Llevo más de un mes evitando a Valentina, no es que no la quiera ver, pero Lupe me anda vigilando hasta cuando voy al baño, ella asumió que cuando llegué a casa ese día; decir que mi papá estaba vivo y que lo había visto estaba en una etapa psicótica de mi condición. Al menos hoy tengo terapia de grupo, suena irónico que siendo una futura psicóloga deteste este tipo de cosas, supongo que lo siento de esa forma porque soy paciente.
— ¡Juliana! ¡Juliana! – escuchaba a la psicóloga de turno hoy, tiene un aspecto un tanto intimidante.
— ¿Qué sucede doctora? –
— Ya que estas aquí, porque no te presentas con el grupo-
Eche un vistazo, algunas me miraban curiosas, otras con una mirada de que no les diga nada porque me patearan el trasero, supongo que tarde o temprano debo socializar.
— Soy Juliana Valdés, mi edad es lo de menos porque así tenga cuarenta, me dirán inmadura, estudio lo que ahora me juzga y bueno estoy aquí porque no soporto que mi madre me vigile 24x7-
— Bueno Juliana, es una bienvenida un tanto particular. – me sonrió y miro al grupo – Bueno ¿alguien desea comenzar la sesión de hoy? –
— ¡Yo! ¡Yo! – decía casi gritando una rubia de aspecto infantil.
— Ok Vera, adelante –
— ¡Ay no...! Otra vez la rubia tonta y aburrida – decía una morocha.
Me estaba entreteniendo la discusión de estas dos, lo cual era gracioso, no me juzguen mal, no soy infantil, pero vamos ¿a que no es divertido ver una discusión algo tonta.?
— Chicas mantengamos la calma, Marcela deja que Vera nos cuenta lo que le paso, y luego podrás hacerlo tu ¿de acuerdo? -
— ¡Como sea! – decía aquella morocha cruzando las piernas.
La rubia contó todo lo que hizo, literalmente ¡TODO!, hasta el mas diminuto detalle, me llamo la atención que se quejaba de la fotógrafa de la empresa donde trabajaba, puesto que dijo que parecía un alma en pena, pero la perdonan porque es la engreída de la jefa.
La hora paso rápidamente, porque la chica Vera, se la paso hablando de ella y sus dramas algo infantiles, me llegó a incomodar un poco cuando no dejaba de mirarme y sonreír, es algo extraña.
— ¿Juliana? ¿no? – dijo la rubia sonriéndome de oreja a oreja. – No nos han presentado, soy Vera –
— ¡Ah! Hola, ¿Qué tal? – dije sin más.
— ¿Ya iras a casa? Iré con Marcela a tomar un café ¿Te nos unes? –
Eso me pareció extraño - ¿no estaban hace un momento discutiendo? –
— ¡Oh! No, ella solo molesta, somos amigas, además lo hizo porque mi atención se fijo en alguien muy lindo-
En ese momento deseaba correr de ahí, pero tampoco veía tan desagradable la invitación, además así tendría una excusa para no ir a casa.
— Esta...-
— ¡Juliana Valdés! – esa voz...
— ¡Con aquí te vengo a encontrar! –
— ¿Lucia? – Vera fue la que hablo por mi - ¿Qué haces aquí? -
Lucia la miro de pies a cabeza – La pregunta sería ¿Qué haces tú aquí? Pero eso no importa ahora, si me permites – ignoro a Vera y me tomo del brazo – Me voy con esta chica –
Ni siquiera esperamos una respuesta porque ella ya me tenía prácticamente secuestrada en su auto, por un momento pensé que nos estrellaríamos por la velocidad en la que íbamos, nos detuvimos en una gasolinera ya que gracias a Dios se le acabo antes de cometer una locura.
— ¿Se puede saber que te sucede?, ¿sabes que llevar a la gente sin su consentimiento es un delito? –
Ella solo me miro, metió un par de monedas a la expendedora de sodas y espero, ahí sin responder.
— ¡Te estoy hablando! –
— No tienes que alzar la voz, pensarán que eres una majadera, deberías tener modales ¿mami no te enseñó? –
La quedé mirando, realmente esta mujer pretendía provocarme.
— ¿Qué es lo que quieres Lucia? –
Ella cogió su bebida, la abrió y bebió un poco.
— ¿Qué es lo que tu quieres Juliana? –
— ¿A que te refieres? –
— ¿Desea ir al grano o haremos competencia de preguntas? –
Realmente no deseaba soportar a una chica rica más en mi vida.
— Entonces me iré –
Empecé a caminar con la idea de tomar un bus o algo parecido, ya que mi auto estaba en el hospital.
— ¿Por qué no has buscado a Valentina? –
Me detuve ante su pregunta, aunque quisiera responderle algo no tenía nada que decir realmente.
— Deberías meterte en tus asuntos –
— Valentina es mi asunto –
— ¿Por qué? ¿por qué es la hermana de tu Eva? –
Lucia me miro detenidamente por unos segundos y sonrió.
— ¡Vaya! Eres una chica bastante mal educada y algo atrevida para ser descendiente de Macario Valdés no me deberías sorprender, de tal palo tal astilla-
Quien se meta con la memoria de padre terminaría muerto por mis propias manos, estaba harta de que lo juzguen. Y realmente iba a matarla a golpes, por mas que respiraba solo quería ir y darle unos buenos golpes.
— No te metas con mi padre o ... -
— ¿O sino qué? – Lucia camino hacia mí.
— Sabes Juliana, moler a golpes a alguien o volcar toda tu frustración con el mundo no arreglaran tu vida. Podrás huir de todo y pensaras que sola estarás mejor, porque no dañarás a nadie, pero te olvidas de algo importante. –
Ella estaba realmente demasiado cerca.
— Nadie puede huir de sus propios fantasmas-
Les juro que se hubieran visto su semblante era tan sombrío y con la mirada tan vacía que parecía un anima del purgatorio. Pero luego paso algo impensado que con ello marcaria un cambio en mi vida de 180° y de mi propio destino.
El reflejo de su rostro cambió totalmente, me sonrió y dijo.
— Así que Juliana, haremos un trato y mas vale que aceptes, si sabes lo que te conviene-
PD: Lamento mucho el haber vuelto después de mucho tiempo, tuve algunos problemas, con el trabajo y de salud. Espero se encuentren bien, saludos :)!
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Amarga Melodía (JULIANTINA)
FanficUna mañana desperté sola con la brisa del mar golpeando mi cara, solía pensar que te vería ahí de pie sonriéndome descaradamente, invitándome a bailar ese vals. Es un poco tonto y loco pensar que estuvieras lejos y yo aquí, divagando en algunos recu...