Cita accidental parte 2
Estaba empezando a dudar sobre el haber aceptado la invitación de Lucia, al final de cuentas no tenia otra opción si quería huir de Sergio, mientras subía al auto le mande un mensaje a Panchito para que recogiera el mío, odio rodearme de gente que no conozco, pero en cierta parte me reía de mi incomodidad, comúnmente estoy sola, así que no entendía con plenitud el porque me sentía de esa forma.
El camino fue un tanto silencioso, si no fuera porque la hermana de Valentina hablaba mucho por el móvil, se nota que es una mujer ocupada, cada cierto tiempo aprovechaba para mirar de reojo a Valentina, ella aun estaba en silencio, me preguntaba que estaría pasando por su cabeza, creo que estaba en una batalla mental, por los gestos que hacía.
¡sus gestos! Empezaba a descubrirlos y amarlos a la vez.
— Vale ¿esta… -
— Dime, mmmmm. ¿Juliana Valdés? ¿no? – escuche la voz de Eva.
— No la molestes Eva – respondía Lucia.
— Tranquila, solo quería conocer a la amiga de Vale, tengo curiosidad, ella no es de tener amistades tan duraderas –
— Eva... – Valentina iba a refutar, pero decidí mejor intervenir.
— No hay problema, señorita Carvajal, puede preguntar lo que guste, yo no tengo nada que ocultar – sonreí con ironía.
Ella me miro por el retrovisor y sonrió un tanto altanera.
— Estaba recordando donde había escuchado tu apellido, espero estar equivocada sobre tu padre Macario… -
— Él está muerto, no sería adecuado hablar de los que ya no pueden defenderse –
Creo que Lucia se dio cuenta que estábamos tocando un tema delicado para mí, detuvo el coche y sonrió.
— Bueno chicas, llegamos –
— ¿Es una broma? – dijo Eva un tanto sorprendida.
— ¿Un lugar de comida rápida? – Valentina tenía la misma expresión que Eva.
— Pensé que para dejar las formalidades y que la prensa nos siga qué mejor que aquí, además no le veo nada de malo meterle un poco de grasa al cuerpo –
— Pensé que eras vegana – dijo Eva un tanto molesta.
— Jacobo dice que en la variedad esta el gusto-
Al verlas a estas dos, me daba la impresión de que había algo mas que cariño fraternal, aunque creo que Valentina no se daba cuenta de ello.
— Me gusta la de doble queso- dijo animada.
Entramos al local y escogimos una mesa justo al lado de los juegos, al parecer a Lucia le encantan los niños e insistió, claro Eva acepto a regañadientas, pedimos nuestras hamburguesas, con papas y sus sodas.
Hace mucho no me sentía en paz, creo que desde que era pequeña, me alegraba y se que atesorare por mucho tiempo esto, pero sabia dentro de mi, que solo era una ilusión, yo no podía darme el lujo de acercarme a ella, Valentina no era alguien a quien yo pudiese amar de manera correcta, solo le traería mas dolor del que ya tiene y si algo le pasara a causa de mi, no me lo perdonaría.
Yo no merezco ser amada, ni amar, nadie se alegraría de estar con una enferma mental como yo.
— ¿Estas bien Juliana?-
— ¿uh?-
Por estar divagando en mis pensamientos no me había percatado que las tres féminas que comparten mesa conmigo me miraban con preocupación, mire hacia la dirección donde se posaban su vista, y mi mano estaba sangrando , me había lastimado con mis uñas por calmar mi ansiedad.
— Lo siento, no me di cuenta – cogí una servilleta.
— Creo que aquí cerca hay una enfermería- dijo Lucia.
— No, estoy bien gracias-
Eva me quedo mirando seriamente, sabia que algo se tramaba, decidí cambiar de tema con lo primero que recordé.
— Por cierto, el otro día vi un articulo donde entrevistaron Mateo Luna, debe ser muy estresante para usted con lo de su boda señorita Carvajal-
— ¿Qué? –
Por la expresión de Eva parecía que no estaba al tanto de que su novio había dicho que un mes se casarían, aunque me sentí un poco mal por el semblante de Lucia.
— Disculpen, iré a los servicios- dijo Lucia casi corriendo a ellos.
— Iré con ella – decía Valentina rápidamente.
Eva se mantuvo en silencio, por un momento pensé que correría tras Lucia pero se arreglo la chaqueta, me miro seriamente.
— ¿Qué pretendes ah?-
— Nada, solo trate de hacer conversación-
— ¿crees que soy estúpida? Si lo hiciste para que Lucia y Valentina se fueran es un tanto bajo de tu parte-
— No lo hice con ese afán, pero ya veo que sabes que te ama-
— ¿Qué? Mira niña se que estas loca pero Lucia no es como tu-
— ¿Cómo yo?-
— Crees que no me ha dado cuenta que te interesa mi hermana, pero te advierto ella no es una desviada-
— ¿Por desviada debo entender que lo quisiste decir por lesbiana?-
— Por lo que se te de la gana, Valentina es inestable y paso por mucho no voy a permitir que tu le desgracies la vida, así que ¿cuento quieres?-
— ¿Qué?-
— Todos tienen un precio, no te me hagas la inocente-
— Yo no necesito dinero-
— Lo supuse después de lo que tu padre hizo, ese bas…-
En ese momento me nuble por la ira, solo reaccione cuando tenía a Valentina sujetándome, mientras Lucia se llevaba a Eva.
A rastras me llevo hasta una callejón, no pensé que tuviera fuerza.
— ¡Suéltame! ¡la voy a matar!-
— Tranquila Juliana –
Me solté de su agarre, y comencé a darle golpes a la pared, no quería lastimar a nadie, pero en ese momento no era buena compañía.
— Te lastimaras los nudillos –
Susurro Valentina mientras me abrazaba por detrás.
— Debes alejarte de mi, por favor-
— No lo hare Juliana, si necesitas llorar hazlo, estaré aquí aun si te transformas en un monstruo se que no me harás daño-
— Ni siquiera me conoces Val-
— Cuando las almas gemelas se encuentran para ellas el tiempo nunca existió-
— No quiero hacerte daño, mejor me voy-
Se que no estaba planeado o tal vez ella lo hizo por impulso, pero aquel acto marcaría un momento de dicha que nos llevaría a la desgracia absoluta.
Me sujeto del rostro y solo sentí sus labios contra los míos, la sensación fue mejor que el primer beso, aunque pensaba que sentir mariposas en tu estomago solo era una estrategia de marketing de los relatos de amor, en ese momento creo que sentía un panal, mi corazón latía a mil, me sentía como si estuviera sobre una montaña rusa, era casi un viaje celestial lleno de adrenalina y mucha dopamina, que pensé que me desmayaría, ella se alejo y miro sonrojada.
— Lo sien…-
Me dijo un tanto infantil.
— Cállate y bésame-
Aunque admito que el segundo beso fue mejor, hasta que alguien nos interrumpió.
— ¡eh! Disculpa Valentina, Lucia me dijo que las buscara-
Voltie avergonzada, pero cuando vi a la persona que hablaba Valentina me congele.
— ¿Papá?-
Y todo se volvió oscuridad para mí.
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Amarga Melodía (JULIANTINA)
Fiksi PenggemarUna mañana desperté sola con la brisa del mar golpeando mi cara, solía pensar que te vería ahí de pie sonriéndome descaradamente, invitándome a bailar ese vals. Es un poco tonto y loco pensar que estuvieras lejos y yo aquí, divagando en algunos recu...