Moon's Legacy (ROTG) Pitch BlackxLectora

¿Acaso sientes lo que yo?

-Duerman aquí guardianes, si se van no podré contactarlos, deberé buscarlos uno a uno y no habrá tiempo para eso. Si gustan pueden dormir en el trineo.- Norte habló firmemente.
Todos se fueron a dormir menos Jack, Sandman y yo; Jack me contaba su pasado mientras miraba la arena luminosa de Sandman, quien no hacía más que su trabajo.
-Y así fue como me convertí en Guardián.- Me dijo orgulloso el peliblanco.
-¿Por qué yo no puedo recordar nada de mi pasado...?- Le dije decaída.
-¿Tooth no te ha mostrado tus recuerdos todavía?- Negué con la cabeza.
-Solo recuerdo a mi hermano y no son recuerdos del todo claros.
-En cuanto ésto termine le pediremos a Tooth tus recuerdos y, si me lo permites, podría verlos contigo.- Me sonrió y le respondí de la misma forma. -¿No vas a dormir?- Continuó.
-Yo nunca duermo.- Me miró unos segundos y tomó un poco de la arena de Sandman.
-Cierra los ojos.- Lo obedecí sin dudarlo y sentí que colocaba esa arena en mi frente. A la mañana siguiente me di cuenta que me había quedado dormida. Ni siquiera recordaba lo que había soñado. Tenía mi cabeza recargada en el hombro de Jack y conejo me abrazaba por la espalda. Era una escena bastante incómoda, a decir verdad.
-¡Hola a todos! ¡¡Creí que no los volvería a ver!! Ah... ¿Y la chica?¿Es tu novia Jack?- El parloteo de un niño castaño me hizo despertar por completo. Caí en cuenta de algo: me podía ver.
-¿Acabas de... estás viéndome?- Le pregunté fascinada.
-¡Por supuesto! Estás aquí ¿No?- Me salieron unas cuántas lágrimas de felicidad, alguien vivo había notado mi existencia.
Poco a poco fueron despertando los demás y saludaron al niño, quien ahora sé que se llamaba Jamie.
-¿No quieren venir a hablar con los demás?-Les preguntó el chiquillo.
-Nos encantaría pero no podemos por ahora. Hay una pequeña situación urgente y debemos enfocarnos en ella. Pero te prometo que jugaré con ustedes después.- Jack le hablaba con una dulzura inigualable, era muy tierno verlo hasta que... -¡Ah! y este bombón aquí a mi lado es una nueva guardiana.- Le dediqué una mirada de odio.
-Cállate congelador con patas...- Conejo rió por lo bajo. Tomé mi guadaña y bajé del trineo para estirar un poco mi entumido cuerpo. El niño me miraba con fascinación como si fuera un bicho raro, hermoso pero raro.
-¿Alguien tiene alguna idea de dónde encontrar a Pitch?- Tooth preguntó con total imprudencia.
-Otra vez no...- ¿El niño ya había vivido algo que involucraba a ese tal "Pitch"? Eso sí me tomó por sorpresa.
-Averigüémoslo, prueba y error.- Nos habló conejo y aceptamos. No es como que tuviéramos otra opción...
Decidí comenzar a buscar en el callejón del que me gritaron "lárgate", digo, ahora que tengo una guadaña sería estúpido decirme algo ¿no?
Entré y estaba mucho más oscuro que antes. Gracias a la tenue luz de mi arma pude ver una base de cama de madera despedazada. Había un gran agujero abajo, uno por donde entraría una persona sin problema.
Salí discretamente del callejón y fui corriendo con Norte, había dado en el blanco.
Llegué como alma que lleva el diablo y di aviso a Jack, quien aún seguía allí. Él fue a buscar a los guardianes y yo me quedé vigilando el callejón, que nadie entrara o saliera.
-¡____!- Me llamó Jamie y cometí la estupidez de voltear en su dirección; una mano tomó con firmeza mi cuello y me jaló hacia la oscuridad. El niño lo vio todo y corrió a buscar ayuda pero era inútil, el tipo me tenía a su merced. Me inmovilizó con unas cadenas de arena negra y me arrastró con él por el agujero debajo de la base de cama.
