Noches en la terraza (+18)

Necesito una ducha 🔥

⚠️Contenido +18 alto⚠️

(Marinette)

—No me preguntaste si yo también quería ducharme. —dije con una mirada inocente mientras me metí en el cuarto de baño.
Verlo de espaldas denudo me dejó alucinada en el sitio, pero más me sorprendí cuando se giró y mi vista quedó enganchada en su gran atributo.

—Marinette, me queda poco y salgo.

No le contesté nada, en cambio me acerqué a él mientras me miraba con una mezcla de sorpresa e intriga. Cuando estaba a un paso de entrar a la ducha lo miré a los ojos, y luego a su boca.
—Lo que pasa es que yo necesito ducharme ahora, no voy a esperar a que salgas. —le informé mientras me quitaba la ropa, toda menos el sujetador y las bragas a conjunto que llevaba debajo.
—Marinette...sabes que no voy a aguantar si te tengo así delante mía, será mejor esperar y hacer que sea más especial, en la cama de mi hab... —Le tapé la boca antes de que terminara de hablar y con la otra mano me desabroché el sujetador, una habilidad bastante útil.
Sus ojos se abrieron y le quité la mano de la boca, no antes de que me cogiera un dedo entre sus labios y lo lamiera muy sensualmente.

(Adrien)

En cuanto su mano se alejó de mi boca, no lo dudé y la agarré de la cintura para que enrredara sus perfectas piernas sobre mí y poder tener un mejor alcance a sus pechos.
Al tenerlos delante y quitarle el sujetador, agarré uno con mi boca, o lo que pude. Lo chupé y lo lamí como si estuviera en el cielo y pasé al otro, que estaba frío antes de mi contacto. Ella tiraba la cabeza hacia atrás y abría la boca por las olas de placer que le causaba y yo aprovechaba el momento para deshacerme de sus bragas.
Uff, me moría por penetrarle.
Eso se notó en seguida porque en cuanto me elección se pronunció más, rozaba directamente sus partes. Ella, al notarlo, me miró sorprendida, pero empezó a moverse como pudo sobre mi  miembro mientras la tenía agarrada en brazos
—Adrien, te quiero dentro de mí —gemía ella mientras se restregaba más intensamente sobre mí y me hacía volverme loco. —Porfavor, métemela —me susurró con una mirada lasciva.
Me sorprendió gratamente escucharla decir eso, pero en ese momento me puse a mil y la bajé rápidamente. Puso una cara de reproche, pero se le cambió cuando la arrinconé contra la pared del ducha. Había una parte que sobresalía de la pared de azulejos, para colocar el champú, el gel y demás, así que sin pensarlo lo tiré todo de un manotazo y la coloque ahí. Era lo suficientemente alto como para tener un buen acceso a ella mientras estuviera sentada.
—Adrien, porfavor, no me hagas esperar más, te necesito dentro —dijo mientras se tocaba a ella misma con las piernas abiertas para mí, sobre el asiento.
—Nena, me muero por follarte, pero de nos olvida el cordón, espera y voy a mi habitación.
Ella me lo impidió y me agarró del brazo para llevarlo a sus partes.
Comencé a tocarle y llegué a meterle los dedos hasta hacerla gritar pero sin llegar al punto.
—Sé que no está bien, pero porfavor, no quiero ninguna barrera ahora mismo —me pidió casi suplicándome, y yo, que estaba al borde de la locura, acepté.
Así mientras ella estaba apoyada en esa especie de parte de la pared que sobresalía, y que por cierto parecía hecho para esa situación, comencé a restregarme de arriba a abajo contra toda su zona para estimularla más.
Obviamente el agua que antes corría la había parado antes, si no habría llegado a ser molesto.
—A-Adrien, porfavorrr, no sigas así o no voy a poder aguantar más —me rogó con la voz entrecortada.
Enseguida le hice caso. Me coloqué en su entrada y al estar tan empapada no me costó mucho entrar por completo. Al ascender mi mirada y verla con la boca abierta formando una "O" por mi rápida entrada, me dieron ganas de darle más fuerte.
—Mari, ¿puedo ir más rápido? —le pregunté mirándola a los ojos. Se lo decía en serio, no iba a hacer nada que ella no quisiera.
—Sí, hazlo —me respondió mirándome fijamente mientras gemía.
Entonces la agarré de las caderas mientras se mantenía sentada con las piernas totalmente abiertas y aceleré mi ritmo a uno rápido, descontrolado y más profundo, que me hizo sentir la gloria.
Aunque nos quedaba muy poco para corrernos, yo quería que fuese más alucinante aún, así que sin previo aviso salí completamente de ella y delicadamente la levanté de su asiento y la giré contra otra de las paredes de azulejos de mi gran ducha.
—Apoya los antebrazos así —le indicaba mientras tiraba de sus caderas hacia mi hasta que su trasero quedó pegado a mi elección. Sin previo aviso entré y mis embestidas aceleraron hasta ser firmes y muy placenteras.
A Marinette le encantaba que aumentara la velocidad, así que lo hice hasta que se terminó corriendo y gritando mientras notaba como los músculos de su interior se contraían alrrededor de mí. Eso terminó conmigo y llegé al clímax al instante, dentro de ella, cosa que deberíamos de solucionar en otro momento.
Al terminar, la sequé con una toalla y la llevé en brazos hasta mí cama. Estaba totalmente agotada y seguramente le costaría lo suyo andar al día siguiente, tal vez le di demasiado fuerte.