『¢нαρтєя 12』

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Su mirada denotaba extremo cansancio. Había pasado el resto de la tarde sin descansar lo más mínimo, llevaba horas esperando a que JiMin pusiera un pie dentro de casa.

No entendía el por qué de la ausencia de su esposo. Simplemente, al terminar de comer, se había levantado como si nada y salió sin avisar a dónde iba.

Ya pasaban más de las diez de la noche y sencillamente sabía que no volvería.

Subió a ducharse y pensó por un momento en dormirse hasta esperar que llegara el siguiente día.
Pero algo dentro de sí, le hizo una propuesta que, en esos momentos, planteó muy seriamente hasta dar con su respuesta.

Miró su clóset y eligió unas cuántas prendas fuera de lo formal.

Respiró hondo y tomó las llaves de su auto para irse y buscar algún bar cercano dónde pudiese ahogar sus penas.

Pocos minutos le demoró llegar al establecimiento y al igual que JiMin, el lugar le parecía tétrico y desagradable, pero le tomó poca importancia, pues en verdad necesitaba despejar su mente por al menos esa noche.

Ni siquiera supo cómo logró llegar sin dificultades a la barra, había tanta gente en el interior del bar que desde que puso un pie dentro, sentía que no podía caber un alma más.

──¡Hey! ¿Qué haces aquí? Te creía un sujeto de bien...

──¿Ah? ──bebió de golpe su shot de tequila para luego mirar a quién le estaba diciendo aquello──. ¡Ay no! No puede ser...

──¿Te molesta mi presencia? ──el peliverde asintió con una sonrisa, esperando por alguna extraña razón a qué el chico a su lado se fuera──. Pues qué pena... Seré tu agradable y ebrio compañero de esta noche ──dijo alzando el diminuto vaso que sostenía entre sus dedos.

Yoongi encarnó una ceja con incredulidad, le parecía ciertamente divertido que, a pesar de ser una ciudad demasiado grande, terminaría ahogando sus penas con aquel chico fastidioso.

──¿Sabes? "Desconocido" no suena tan malo como parece, pero preferiría que me llames SeokJin ──
susurró en el oído del peliverde, sintiendo un destello de alegría al observar que Yoongi sonreía hasta el grado de mostrar sus rosadas encías──. Y tú... ¿Cómo te llamas?

──Yoongi.

──Y juntos somos YoonJin ──gritó con entusiasmo, levantándose de su asiento y llamando la atención de algunas personas a su alrededor. Sintiendo vergüenza solamente por la forma en que el peliverde le miró.

Yoongi rodó los ojos cuando el contrario se le acercó pidiendo disculpas y lo envolvió en un cálido abrazo. No lo culpaba de cierta forma, estaba consciente de que el pelirrosa se encontraba en estado de ebriedad y sus cinco sentidos no funcionaban correctamente.

Suspiró resignado y correspondió el abrazo, ganándose un beso en la mejilla por parte de SeokJin.

──Deberías irte a casa, imbécil ──dijo empujando al pelirrosa al momento que sintió sus labios chocar en su piel──. No estoy disponible.

SeokJin observó el piso de aquel bar con notable antipatía y regresó su mirada a la mano del peliverde cuando algo brilloso se topó en su camino. Yoongi portaba un hermoso anillo de matrimonio.

Y se sintió idiota, porque desde la primera vez que miró a aquel chico, sabía que tenía que hacer lo necesario por volver a encontrarlo y conquistarlo.
Pero saber que estaba casado, le había bajado por completo los ánimos.

Él había hablado con su hermano sobre lo importante que era respetar una relación de tal magnitud y simplemente no podía entrometerse.

──Tienes razón ──soltó inexpresivo dejando estupefacto al peliverde, pues éste no esperaba que de un momento a otro, el espíritu alegre del pelirrosa cambiara de repente a uno totalmente triste──. Cuídate Yoongi, que estés bien.
El pálido estuvo tentado a detener a SeokJin, pero creyó que era mejor dejar las cosas así. Había notado las claras intenciones que el pelirrosa mostraba y realmente no quería ilusionarlo.

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El castaño miraba el amanecer por la ventana de su habitación. Había pasado toda la noche en vela, sin poder creer aún el hecho de que el pelinegro estuviese acostado a su lado mientras lo abrazaba por la cintura con total despreocupación.

Sentía su cálida respiración golpear en su espalda, lo cual le transmitía cierta tranquilidad.
Estiró su brazo para alcanzar su celular y observar la hora.

El sol había salido hace demasiado tiempo y no tenía ni idea de cuántas horas o minutos llevaba observando aquella imagen.

──JiMin... ──se giró para quedar de frente al pelinegro y poder despertarlo──. Debes irte...

El mayor frotó sus ojos con delicadeza y de a poco los abrió. Encontrándose a Kook, quien lo miraba con una media sonrisa, sin dejar de lado las notables ojeras que se encontraban alrededor de sus ojos.

──No dormiste anoche ¿Cierto? ──preguntó acariciando apenas la mejilla del castaño──. Siento haberme quedado, de verdad.

──Hyung... Hemos compartido cama anteriormente──miró con cierta pena al mayor al notar que su entrecejo estaba fruncido y claramente se notaba confundido──. Y no quiero arruinar esto, pero estás tan tranquilo y sobre lo que me dijiste anoche...

──No mentí...

La mirada del castaño se iluminó al escuchar aquellas palabras.

Por un momento pensaba que JiMin sólo había dicho tales cosas para tranquilizarlo y poder seguir con esa relación, pero el hecho de que se lo confirmará nuevamente, le daba mucho de que pensar.

Jamás se imaginó poder tener una oportunidad para hacer su vida junto al pelinegro. Y aunque una parte de su ser, estaba feliz, no dejaba de sacarse de la mente al esposo de JiMin.

Aquel chico realmente se miraba contento y satisfecho a su lado y no podía creerse del todo aún, que el pelinegro se arriesgara a terminar su matrimonio por alguien que llevaba poco conociendo.

No entendía el por qué de haber tomado esa decisión, pero tampoco pensaba rechazar esa oportunidad.

Ahora JiMin estaba en su mente día y noche.
Sabía que jamás en su vida había sentido algo parecido por las demás personas, y a pesar de que SeokJin le advirtió todas las consecuencias que traía seguir con esa aventura, estaba dispuesto a enfrentarlas.

Y es que ya estaba comenzando a afrontar la primera. Sabía que enamorarse del pelinegro era la regla principal que no debía romper, y sin embargo, ahora ya no podía dar marcha atrás.
Pero también estaba seguro de que JiMin ya no amaba a Yoongi tanto como él afirmaba.

Después del segundo encuentro, JungKook pensaba que JiMin sólo estaba jugando y buscando consuelo en alguien que pudiera darle lo que el peliverde había dejado en el olvido.

Pero conforme pasaba el tiempo, los encuentros sexuales se volvían más tardados, y las palabras bonitas comenzaban a hacerse presentes.
Él estaba seguro de tener demasiadas oportunidades y la más importante, de tener a JiMin totalmente controlado.

Y aún así, seguía sintiendo aquella culpa, tanto que no le importaría esperar, así fuese demasiado tiempo, en verdad estaba dispuesto a hacerlo.

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Don't Leave Me Alone『PJM & JJK』┇ Adap. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora