Cap. 11

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[UNAS HORAS ANTES]

Ambos, Law y Luffy, dormían plácidamente, el pequeño azabache descansaba con la cabeza apoyada en el pecho del mayor. Ya era tarde para aun estar en cama, pero eso poco les importaba, hasta que un gruñido rompió la paz que llenaba la habitación. El mayor, que tenia el sueño algo sencible, abrió lentamente los ojos dando un bostezo. Notó ese peso extra que tenía sobre si así que dirigió su vista hacia donde estaba el pequeño recostado sobre él y se le escapó un pequeña sonrisa, sin hacer el menor intento por despertarlo recostó nuevamente su cabeza sobre la almohada, instintivamente su mano se dirigió a la espalda de su amante, que aun estaba plenamente dormido.
Ante el tacto el pequeño comenzó a despertarse, abrió lentamente sus ojos y elevó la mirada hacia Law, sonrió.

-Hola- para luego recostarse nuevamente en el pecho del mayor. Éste comenzó a jugar con su cabello - Torao, tengo hambre- su estómago rugió secundando su afirmación, miraba suplicante al mayor y de alguna manera eso aumentaba el lívido del otro. Law suspiró, le dio un beso en la frente y se levantó de la cama.

-Vamos a comer- Luffy sumamente feliz ante la repuesta del mayor se levantó dando saltitos y comenzó a buscar su ropa entre todo el desorden de la noche anterior... Realmente se la había pasado bien. Law miraba entretenido como su pequeño y adorado amante movía sus caderas feliz, como si buscara incitarle, buscando sus prendas y no pudo evitar mirarle entretenido.

- Torao ¿que miras? - preguntó luffy al ver que el otro no se movía, el aludido de manera descarada y con un tono incitante le respondió.

- A ti y tu lindo trasero- luffy ante su respuesta se sonrojó, law podía llegar a ser muy descarado cuando se lo proponía. Su estómago gruñó de muevo distrayéndolo y frustrando el intento del mayor de una "mañana" entretenida, Luffy soltó una risilla y siguió buscando sus prendas. Law suspiró decepcionado, tan inocente, pensó pero eso era lo que realmente le encantaba del niñato.

Ambos entre juegos e insinuaciones se vistieron, dado que el molesto rugido de estómago de luffy frustraba todos los intentos del mayor por hacer que el chiquillo regresara a la cama y no precisamente para dormir un poco más.

Salieron del cuarto que tenían y law recordó la división de guardias que había impuesto la navegante.

- Mugiwara-ya, ésta noche nos toca cuidar de tu barco- dijo al mismo tiempo que sonreía sugerente, el barco entero, para ellos dos solos, eso sería diversión pura. Luffy simplemente asintió y siguió observando cada lugar que vendiera algo, su acompañante le miraba con curiosidad y se preguntaba cómo era posible que luffy pudiera tener tanto asombro, tanta amabilidad y simpleza y hacerse así tan cautivador .
El verle ayudar a los demás hasta por algo mínimo como con la chica que molestaba Eustass sin preocuparse por las consecuencias, le parecía algo meramente estúpido, pero para el chico de goma no lo era ¿era eso lo que le cautivaba O era su inocencia combinada con esa devoción innata que tenían en cada encuentro lo que lo amarraba mas y más? Hasta ahora lo desconocía, no buscaba una respuesta lógica, un algo que le dijera que sus acciones habían sido tomadas por algún interés, pero nada.
- Torao...- la voz del otro le sacó de sus cavilaciones le miró.
-¿Que sucede? - el chico se veía cohibidocohibido, ligeramente nervioso, alerta.

- Entremos a algún lugar, tengo un mal presentimiento, dijo halándolo a una de las tiendas, un restaurante, sin pensarlo mucho el mayor lo envolvió en un abrazo posesivo, fuera lo que estuviera sintiendo el chico no dejaría que le hicieran daño alguno, lejos de allí estaba zoro mirándoles de manera aflijida y fija hasta que cierto rubio le llevó a la dirección contraria. Cuando entraron en el lugar, casi de manera instantánea, todo lo que el pequeño presentía se evaporó y su actitud común regresó, se aferró al torzo del mayor y sonrió.

En la tardanza está el peligro... (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora