Capítulo 5

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Ayer fue igual que todas las otras veces... fui el paño de lágrimas de Kyoka, su desahogo, su premio de consuelo...

Ella es como una droga, me lastima, me hace daño... pero lo único en lo que puedo pensar todo el día, es en que quiero estar bajo sus efectos... más que un idiota soy un adicto...

Solo espero no morir de sobredosis...

Como siempre después de casi devorarnos afuera en el pasillo de su departamento, ella me miró con esos ojos de gatito abandonado y me invitó a pasar directo a su habitación...

Fue el típico "Mis padres no están en casa..."

Y yo como el idiota huevos azules de siempre, acepté... sabiendo de antemano que esa no era una invitación a quedarme... solo un rato y ya... hasta que se durmiera, luego de usarme ya me podría ir...

Así que... siguiendo la analogía, aparte de drogadicto, soy puta.

Y con que me pagan? "Iy Dinki pirqui iris tin tinti!?"

Como si ella fuera distinta a mi, persiguiendo un amor no correspondido... maldición... eso duele...

Suspiró resignado mientras caminaba pateando piedras por afuera de la residencia de alumnos... absorto en sus pensamientos, lo oyó...

La voz de quien quizás era el aspirante a héroe más fuerte que haya pisado la U.A... llorando sentado en una banca, entre unos arbustos y la muralla de los dormitorios.

Midoriya...

Lo había visto llorar otras veces, pero nunca con tanto sentimiento... se veía deshecho, con el corazón roto... igual a él durante esas noches en que su muñeca lo despreciaba como basura...

Se acercó y se sentó a su lado...

- ¿Estás bien Midoriya?

- Ka..Kaminari-Kun! - volteó a verlo sorprendido

- Te.. pasó algo?

- ... - Su mentón tembló y sus lágrimas continuaron fluyendo... - Uraraka-san... no sé nada de ella hace mucho tiempo... no sé si le pasó algo o si me odia por alguna razón... la extraño mucho...

- ...

En ese momento Kaminari cayó en cuenta... el peliverde lloraba escondido mientras observaba una foto de él y su amiga en su último festival deportivo...

Frunció sus labios y ceño... él sabía cómo se sentía eso, además de que era sobrecogedor ver a aquel chico tan triste y vulnerable... como un niño que lloraba por haber roto su juguete favorito...

Deku desde ya hace tiempo había dejado de ser aquel muchachito pequeño y delgado que entró a la academia, que se lastimaba cada vez que debía hacer algo importante... había cambiado, la diferencia de poder entre ambos era abismal, Kaminari lo sabía y también como casi todos los chicos dentro de la clase (exceptuando a Mineta) había crecido un montón, más alto, ancho y con un conveniente corte de cabello que lo hacía ver más maduro... nadie notó como esos dos años, los habían cambiado tanto... ya casi eran adultos... enfrente de él, el hombre más fuerte del mundo con el corazón hecho añicos...

¿Qué quedaba para él entonces? Un simple mortal...

- N..no has hablado con ella?

- No... - suspiró - no contesta los mensajes ni llamadas de nadie...

- Y sus padres?

- Los llamé, pero me dijeron cosas muy extrañas, parecía como si estuvieran enojados conmigo por alguna razón, luego me cortaron... - Ellos creían que Midoriya era el culpable del desatino de su ex hija... después de todo, ellos siempre estaban juntos...

Señor Ausente (Kacchako) Boku no HeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora