Cap. 8 (LEMON AUN MAS INTENSO QUE EL ANTERIOR)

1.7K 80 5
                                    

Había dejado de besarlo para observar la bolsa, que aún estaba sobre la cama, de ésta sacó un frasco pequeño y que contenía un gel azul. La mirada del ojeroso en automático se dirigió a su pequeño, quien estaba extasiado con lo que habían estado haciendo. Con la poca cordura y fuerza que aún le quedaban el pelinegro se aventuró a preguntar.

-To-torao ¿Qué es eso?- el aire le faltaba y su rostro estaba rojo, sus grandes y hermosos ojos negros parecían no poder mantenerse abiertos por completo y para poder mirar al ojeroso los mantenía entrecerrados.

Al escuchar su pregunta el ojeroso sonrió de manera ladina. Se acercó nuevamente al otro y le dio un apasionado beso, una vez que se separaron lo observó detenidamente, tenía los labios hinchados de tantos besos arrebatadores, lo que los hacia ver más carnosos y simplemente incitaban al ojeroso a morderlos y besarlos de nuevo.

-Es solo algo que hará que esto sea  más divertido - y lo destapó metió sus dedos índice y corazón, embarrando el gel en toda la extensión de estos.

-Mugiwara-ya, ¿recuerdas que comeríamos cosas deliciosas?- de alguna manera la energía de luffy aumento un poco al escuchar "cosas deliciosas" y se incorporó, sus manos atadas sobre su cabeza se lo dificultaron un poco, pero sus ansias por comer eran insaciables y sumamente poderosas.

-Siii ¿dónde están?- el médico ante la inocencia de su pareja no pudo evitar sonreír.

-Abre la boca- instantáneamente el chico lo hizo y aprovechó su cooperación y le pisos sus dos dedos cubiertos por el gel dentro de la boca.

El gel es un lubricante con sabor, pero que al mismo tiempo contenía un fuerte afrodisíaco, que al ser ingerido hacia que el sujeto se quedara al borde del orgasmo.

-fabe a felatinfa- dijo el más joven aun con los dedos dentro de su cavidad, pasando la lengua entre estos tratando de ingerir todo lo que él consideraba "gelatina".

Sacó los dedos y lo observó, probablemente tardara unos minutos en hacer efecto, pero no habían ni pasado 2 minutos cuando el pequeño pelinegro comenzó a quejarse.

-To-torao, me... Me siento extraño, cre-creo que la gelatina tenía algo extraño- mientras hablaba se removía incomodo frotándose con la cama. Al parecer no tardó tanto, pensó para si el mayor.

Nuevamente metió su mano en esa bolsa, que al perecer estaba llena de juguetes y artefactos para su diversión, de ésta sacó una venda negra, la cual posicionó en el rostro de su pequeño cubriéndole la visión.

-Torao, no veo nada, ¿qué estás haciendo?- el pequeño estaba confundido con las actitudes de su pareja, nunca había hecho algo como ahora, tal vez era un tipo de entrenamiento, como el que usó rayleight para que desarrollara su haki de observación, sí, seguramente eso era.

El tener los ojos vendados solamente hizo que las sensaciones fueran mas intensas para sus sentidos. Podía sentir como las manos de su amante lo recorrían de una manera parsimoniosa, lo cual por alguna razón lo estaba poniendo en su límite.

Mientras tanto el ojeroso se deleitaba con cada gesto o gemido que se le escapaba a su pequeño; el verlo tan vulnerable y a su disposición lo dejaba con ganas de embestirlo con todas sus fuerzas, pero no, si quería lograr sus objetivos tenía que soportarlo un poco más.

Para Luffy, el tener las manos atadas y los ojos vendados solo lo desesperaba, quería sentirlo, quería tocarlo, verlo, pero esas malditas cosas se lo impedían. No se dejaría vencer por unas simples vendas, no, pero cuando estaba por hacer algo sintió como algo húmedo recorría todo su torso, para luego pasar por su cuello y regresar por donde vino. Ante esa sensación y lo perceptivo que ya estaba, de la boca del pequeño solo podían escapar gemidos, jadeos e incoherencias, quiso pedir condescendencia pero las palabras en su cabeza simplemente no se ordenaban para escapar por sus labios.

En la tardanza está el peligro... (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora