Consecuencias

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(Cuenta Marinette)

Llego a mi casa a eso de las 12 de la noche. Chat se preocupa por dejarme en mi balcón para que mis padres no puedan enterarse de que llego a estas horas. De todas formas, se piensan que estoy con Alya en una fiesta de pijamas, así que espero que no se les pase por la cabeza subir a mi habitación y verme.
Mañana por la mañana tendré que montar una bolsa con ropa como si viniera de casa de mi mejor amiga y transformarme para poder saltar por el balcón sin matarme en el intento. Y después entraré en casa desde la entrada como si nada.
Pffff solo de pensar lo que tengo que inventarme para haber estado con Chat Noir... quién lo diría.
Me preparo para irme a dormir ya que estoy demasiado cansada y mientras camino por mi habitación siento adoloridos mis muslos, caderas y mi zona íntima, pero supongo que mañana se me pasará.

Al meterme a la cama, a instantes antes de dormirme me permito recordar un poco de la noche y sonrojarme al pensar en lo que acabo de hacer. Entre calientes imágenes que me vienen a la cabeza, mi mente hace un click y algo se me pasa por cerebro.

¡No hemos usado preservativo!

Me retuerzo al instante y no me puedo creer que no me haya acordado. ¡No me puedo creer lo torpe que soy para todo!

¿Cómo es que no se le ha ocurrido utilizarlo? ¿O sí se le ha ocurrido pero no le ha dado la gana? Dios mío, ¡y se vino dentro! No me lo puedo creer aún.
Estoy pensando en ir mañana a por la píldora del día de después pero recuerdo que en la farmacia de al lado del parque todos me conocen porque mis padres son amigos de los dueños.
¿por qué tienen que ser tan sociables?
Lo peor es que además no puedo ir a otra porque esa es la única que abre los sábados y los domingos...
Me quiero morir AAAAAHHHH

Me quedo dándole vueltas al tema en la cama pero mi cuerpo agotado me traiciona y al final quedo dormida.

Me despierto a las 10 de la mañana después de una noche de sueño reparadora pero sé que hoy me toca lo complicado, conseguir la pastilla. ¿Y cómo? No puede verme nadie. Tampoco puedo pedirle a Alya que la compre por mí porque me mataría de saber que no fui responsable.
Lo único que se me ocurre es disfrazarme de la mejor manera posible sin que se note que soy yo e ir a comprarla.

Cojo algunas telas grandes y me hago un poncho muy amplio con el que vestirme y unos pantalones largos hippies. Me pongo una peluca, unas gafas de sol y unos pendientes extra grandes que definitivamente nunca me pondría. Me voy a morir de calor con estas prendas en pleno junio pero lo que sea por evitar las consecuencias de mis tonterías.
Obviamente también tengo que evitar que mis padres me vean salir porque se piensan que estoy en casa de Alya. Que desastre.

Entro a la farmacia después de dar una respiración profunda y decidirme a avanzar.
Pero me quedo muda al ver a mi madre comprando unas cremas y me escondo rápidamente detrás de un poste de cartón. Ella fácilmente podría reconocerme y ese no es el plan.
Parezco ridícula aquí detrás y las personas de fuera me pueden ver desde el cristal transparente. Genial...
Espero a que se vaya y me dirijo al mostrador.

- Bue-Buenas (digo poniendo voz más grave) me podríais vender una pastilla...

- Buenos días, ¿de que tipo de pastilla habla?

- Pues... una de esas

Me mira la señora frunciendo el ceño y encogiéndose de hombros para hacerme saber que no entiende a qué me intento referir.

- A ver, necesito una pastilla de emergencia.

- Ahhh vaale, haberlo dicho antes (dice extrovertida) tome, aquí tiene. Son 5,99 €.

La compro y me voy rápidamente.

Antes de llegar a casa guardé mi disfraz improvisado en una bolsa aprovechando que pensarían que venía de casa de mi amiga y entré informándoles de que nos lo pasamos genial.
Subí rápidamente a mi habitación para evitar preguntas que no podría responder y al abrir la puerta y cerrarla a mi paso, me apoyé en ella cerrando los ojos y suspirando profundamente despreocupada con los brazos extendidos.

Después de unos segundos de satisfacción abro los ojos y me tenso al ver al rubio en mi cama.
¿Qué hace detrás de mi siempre y cómo consigue meterse en mi cuarto?

- Marinette

-Chat...

- Lo siento mucho de verdad, soy un imbécil

- No entiendo de qué hablas si te soy sincera

- Bueno, pues hace un rato estaba pensando en anoche cuando me di cuenta de que nos faltó algo... ya sabes.
Y por ello vengo a hacerme cargo de mis irresponsabilidades y voy a comprarte la pastilla del día de después (dice con un tono decidido)

- Tarde, ya me la he comprado y me la he tomado, pero gracias por preocuparte...

- Es lo mínimo que podría hacer, parece que todo lo que hago me sale mal, no soy lo suficientemente cuidadoso y ordenado y la gente siempre acaba decepcionada conmigo... como mi padre (dice suspirando)

Abro los ojos un poco más al oír sus declaraciones. No me debería de estar contando asuntos personales, pero no llego a corregirle porque veo al instante una lágrima descender por su mejilla y su cabeza bajando hasta mirar al suelo avergonzado.
Entonces me acerco...

Noches en la terraza (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora