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POV. Marco

Me muerdo el labio, mientras me paso mi dedo índice sobre mi labio superior pensando en lo que había sido aquello, pensando en sus palabras, pensando simplemente en ella, pensando solamente en Paulina.

Sacudo mi cabeza, me incorporo en el asiento de mi auto y lo pongo en marcha, intentando no pensar en nada y concentrarme en el camino, pero es imposible, sus ojos marrones viéndome directamente invaden mi mente, su sonrisa perfecta con sus labios rosados, dulces y suaves, su manera de expresarse, su manera de reír y entender mis tonterías, todos lo bonitos momentos, incluso las infinitas veces que la he cagado y ella me ha perdonado y ha estado para mi sin importar nada, todas las veces que ha sido ella, que ha sido Paulina.

¿Ella habrá dicho en serio lo de estar feliz por mí? Bueno, mejor otra ¿Ella habrá dicho en serio que está feliz por mi compromiso? Que por cierto, ¿Cómo se enteró? ni siquiera la misma Elena porque es sorpresa y hoy se lo pediré, incluso a eso voy ahora, a encontrarme con ella en uno de los restaurantes más finos de Madrid. ¿Habrá sido Isco? Es que para chismoso es número uno.

¿Qué hago?

Pienso y solo me gustaría tenerla en mis brazos ahora.

Conduzco hacia mi destino durante unos veinte minutos, estaciono mi auto, al bajarme acomodo mi saco y corbata mejor, camino con seguridad, humedezco mis labios mientras pienso antes de tocar la puerta.

Voy. – escucho decir desde adentro de la casa.

Estaba cabizbajo y nervioso hasta que sentí que abrió la puerta.

Marco, ¿Qué haces aquí? – dice viéndome de pies a cabeza. – ¿Ya estas oficialmente comprometido? El traje te queda bien. – dice con una leve sonrisa.

No sé qué responder, ni yo mismo sé que hago frente a su puerta, bueno si sé pero no sé cómo expresarlo y tener una buena reacción de ella. Me acerqué a ella con cortos pasos y viéndola directamente a los ojos.

No puede hacerlo, no si solo pienso en ti. – digo viéndola a los ojos aún. – No es justo para ella, ni para mí, ni para ti. Aún te amo Paulina y nunca dejé de hacerlo. – digo finalmente. Ella simplemente me mira con sus ojos marrones brillantes, aún no decía nada. – Por favor dime algo.

No sé qué decirte, Elena...

Elena ya lo sabe, le expresé como me sentía antes de venir aquí y ella lo entiende. Yo solo estuve con ella porque me recordaba a ti... – digo, coloqué ambas manos en su cuello cubriendo parte de sus mejillas. – Te amo solo a ti y no creo poder superarte nunca.

Fue lo último que dije y no pretendía decir más, me acerqué más a ella, a centímetros de poder besarla pero no seré yo quien tomará esa decisión, vine hasta aquí a expresarle mis sentimientos, la única decisión que ella tomará será esa, si me acepta de nuevo.

Ella se relamió sus labios y posó su frente contra la mía, cerró los ojos y dijo. – Marco, yo también te amo...

Instagram (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora