9. Sótano

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(18 de octubre, 2011)

- ¡¿Qué están haciendo?! - pregunté exigiendo. Marcus y Robin me sujetaban los brazos mientras me arrastraban hacía algún lugar de la casa.

Veía a mi tía con Sara caminando con cierta frialdad en sus caras.

Luego de que el doctor Guzmán se fuera, de inmediato habían iniciado este plan que desconozco.

- ¡Cállate! - Sarah agarra una escoba que estaba a su lado y me golpea con el Bamboo en el estómago.

Lo presionó más para que el golpe fuera fatal, y lo fue, me sacó el aire por completo. Mi cabeza empezó a doler por la respiración que no me llegaba, sentía como me ponía rojo.

Luego mi tía abre una puerta. No hice ni el más mínimo esfuerzo por soltarme. El golpe de ese Bamboo fue terrible.

- Póngalo aquí, en el sótano. - ordenó mi tía Claudia.

Luego Robin y Marcus me arrojaron con brusquedad y vi como me alejé de ellos como cayendo a un vacío.

Impacte fuerte. Rodé y supe que eran escalones hacía abajo donde caí. Seguí rodando un poco más llegando al final con un último golpe en las costillas. Fue peor que el golpe del Bamboo.

Lastimada, traté de subir los pocos escalones que apenas podía ver del sótano. Golpeé la puerta con fuerza gritando.

Oi con dificultad que le pasaron llave a la puerta.

- ¡Déjenme salir! - suplique. Con lágrimas en mis ojos.

Escuché sus risas a través de la puerta de madera que estaba sucia con polvo y algunas telarañas.

- Te quedarás aquí a partir de ahora. - dijo mi tía entre risas malvadas.

Yo al escucharla me aterre.

¿Por cuánto tiempo estaré aquí? ¿Para toda la vida?

Todo era posible con esta... Si se le podría decir familia.

- Comerás una sola comida al día. - afirma con dureza Claudia, mi tía.

Me acerqué más a la puerta colocando mi cara con ella para que me escucharán mejor.

- No pueden hacerme esto. - demandé.

- Ya lo hicimos. - exclamó Sarah.

Algo atravesó la puerta rompiendo la madera y dejando caer algunos trozos en mi camisa, y fue el Bamboo. Me impactó nuevamente, pero esta vez en el pecho, lanzando me con velocidad de nuevo a las escaleras hasta llegar al final.

Otros golpes en las costillas recibí, pero aún más fuertes. Sintiendo que me habia partido algunas.

No veía absolutamente nada.

Estaba obscuro. Intenté levantarme, pero no pude.

Sólo me dejé caer para al menos calmar un poco mis heridas recién recibidas.

¿Ahora qué?


***

(19 de octubre, 2011)

Me había quedado dormido, si se podría decir. El dolor en mi cuerpo me lo impedía.

Luego escuché que abrieron la puerta y oí unos pasos que se insinuaban escalofriantemente en en lugar bajando los escalones.

- Toma.

Abrí mis ojos. Luego me levanté, pero no del todo, sólo me puse de rodillas y no podía ver bien.

Yo, Asher                                   [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora