❝Amor, cuatro letras que marcan tu destino
cuatro letras que te invitan a soñar
cuatro letras que te dicen que estas vivo
aunque para muchos estes muerto❞
Wendy Carter, una niña con un pasado desafortunado, que se enamoró de su mejor amigo a los 9 a...
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10 de noviembre 1983
—La policia estatal encontró el cuerpo de Byers dento de las aguas de la presa estatal—decía el reportero en la televisión de los Wheeler—Lo descubrió el policia estatal David O'Bannon, justo después de anocheser. La policia estatal llevará acabo una investigación para determinar la causa de la muerte de Byers. El cuerpo hasta ahora no muestra señales de que sea un acto delictivo—decía—Will Byers cursaba el 7timo año en la escuela Hawkins. Su madre reportó su desaparición el lunes por la mañana.
—¿Debería ir a hablar con Micheal?—preguntó Ted hacia su esposa.
—Dale tiempo—contestó—Él vendrá cuando esté listo—dijo sintiendo pena por su hijo.
—Ahora, Byers no es el primero en desaparecer—siguió el reportero—. Recordemos que al rededor de hace un año se reportó el homicidio del joven Joshua Carter de 17 años, que al igual que Byers, fue encontrado muerto ahogado, solo que el cadaver del joven Carter mostraba indicios de acto delictivo, multiples moretones, algunos huesos rotos y una herida de bala en la pierna derecha, aunque la familia no quiso seguir con el caso ni averiguar quién fue el criminal en este asunto, según dicen por cuestiones de dinero—dijo—. Si el caso del joven Carter asustó a muchas personas debido a las heridas, el caso de Byers ha...—Karen Wheeler apagó el televisor.
(...)
Wendy se despertó desconcertada de donde estaba, se talló los ojos y al abrirlos mejor notó que se encontraba en el castillo Byers. Los recuerdos de lo sucedido la noche anterior se sintieron como un fuerte golpe en el estomago. A lo lejos comenzó a escuchar una voz conocida llamar su nombre.
—¿Wendy estás aquí?—dijo Dusin acercándose al castillo y abriendo la cortina—Dios ¿Qué te pasó?—preguntó preocupado al ver su aspecto demacrado.
—Se le conoce como lluvia y frío, mi rizado amigo—dijo con una dolida sonrisa.
—Tenemos que ir con Mike—informó—Ahí podrás cambiarte y todo, además Mike quería decirnos algo.
—No—contestó ella.
—Vamos, sé que estás de luto, pero los demás también—intentó animar sentandose junto a ella y tapándose con una cobija que estaba cerca.
—No quiero ir—se quejó cansada.
—Okey, okey, tranquila yo te entiendo, mira—dijo y abrió su mochila que tenía comida—come, se ve que no has desayunado—dijo y ella tomó la comida.
—Se supone que lo encontraríamos vivo—murmuró con lágrimas.
—Tranquila ¿si?—la calmó—él no quería que estuvieras así. Solo hay que ir a casa de Mike...
— No, no me siento de humor—dijo limpiando sus lágrimas.
—Si crees que dejaré que mi mejor amiga se quede en depresión estás muy equivocada—le dijo— y si llevarte a la fuerza es necesario, lo haré.