-Si sabías que era una trampa, ¿no?- Me preguntó burlándose, sólo bajé la cabeza de manera dócil. El semblante divertido de Pitch pasó a uno totalmente serio. -No me vas a decir que no sabías ¿Verdad? ¿Cuánto tiempo tienes siendo guardiana?.
-Yo no soy una guardiana, no nací para ésto. Y no, tampoco sabía que era una maldita trampa. ¡¡Llevo sólo una noche haciendo ésto, santo cielo!!- Le dije con una voz que expresaba decepción de mi misma. ¿Cómo había sido tan ingenua?.
El sujeto respiró hondo y miró a la nada unos segundos.
-Te has sentido sola, me imagino- Me tomó por sorpresa esa afirmación.
-No intentes chantajearme por favor, éste tema no... no es un juego...-Le hablé con dificultad, ya se empezaba a formar un nudo en mi garganta.
-No te estoy chantajeando niña, sólo... sé cómo debiste sentirte todo éste tiempo, es frustrante que... nadie pueda verte por que nadie cree en ti...- El ambiente se puso un poco tenso, se sentía la tristeza en el aire.
-Han dicho que "sólo soy un mal sueño", que soy "sólo una fantasía". Los padres insisten en que los niños no deben temerme porque no existo. Ya estoy cansado de oírlo. Cada parte de mi ser envidia a esos asquerosos Guardianes, que reciben el afecto y la atención de todos.
Yo también existo. Y me haré notar por la fuerza, si es necesario...- Sus ojos denotaban rabia y dolor a la vez, no estaba mintiéndome.
-Bueno, la gente crea o no en ti ha escuchado tu reputación, todo el mundo ha escuchado del "hombre del saco", "el coco", "The Boogie Man"... En mi caso la gente ni siquiera imagina que yo pudiese existir... Ahora que el bastardo de la Luna me ha hecho una guardiana me estoy debilitando a la velocidad de la luz. Nadie cree en mí, me estoy muriendo ahora mismo y a nadie le importa. Qué más da...- Me miró impactado por lo que acababa de decir.
-Me sorprende que logres comprender lo que dices a tu edad... no cualquiera tiene esa capacidad.
-Cualquiera puede ser guardián, ¿Verdad?
-No es para todos, tienes que vivir una vida que lo amerite. Si yo hubiera llevado una vida menos miserable, moralmente hablando, yo no estaría aquí.
-Entiendo...- La mano delgada de Pitch acarició mi cabello y desapareció las cadenas.
-No tenemos que afrontar ésto sólos, ¿sabes? Podríamos-
-¿Y me quieres hacer creer que no estás chantajeándome?.- Lo interrumpí con total descaro.
-Insisto...- Acunó mis manos en las suyas. - ... Realmente creo en ti, no tienes que vivir así si no quieres.- Algo me impulsó a abrazarlo y cuando lo hice parecía aterrado, éste era un caso muchísimo peor que el mío. ¿Cuánto tiempo llevaría éste pobre hombre sin ser abrazado? ¿Décadas? ¿Siglos?. Pegué mi cabeza a su pecho y su respiración era increíblemente agitada, los latidos de su corazón eran fuertes y audibles. Al cabo de unos pocos minutos se fue relajando e incluso me devolvió el abrazo.
-Lamento mucho lo que te hice... ¿aún duele?- Le pregunté pasando muy cuidadosamente mis dedos cerca del navajazo en su mejilla.
-Descuida, no duele ¿y tu pierna?- Ahora se le veía preocupado. El pobre estaba experimentando muchas sensaciones en muy poco tiempo.
-Está bien, ya sanará.- Le regalé la sonrisa más dulce y sincera que tenía y me sonrió de vuelta. Su rostro expresaba paz, se veía que ya le hacía falta sentir algo de tranquilidad y yo iba a darle al menos un poco de ésta.