Umbrales/Prefacio

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Es absurdo repetir en letánicas redundancias lo que es verdad, aunque lo sea, aún si sólo creemos que nuestra verdad sea la realidad. Uno, por cuestiones que atañen a la propia dignidad, debe expresar sus conceptos y no ser tan vehemente como para caer en el inquisidor campo de la imposición.

Imposición, si se me permite, es lo que en cuanto a la religión concierne hicieron con mi persona. Vivía atormentado con la idea de vivir o pecar. Salvarme o condenarme y así es que no pude más que sucumbir a la perversa idea de la deserción. Opté entonces y sólo después de haber recorrido muchos caminos, infinitos pasajes, de haber visto y vivido cosas que cualquiera tildaría de incoherentes y ajenas a la realidad. Es verdad sí que algunas de esas experiencias comenzaron siendo yo muy joven; pero no obstante tal circunstancia no le quita veracidad. Dudo haberme obsesionado. Tampoco tengo muy claro por qué, al momento de encontrar la luz, se me confinó a este espacio.

Creo (se me presentan dudas) que finalmente tenía yo razón en muchos de mis argumentos. Dudo (y lo manifiesto) de que los dioses sean uno solo, como lo expresan las culturas monoteístas. Tengo la certeza de haber estado a tiempo en el lugar equivocadoy de haber participado entonces de la interna celestial.

Cada dios tiene, según su raza, su corte de humanos que lo siguen y adoran... en medio de estos dioses estamos los mestizos. Que por ser nosotros mezcla de sangres, vivimos en la dicotomía de no saber a qué dios servir. Se nos impone por lo tanto una religión de la que tarde o temprano renegamos. Por sentir el grito desesperado de otra parte de nuestra sangre. El llamado de otro dios. Algunos quedan aletargados y presos de la secularidad, diciendo ser creyentes de tal o cual fe. Otros nos rebelamos y comenzamos así a andar nuestro propio camino.

Mi familia como buena parte de la población Argentina es la intersección de sangres, culturas y religiones. Al momento de suponer fundamentalismos, los dioses en mí entraron en conflicto. No es época como para que los dioses pierdan fieles.

Parte de mi familia (bajada del barco) impuso a lo largo de generaciones sus ideas y creencias. Otra parte (nacida de la tierra) se limitó a esperar que el sol caliente la semilla que hiciera brotar el amor por la tierra. Y en el medio de esta coyuntura... yo. Tan solo un hombre que sin apoyo, dueño de un espíritu libre comenzó la búsqueda. Una búsqueda en la cual, quien acompaña no puede venir con uno porque el camino es propio y personal. Un camino en el cual uno obtiene la gloria o todo lo contrario.

Dentro del choque de cosmovisiones (o con el choque de cosmovisiones en mi interior) yo,me rebelé ante los dioses...

...Y pagué por eso.

Narraciones y vivencias de un hombre que cree que estuvo soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora