírate... Dios, Tenten, pareces... un niño... ¿qué le hiciste a tu cabello? - Tamaki hacía una mueca, mirando el corte tan mal hecho de su hermana mayor.

–Lo vendí. - Tenten dejó un pequeño costal de monedas en la mesa, mientras se colocaba un gorro e iba a ver a su padre, quien se encontraba en cama.

Tamaki se quedó en silencio, viendo aquellas monedas que su hermana había llevado a casa.
Su padre había caído enfermo hacía unas semanas y el dinero no daba abasto, necesitaban comprar medicamentos así como comida, y su padre no podía trabajar por lo que no había ingresos nuevos.

–La fiebre parece estar controlada. - Tenten tomaba asiento en la mesa donde antes compartían los alimentos, y suspiraba cansada al momento que cerraba los ojos.

–Yo también... yo también podría... venderlo. - dijo en voz queda la menor, dibujando una mirada triste. Tenten sonrió levemente y negó con la cabeza.

–Caerías en depresión si lo hicieras, tú amas tu cabello.

–Pero... necesitamos el dinero. - la mayor bajó la mirada.

–No debes preocuparte por eso, Tamaki. Yo me encargaré, tú sólo debes cuidar a padre en mi ausencia.

–Solo vienes a casa a dormir, Tenten. Estás exhausta de tantos trabajos que haces por tan pocas monedas. - la castaña mayor se encogió de hombros y se levantó, dispuesta a salir de nuevo.

–Algo es algo. Así sea una moneda, será más de lo que tenemos. - Tenten salió mostrándole una sonrisa a la menor, mostrándose confiada y animada.

Una vez avanzó varios metros de su casa, la sonrisa se borró y comenzó a sentir la frustración al no saber que más hacer para conseguir dinero.

Pasaba puesto por puesto, preguntando si podían darle algunas monedas a cambio de su ayuda en alguna actividad. Muchos la rechazaban por ser una niña. La chica suspiraba mientras veía como empleaban a los varones.

Pareces... un niño.

Tenten recordó las palabras de su hermana cuando la vió sin el gorro.

Tal vez... si cambio mi ropa...

La castaña se dirigió a la zona donde se encontraba un río. Sabía que muchos niños visitaban el lugar y tomaban un baño. Y sí, así fue. Se encontró con la ropa en la orilla del río mientras los jóvenes se divertían en el agua. Tenten se escabulló y logró tomar un cambio, saliendo rápidamente antes de que la atraparan y cambiando de ropa, deshaciéndose del gorro que ocultaba su corte de pelo.

–¡Eh, niño! - la chica se detuvo y se volteó lentamente hacia donde la llamaban. –¿Quieres ganarte unas monedas? Necesito descargar unas cosas. ¿Te interesa? - Tenten asintió arduamente y así fue como consiguió una buena cantidad.